Sexo con la bestia

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Tayson había sobresalido en todo desde que comenzó a entrenar a muy temprana edad. Era de esperar que subiera se rango con mucha facilidad además de que su carácter serio hacia que fuera una figura a seguir. Pero eso mismo carácter era el que lo definía como una persona que no soporta a que lo interrumpieran, ni cuando hacia alguna tarea, misión, así como cuando hablaba.

Y eso por no mencionar cuando estaba en una situación donde su lívido animal estaba por las nubes junto a la mujer que llevaba días intentando meter en su cama.

Gruñó sonoramente ante la mención, por parte de Alex, del nombre de Roger con el que parecía que estaba hablando mediante comunicación a través del chip en su cabeza. Era una buena herramienta pero no para situación como estas. Y además era Roger, si fuera alguien más de seguro tendría las horas contadas, aunque si se seguía extendiendo no podía garantizar nada una vez terminara con Alex, algo que no tenía en mente por el momento.

Sintió la palma de ella acariciar suavemente su definido abdomen como intentando calmarlo mientras ella arrugaba su rostro mientras hablaba casi en un murmullo. Miraba hacia un costado como evitando la potente mirada de él en la oscuridad.

El ceño de Tayson se frunció sin ninguna paciencia. Fuera el asunto que fuera, fuera la persona que fuera, no era más importante que lo que ellos estaban haciendo. Y viendo que la conversación se estaba extendiendo prosiguió a tomar catas en el asunto y hacerle saber a la mujer debajo de él que era momento que le prestara atención. Así de demandante era.

Agarró la mano de Alex que lo detenía en su abdomen y entrelazando sus dedos con los de ella le puso la mano al lado de la cabeza. Y con un movimiento de su cadera que comenzaba acalambrarse por la resistencia terminó de introducirse dentro del cuerpo de ella de golpe.

Un grito salió de la boca Alexandra entre dolor, asombro y excitación, todo junto. Su interior había sido abierto de repente por algo que no era para nada pequeño y que además parecía que quemaba y latía.

Cerró los ojos y comenzó a jadear. La invasión era extraña, entre incómoda y a la vez atormentante pero que no quería que terminara. Su primera vez no se había sentido así....para nada. Su espalda estaba arqueada sobre la cama y sus piernas se apretaban a cada lado del cuerpo del hombre. Al menos se había quedado quieto permitiéndole acostumbrarse a sentirse tan llena.

-¿Oye Alex que paso?- oía la voz en su cabeza por parte de Roger pero apenas podía hablar y menos cuando Tayson se inclinó y ahora invadió su boca de forma demandante y posesiva.

Su lengua se vio enredada contra la de él mientras sentía como el miembro en su interior retrocedía lentamente y volvía a meterse completo dentro de ella aumentando la fricción entre las tiernas paredes. Era tan largo y grueso que la llenaba hasta en lugares donde no pensó que pudiera sentirse bien. No diría que no era doloroso. Si, había un picor incomodo pero la excitación que estaba por encima lo opacaba completamente.

-Alex, Alex, qué ocurre- demandó el Comandante del otro lado sin saber en la situación embarazosa en que ella estaba.

La teniente apartó su rostro liberándose del beso de la bestia sobre ella intentando hablar. Lo que estaba haciendo como que no era adecuado que fuera entre tres y menos viendo la reacción que había tenido Tayson. Por lo visto era alguien bastante dominante y más en la cama.

-Roger, estoy ocupada no puedo ahora aten...- no pudo terminar la frase ante la nueva envestida y la mordida sobre su lóbulo que recibió.

-Pero necesitó decirte algo importante sobre...-

-Ahora no...mierda- ante la palabrota que soltó supo que lo que vendría después no era apto para que otras personas lo supieran, por lo que apagó el chip cortando comunicación. Acto seguido pateó la nalga de Tayson con su talón.

Bailando entre BestiasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora