Este perro ya tiene dueño

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Tayson no era amante de ese tipo de fiestas, incluso odiaba tomar alcohol, sentía que este nublaba sus sentidos y era un hombre que prefería estar en alerta. Pero esta vez cada fibra de su cuerpo y su instinto le decía que debía asistir. En primera para evitar la amenaza de cierta persona hacia la mujer que era suya, y en segundo…

Alex era capaz de hacer cualquier cosa para sacarle de quicio.

Era consciente de lo que le había dicho en cuanto a que no la tocaría más. Pero después de analizarlo con la mente fría, Alex no era el tipo de mujer que cayera en ese tipo de juegos y mucho menos sumisa que le viniera a besar los pies…él tampoco. Algo le decía que era mejor arreglar las cosas porque el que terminaría perjudicado sería precisamente él. Así que al final terminó yendo hacia la fiesta. Sabía que ella estaría allí.

Desde afuera se podía oír el bullicio y dos soltados pasaron al lado de él con algunos tragos y una sonrisa exagerada. Su oído desarrollado escuchó los que hablaban dado que el nombre de la científica entró en la conversación.

-La viste, demonios, el vestido de Alex está súper corto-

-Sí, sus muslos son bonitos, si solo pudiera hacer que se me parara créeme que me la follaría-
-No creo que eso sea posi….-

-¿Follar a quién?- tanto la voz como el aura oscura del hombre detrás de ellos hizo que se detuvieran y miraran por encima del hombro.

-¿Mayor Tayson?- uno de ellos se giró y se puso en posición de firme comenzando a sudar.
El rubio los miró entrecerrando los ojos.

-Respóndeme- le exigió con la voz tan grave que los dos se estremecieron.

-Nosotros, a nadie- el otro respondió rápido viendo que su compañero palidecía mortalmente, él no estaba mejor- Pero no es culpa de nosotros. Ella… ella… Alex no debería vestirse así. Somos hombres después de todo-

El ceño de Tayson se frunció aún más de lo que estaba y sin decirles más nada dio la vuelta y entró al recinto con los puños apretados. La música era alta, las luces danzaban de un lado a otro y las personas se movían de aquí para allá, algunos ya con algunos tragos de más. Eso pasaba cuando había barra abierta.

Desplazó su mirada por todo el lugar buscando su objetivo y no fue difícil encontrarlo. A unos metros de él, justo a un lado de la barra estaban sus subordinados y quien más resaltaba. La imagen de ella hizo que un sentimiento incómodo resonara dentro de él y apretó sus dientes. ¿En serio ellas habían ido con esa ropa?

Con paso pesado él se acercó al grupo y se detuvo delante de ellos. Su imagen imponente hizo que los cinco lo miraran y cerraran su boca, petrificando su cuerpo. Alex por su lado que estaba arada detrás de Diya y apretándole el cuello entre sus brazos simplemente hizo una mueca.

-¿Qué?- le dijo alzando una ceja- Acaso viste algo que te gustó-

¿Gustarle? Tal vez si, sino fuera porque ella tenía ese vestido súper corto y escotado que mostraba más piel que la que debía en un lugar lleno de hombre y después de oír que definitivamente se la querían follar. Alex al parecer no sabía el efecto que ella creaba… o tal vez sí.

-A mí no me mire feo jefecito- Diya alzó las manos en son de paz debido a que la mujer no le soltaba el cuello, más bien, se había recostado contra él con una sonrisa dejando sus brazos sobre su pecho- Yo no tengo el mismo interés que usted- buscó excusas al notar el cambio en los hijos de Tayson.

Los cuatro soldados podían jurar que resaltaban muchísimo  a pesar de la baja iluminación.

-Alex, ven acá- la llamó controlando su tono de voz

Bailando entre BestiasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora