Demostrando quien es el alfa

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De todos los favores que Tayson podía pedirle, aquel fue el más descabellado que Barrons pudo escuchar salir de los labios del Mayor ¿En serio le estaba pidiendo aquello?

-¿Estás seguro Tayson?- Barrons cruzó los brazos sobre su pecho.

El rubio solo asintió frunciendo el ceño. Barrons simplemente suspiró.

-Solo no lo mates vale. No quiero escuchar al Comandante y sus aclamados discursos, si me entiendes-

Tayson no le respondió. Solo caminó hasta donde estaba sentado su equipo para esperar su turno. Barrons por su parte vio irse de su lado al Soldado y se preguntó que lo había hecho cambiar tanto en los últimos días. Lo analizó bien y solo pudo llegar a una conclusión.

Alex.

En resumen. Esa mujer loca era una bola de problemas.

El primero de los investigadores no resistió mucho como se esperaba. Le tocó mostrar sus supuestas habilidades delante de uno de los soldados del escuadrón de Barrons. No pasó de los tres minutos y eso que todos se dieron cuenta que el Soldado apenas si hizo el esfuerzo de ponerse serio. Más de uno callaron una carcajada más siempre estaban los que hacían el espectáculo.

Dígase Kider y Diya. Ambos reían a carcajada a todo pulmón molestando a sus compañeros y avergonzando al investigador. Pero lo que llamó la atención es que al lado de ellos estaba Tayson…y no los mandó a callar en ningún momento. Por el contrario, parecía que los ignoraba completamente. Su mirada plateada y felina estaba fija al frente. En el hombre que ahora tenía entre ceja y ceja.

-Tayson, es tu turno- Barrons se puso a su lado- Dejé que seas tú el que se enfrente a él aun cuando no debemos ser nosotros los que armemos un espectáculo. Solo no te luzc…- pero fue muy tarde, Tayson se había quitado la camiseta por encima de su cabeza dejando a la vista su torso desnudo, definido y musculoso.

Y fue la primera vez que Barrons pudo ver como los diversos tatuajes en la piel del hombre era visible y centelleaban. Ohhhh, estaba molesto. Era extraño ver eso en él. Rezó para que no corriera sangre.

-Waooooo, siiiiii, jefe acábelo- gritó Diya enrollando un brazo alrededor del cuello de Kider para impulsare hacia arriba mientras agitaba el otro brazo- Ujuuuuu, que bueno está el jefe, mira ese cuerpazo- siguió gritando -Demuestre quien es el alfa de este lugar- y comenzó a chiflar

Tayson lo miró por encima del hombro y lo ignoró. Con él no había remedio. Kaiser intentó detenerlo pero Diya lo pateó y siguió chiflando.

-Quita Kaiser, vamos ayúdame a alabar al jefe Kider. Vamos partida de inútiles, demuestren quien es el mejor de todos los jefes- alentó Diya al resto del equipo pero todos se miraron.

Tayson no era precisamente un hombre que le gustara el ruido a su alrededor. Aun se preguntaban cómo era que Diya estaba en su equipo y en una posición tan alta.

El Mayor se detuvo en medio de la pista y movió los músculos de sus hombros haciéndolos sonar. Al igual que los de su cuello. Contenerse iba a ser difícil y más cuando el infame hombre se paró delante de él con una ridícula sonrisa.

-Hola, estoy bajo tu cuidado, no seas brusco conmigo- le dijo y Tayson pudo jurar que su rostro se volvió más helado. Porque estaba convencido que si realmente estuviera bajo su cuidado podía decirle adiós a este mundo.

Fue la primera vez que detectó que tenía tantas ganas de partirle el cuello a alguien y eso que aún no le había hecho nada personalmente a él. Dio un paso atrás y esperó a que se diera el primer golpe. Si lo daba él se vería como que le tenía ganas. Y no mentiría, un buen puñetazo en su ridículo rostro por parte de su duro puño de seguro lo pondría a dormir por bastante tiempo. Tiempo que él usaría para hacerle saber a Alexandra que ella ya tenía un hombre en el que pensar, no en el tipo delante de él.

Bailando entre BestiasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora