no me sigas; 1 Chuuya

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Estaba parado en el despacho del jefe tratando de procesar lo que había dicho hace un momento.

— ¿Y bien?

— No Mori-san, no puedo aceptar eso.

— ¿Porqué no?

—  ¡Por qué no quiero que esa mala imitación de una momia se quede en mí casa! — Señalé a Dazai enojado y él solo se rió.

Nunca en mí vida aceptaría que este desperdicio de vendajes se quedara en mí casa ¡Nunca! Ya tengo suficiente con verlo en la port mafia y aguantar sus burlas constantes, dejarlo que se quede en mí casa sería el colmo.

— Mori-san ¿Ya vió a Chuuya? Dudo que pueda entrar en la casa de un enano... — dijo eso con su estúpida sonrisa burlona y con un tono falsamente triste.

— ¿Entonces admites que eres un jodido poste de luz?

— Admito que tengo la altura promedio de cualquier chico que de tu edad tendría. — me miró de arriba a bajo y suspiró.

— ¡Estoy en crecimiento, Déjame en paz a mí y a mí altura bastardo! — apreté mis puños y me dirigí hacía a él haciendo resonar cada paso que daba.

— ¡Vaya! ¿ya te enojaste? Pero si aún no he hablado del feo sombrero que siempre llevas... — dijo tratando de disimular decepción para luego colocar esa sonrisa estúpida que tenía.

— ¡¿ah?! ¡Para que lo sepas este sombrero cuesta más que tu casa estúpida momia! — le grité alzando mi puño para darle un golpe pero él fácilmente lo esquivó.

— Oh Chuuya, creo que no es el mejor momento para que tengamos estas discusiones de novios ¿no crees?

Dazai dirigió su mirada al Jefe, era cierto que había olvidado por completo el porqué yo estaba aquí. Pero aún así mis ganas de partirle la cara a ese estupido no desaparecía.

— Espera... ¡¿Dijiste novios?!

Mori interrumpió tosiendo para llamar nuestra atención.

— En fin Chuuya, dejarás que Dazai se quede en tu casa. No quiero más quejas acerca del tema, pueden irse.

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Caminaba por las calles desoladas de Yokohoma tratando de poner en orden mis pensamientos acerca de dejar a Dazai quedarse en mí casa, pensarlo me daba dolor de cabeza. Mori-San no me explicó porqué esa caballa se tiene que quedar en mí casa y yo olvidé por completo preguntarlo.

Suspire y traté de despejar por ahora esos pensamientos, al fin y al cabo de nada sirve pensar en respuestas cuando se trata de Dazai.

— Ah... No lo entiendo.

— ¿Qué no entiendes Chuuya?

Me sobresalte del susto y giré hacía atrás para mirar a la persona o más bien a la estúpida momia con esa sonrisa tonta que siempre tenía.

— ¿Y bien?

— ¡¿Y bien qué, idiota?!

— ¿Qué es lo que no entiendes Chuuya?

— No es de tu incumbencia, estúpida momia. — seguí caminando ignorandolo pero él me seguía y eso me molestaba. — ¡¿Podrías dejar de seguirme?!

— No es mi culpa que tengamos el mismo destino de encuentro ¿lo olvidaste?

— ¿Ah? ¿Olvidar qué?

Dazai suspiró y me miró con una sonrisa, esa sonrisa tenía algo diferente a las demás. Lo miré confundido y frunci mi ceño esperando a que me respondiera.

–¿Me vas a decir lo que supuestamente olvidé o no? — dije irritado por el tiempo que había pasado sin recibir ninguna respuesta.

— Si lo olvidaste no hay razón para que yo te lo recuerde Chuuya.

Dazai siguió caminando con un semblante serio, pocas veces lo veía serio pero ¿en realidad era ese un semblante serio? Más bien parece triste.

— ¿Y a dónde vas? — seguí caminando también al lado de Dazai pero no recibí ninguna respuesta, solo silencio.

Paso un largo tiempo en que ambos nos quedamos en silencio, solos caminando en la frías calles de la ciudad. ¿Dazai estaba deprimido? Me preguntaba eso cada vez que lo veía de reojo para ver que rostro tenía pero solo lo veía inexpresivo y sus ojos estaban ligeramente más opacos que de costumbre. Decidí romper el silencio.

— Oye idiota ¿sucede algo?

— Nop ¿qué tendría que suceder? — se giró a verme esta vez con esa tonta sonrisa que siempre tenía.

— Has estado callado todo este tiempo, es inusual que no estés molestandome.

— Ah... si, es inusual.

Lo miré por unos segundos y de nuevo estaba esa expresión en su rostro que no podía descifrar, me detuve y chasquee mi lengua con algo de molestia.

— Bueno, llegamos. — solté un suspiro y crucé mis brazos.

— ¿Eh? Pero si estamos al frente de una casa Chuuya.

— Así es, esta es mí casa.





So... aquí voy con lo que sea que estoy haciendo. Aguanten

Soukoku One Shots 𝄢 [BSD]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora