Estorbo y molestia

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Alex estuvo tanto tiempo enfrascada en su nueva recolección de datos que olvidó tanto comer como el informe que tenía a su lado. Ni siquiera le había prestado atención, tenía algo más entretenido delante de ella. Su cabeza dolía medianamente ya que la computadora era rápida analizando los resultados pero la mayor parte de cargaba a partir del chip conectado a su cerebro descomponiendo las células.

Se sobó la nuca después de un rato, por la ventana notó que hacía mucho había oscurecido y al mirar el reloj ya eran las 3:00 de la mañana. Otra vez se quedaba en vela, pero no se molestó en lo absoluto, estaba de buen humor por todo su avance, si seguía así podía encontrar un suero lo antes posible. Se estiró sonando varios de sus huesos junto con su estómago.

Podía dejar el sueño a un lado pero la comida era algo que su cuerpo siempre le pedía. Debía buscar algo. Se levantó y en eso se abrió la puerta. Kaiser apareció cargando una bandeja envuelta con papel aluminio.

-¿Cuándo dije que tenías costumbres autodestructivas no era un juego- dejó el contenedor sobre su escritorio al lado de ella.

-¿Preocupado?- Alex recostó su cadera sobre la mesa y cruzó los brazos sobre su pecho.

-El jefe mando a que te lo trajera-

Alex inclinó la cabeza hacia un lado.

-Vaya, eso es sorprendente- quizás quería disculparse por lo que había pasado antes- Dale gracias de mi parte- volvió a su silla centrándose de nuevo en la computadora.

Kaiser no se movió.

-¿Algo más?- ella notaba su presencia. El Soldado no era alguien al que se podía ignorar fácilmente.

-Me quedaré aquí hasta que lo comas todo- el hombre copió la posición anterior de ella sin apartar la vista de su persona.

Alex no se sintió con ganas de discutir además tenía hambre, un receso de diez minutos no le vendría mal. Agarró la bandeja y la destapó encontrando el contenido bastante agradable. Se humedeció los labios acto que no pasó desapercibido por el Soldado que apartó la mirada. La mujer agarró el tenedor comenzando a comer, aunque en su cabeza todavía seguía procesando información

-Deja de hacer eso- Kaiser la regañó y ella solo alzó una ceja mientras masticaba.

-¿Qué cosa?- le dijo antes de llevarse otra cucharada en la boca.

-Sigues trabajando- le indicó dándose unos toques con el dedo en el rabillo de su propio ojo.

Alex frunció los labios sin parar de masticar pero no le hizo caso, no era del tipo de personas que lo hiciera. Lo oyó suspirar, era una batalla perdida para él de todos modos. Dejó el plato sobre la mesa una vez terminó al lado del informe y siguió en lo suyo. El soldado recogió la bandeja sucia y notó el sobre.

-¿vas a ir con nosotros a la misión?-

Eso llamó la atención de Alex.

-¿Misión? ¿Qué misión?-

Kaiser agitó el sobre en el aire alcanzándoselo. En la portada decía Colmena 9.

-Esta misión, acaso no lo has leído-

-No realmente. Estaba enfrascada en esto-

-Pues será mejor que lo leas todos los detalles. Al jefe no le gusta tener que cuidar de alguien y después de la última vez, diste bastantes problemas- hizo una expresión con  el rostro –Es en un lugar peligroso y no queremos inconvenientes-

-La última vez- ella asintió con la cabeza y se levantó esbozando una sonrisa. Antes que él reaccionara, un fuerte dolor subió por su pierna empezando por su pantorrilla, Alex le había dado un puntapiés- ¿Entonces preferías que Diya fuera mordido? ¿Eh?-su sonrisa se desvaneció- No es mi culpa que no hubieran estado lo suficientemente atentos-

Bailando entre BestiasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora