Tengo experiencia, puedo enseñarte

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Definitivamente Alex tendría que ponerle un freno muy grande a la bestia de Tayson. Sexo, sexo y sexo ya le estaba pasando factura a su cuerpo y una muy buena. No solo su interior estaba algo hinchado por las largas jornadas sino que la parte interna de sus muslos parecía que había sido sometido a una jornada intensa de ejercicios. Estaba segura que estaba caminando raro. Y si todo eso no alcanzaba, el maldito le había dado una nalgada antes de perderse por la puerta del baño y eso hacía que su trasero aun palpitara y estuviera rojo.

Dios era una humana mejorada pero si seguía con esa faena dentro de poco no necesitaría ni entrenamiento ni gimnasio. Estaba usando cada musculo de su cuerpo.

Aunque pensándolo bien y analizándolo bien, en sus secciones había una posición que aun no habían usado. Ella era de carácter dominante pero siempre terminaba en manos de la bestia y esta el haciendo con ella lo que quisiese. Pero y si los papeles se invertían. Quizás podría vengarse por cómo estaba ahora. Y sabía muy bien que podía usar.

Una sonrisa adorno su rostro y fue en dirección al comedor. A esa hora del desayuno estaba la mayoría así que tenía que dar un mensaje muy claro.
Entró y algunos la miraron pero otros no se percataron de su presencia así que agarró un vaso de uno de los soldado que pasó cerca de ella y lo dejó caer al suelo. Cuando logró atraer la atención de los todos sonrió ligeramente.

-Bueno queridos amigos míos- aunque su rostro era tranquilo su tono era venenoso y los soldados sudaron fríos. Había estado poco tiempo con ellos pero lo suficiente para saber cuando sonaba la alarma de peligro- Fíjense lo que les voy a decir. Si alguno de ustedes recibe algún tratamiento que no sea de mi parte o bajo mi aceptación ni se les ocurra venir hacia mí después. Si saben a qué me refiero- los fulmino con la mirada.

Y los soldados supieron que era mejor no provocarla. Ya era de conocimiento general de la enemistad de ella con los recién llegados. Del supuesto novio y del confinamiento al que fue sometida y que era tema tabú.

***

Alex avanzó por el camino después de dejar las cosas claras en el comedor. No le importaba como la miraran o si pensaran que estaba celosa, pero todos ellos eran su responsabilidad y no permitiría que les pasara nada. Ella era alguien consecuente con su trabajo y además era la primera vez que no se sentía presionada ni juzgada en un lugar.

Dobló la esquina en dirección a su laboratorio. Después de lo ocurrido tenía trabajo acumulado y quizás podría descansar esa noche de una jornada activa de sexo salvaje si se escondía allí. Si no lo hacía estaba segura que no podría moverse al día siguiente.

Tendría que enseñarle a Tayson que su cuerpo era más delicado de lo que ella aparentaba y que él no era precisamente pequeño como para que le diera como si no hubiera un mañana. Si, de seguro era algo nuevo para él y conociendo a los hombres, bueno que decir. Pero es que cuando veía el rostro de él desfigurado en una expresión de placer como que era difícil detenerlo.

No Alex, sé realista o no podrás seguir con esta jornada. Se dijo a si misma cunando se detuvo en seco- Pero que mierda- dijo con los dientes apretados.
Y caminó hacia delante de la puerta donde ya la estaban esperando.

-Buenos díaaaassss, en que puedo atenderlos- fingió una sonrisa. Al menos solo estaban la mujer y el hombre que habían acompañado a su ex pareja. Porque estaba segura que si este se le presentara delante le partiría el rostro.

-Buenos días- la mujer se giró hacia ella y la repasó de arriba abajo, eso a Alex no le gustó para nada y la sonrisa se desvaneció de su rostro- Mi nombre es Irina, y el de él es Markus, somos los nuevos científicos que trabajaremos con contigo-

-Con usted- le corrigió Alexandra cruzando sus brazos sobre su pecho- Soy teniente, tu superior, trátame con respeto, no estamos en la misma categoría- su rostro estaba mortalmente serio.

-Disculpe que me meta- Markus la interrumpió lo que hizo que Alex frunciera aun más el ceño- Pero no podría ser un poco más agradable- el hombre alto de cabello corto y oscuro sonrió lo que la irritó más.

-¿Agradable?- ella bufó de indignación- Pues si que puedo ser agradable- ella sonrió ampliamente.

Activó su chip y abrió la puerta pero después de entrar la cerró en las narices de ellos.

-Jódanse imbéciles- murmuró tan irritada que no se había dado cuenta que había enterrado sus uñas en la planta de sus manos.

Se dejó caer en el sofá y suspiró.

Por qué ahora que estaba bien, se sentía cómoda en un lugar, no era juzgada, se podía divertir y había encontrado a alguienagradable con quien compartir por así podía decirlo así, su vida tenía que volverse una mierda. Y decirle que fuera agradable. Quién demonios se creían esos imbéciles para decirle cómo comportarse.

Y esa idiota de Irina que era una copia exacta de ella misma. Hasta tenía su mismo corte de cabello. Y ese Markushabía algo extraño con él que le ponía la piel de gallina y no sabía por qué.

Ahhhhhh, gritó y golpeó el colchón a su lado. Mierda de vida.

***

Kider y Diya caminaron en dirección al laboratorio. Tenían intenciones de fastidiar a su loca después de encontrar en el cuello de Tayson una marca de mordida. Una muy ligera pero estaba allí. Y claro que solo había una persona que podía morder a su jefe así y todavía sobrevivir al acto.

Solo no se esperaron ver a los lejos que delante de la puerta estuvieran dos personas que parecía que entablaban una bastante apasionada. Kider alzó una ceja.

-Al parecer mi loca hizo de las suyas-

-Claro que si, dejar a la gente en ridículo es lo mejor que hace Alex, así que ya sabemos por qué están afuera. Se lo merecen. Mira que intentarle quitarle el lugar-

-Pero- Kider se detuvo de golpe- Y si mi loca nos deja afuera también-
Diya también se detuvo.

-Na, no lo creo ¿verdad?- miró a su amigo.

-Cuando la loca está molesta puede ser bastantecreativa. Y de seguro está muy molesta ahora mismo- Kider se sacudió la cabeza y ambos miraron al frente.

-Alex siempre está molesta. Y aun podemos intentar, no crees. No creo que sea tan mala con nosotros. Somos su nuevos mejores amigos- Diya sonrió aunque una gota de sudor corría por su sien.

-Eso se lo dices al jefe que es el único que puede domarla. Es como si pudiera saber que piensa ella y ponerle un sedante. Siempre que la vemos después de perderse con el jefe ella está másrelajada o menos agresiva de lo normal. ¿Qué trucos utilizara?-

Diya no pudo evitar soltar una sonora carcajada.

-Mira que eres inocente Kider. El jefe solo hace su magia con la parte inferior de su cuerpo-

Kider pestañeó confundido.

-¿Magia? ¿Qué tipo de magia?-

Diya negó con la cabeza como si este no tuviera remedio.

-Olvídalo amigo, aun eres muy joven para saberlo-

-Que mierda dices Diya, si soy mayor que tú- protestó el otro soldado.

Diya le pasó el brazo por encima de hombro y lo atrajo por el cuello hacia él susurrándole al oído.

-Pero a diferencia tuya, yo si tengo experiencia- sus labios casi tocaron la oreja del soldados más alto- ¿Quieres que te enseñe? Puedo ser muy bueno y también soy versátil, así que no creo que tengamos problemas-

Kider se quedó en silencio unos segundos y se separó sobándose la oreja.

-Experiencia en qué? ¿Qué maldita cosa me quieres enseñar?-

Diya pestañeó confundido él ahora para después comenzar a reírse.

-Eres realmente un caso- y avanzó riéndose hacia el laboratorio de Alex sin responderle dejando a un Kider aun más confundido que antes.

Actualización doble

Bailando entre BestiasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora