Bestia dominate

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No tener control de su cuerpo era de lo más desagradable que Alex podía sentir. Su vida no había sido tan fácil como para dejarse manipular tan fácilmente, y, aun así, a pesar de que su cabeza le ordenaba que se moviera y saliera pitando, su cuerpo no estaba en sintonía.

Temblaba, hasta la última célula de ella la hacía sentir viva, cansada, adolorida y aun así satisfecha. Y por muy brutal que hubiera sido Tayson durante el acto sexual no se esperó no encontrar la desagradable sensación de ser manipulada. Quizás por lo agotada que estaba. Por lo que cuando volvió a sentir los dedos de Tayson sobre ella solo pudo abrir los labios dejando salir un gemido bajo y grave.

-Shhhh- la mano de Tayson acarició su vientre que no estaba plano para ese momento, para tranquilizarla

-Déjame descansar, maldita bestia, me vas a partir en dos- ella jadeó con los ojos cerrados y lágrimas corriendo por la comisura de sus ojos.

Tayson se inclinó sobre ella son recostar su peso sobre su cuerpo y sus labios recorrieron su mejilla hasta rozar sus labios.

-Todavía no he terminado- un leve sollozo salió de la garganta de ella que de alguna forma lo conmovió. Ver a Alex tan vulnerable donde realmente mostraba lo tierna que podría ser una mujer tan joven como ella era algo realmente extraño. El Mayor besó su sien- Pero te portaste bien, te dejaré descansar. Por el momento.

Ante esas palabras la tensión en el cuerpo de ella se esfumó y se permitió relajarse completamente, aunque, estaba tan agotada que le era imposible dormirse y menos como temblaba. Estaba tan sensible que no solo era la piel caliente de Tayson, la sábana la hacía sentir estremecimientos.

-Dios, se siente bien- no pudo evitar decir. Así era como debía sentirse uno después de sexo. Agotado, adolorido, pero realmente satisfecho.

Sintió en beso suave en su mejilla y ella no pudo evitar sonreír. Tayson era de esos que al parecer le gustaba besar después de terminar. Porque habían terminado ¿verdad? No creía que pudiera moverse más.

Pero al parecer estaba equivocada. La boca del Mayor siguió desplazándose por su cuello, lamiendo su clavícula hasta detener su boca encima de uno de sus pechos llenos de marcas y sumamente hinchado pezón.

-No- ella jadeó cuando la lengua de él lo lamió como si fuera un caramelo dulce, empapándolo de su saliva. Mas Tayson, otra vez no le hizo caso.

Estaba rebelde el hombre.

Alex chasqueó la lengua e iba a protestar cuando la mano de él se movió otra vez debajo de sus pliegues y movió lo que estaba instalado aun dentro de ella. La teniente arqueó la espalda. Estaba tan sensible que sollozó por la sobreestimación.

Tayson jugó con el borde de aquello hasta que comenzó a sacarlo tortuosamente lente. Liquido transparente salió por las hinchadas y dilatadas paredes junto al consolador largo y liso. Alex abrió la boca ante la sensación de vacío que fue quedando dentro de ella y su vientre se apretó. Solo que no tuvo que esperar mucho. El soldado dejó el juguete sexual tirado a un lado y lo sustituyó con tres de sus dedos que entraron sin poner resistencia. Aun así, lo sintió estrecho y apretado, donde las paredes se aferraban a su carne.

-Este lugar no ha sido tocado por nadie ¿verdad? - la voz de él fue grave ahora contra su oído.

Alex no entendió la pregunta.

-No se suponía... que me dejarías... descansar- ella jadeaba buscando aire, la sensación no era precisamente cómoda y a diferencia de antes que solo sentía que algo estaba dentro de ella, ahora se movía incesantemente aflojando aún más su pequeño agujero virgen.

Ante el cambio de conversación Tayson introdujo más sus dedos ganando un grito de ella. Las manos de la mujer se envolvieron alrededor de su muñeca intentando detenerlo. Si estuviera en todos sus sentidos y sin tanto agotamiento, lo patearía, se juraba que lo patearía, pero demonios, ahora era consciente que el soldado era... un soldado.

Bailando entre BestiasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora