Visita

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Eran unas completas bestias en este momento, como si un demonio los poseyera de repente haciendo que ambos estuvieran desprendiendo un aura negra alrededor de ellos mientras que sus ojos se volvían peligrosamente rojos por la repentina declaración de un albino en hace unos minutos.

Atsushi no creyó que al decir esas palabras todo se volvería así.

En serio, ¿quién se pelea por quien es el más peligroso de los dos?

Y todo esto se causó por que dijo que Nakahara era la persona más peligrosa que conocía, solo lo comentó ya que de verdad da miedo cuando este se enoja y por la llamada habilidad corrupción que podría destrozar todo un país si él se lo propone, el mafioso se sintió avergonzado de como ese niño sabía esas cosas de él, su habilidad y en como esta podría destrozar todo a su paso, definitivamente es cosa de Dazai el que se lo haya dicho y en otra parte... ¿da miedo cuando se enoja? Pues, quizás un poco.

Siendo esto el detonante de la discusión entre el doble negro ya que cierta persona escuchó a su subordinado decir que su pareja era más peligroso que él, de alguna manera le ofendió, pero lo que más lo enojó fue que en ese momento Atsushi charlara con toda la comodidad del mundo con su cabeza en el regazo del mafioso sin preocupación alguna.

¿Sabían cuánto tiempo Dazai ha tratado de estar de esa forma con Chuuya?

Si, mucho tiempo, desde que se habían conocido jamás el de vendas ha podido estar en el regazo de él sin que le diera una patada y lo mandase a volar al otro extremo del mundo, pero bueno, hoy tendrá que ser el día, lástima que la petición del detective se convirtió de repente en una pelea entre esos dos.

Y ocurrió porque en definitiva Dazai no le diría directamente a su pareja que quería recostarse en su regazo, claro que no, primero tenía que molestarlo un poco a él.

— Cariño, que extraño que no le estés dando patadas a Atsushi-kun...

El contrario lo escuchó y volteó con su ceño fruncido mirándolo con molestia, mientras que el albino era ajeno a toda la escena que iban a armar en ese instante, más bien estaba pensado que debería echarse una siesta aprovechando que se armará la tercera guerra mundial, quizás por su culpa o quizás no...

— ¿Por qué lo haría? No soy un animal que le anda pegando a la gente.

— ¿Pero a mi sí me pegas todo el tiempo, no? Por qué yo siempre soy la excepción...

— Por qué tú te lo mereces, además, ¿por qué te importa tanto que Atsushi...

Cuando este había volteado a ver al que tenía en hace un momento reposando en sus piernas ya no estaba, giró a ver confundido a Dazai quien silbaba sin preocupación.

— ¿Ves? Ya salió corriendo por que sabía que cuando te empiezas a enojar eres capaz de provocar un desastre~

— Cállate, nunca haría un desastre con un inocente en cerca.

— Oh, ¿entonces lo admites~?

El ejecutivo sólo lo miró mal y se rindió ante las palabras de su pareja, a veces solo quisiera tenerlo 100 metros bajo tierra, de verdad.

Pero el de vendas al no tener lo que quería en un principio, se acercó para sentarse a su lado y recostar su cabeza en el hombro del contrario que en ese instante lo empujó con su mano con prisa.

— Oye, ¿qué te sucede?

— ¿No puedo recostarme un rato sobre ti...? – dijo en un tono triste fingiendo una mueca de tristeza a la vez.

— ¿Sabes que estamos en el departamento de tu subordinado para visitarlo por su resfriado, no? No te des el lujo de ir andando tan apegado a mí Dazai.

— Pero claro, tener a Atsushi-Kun pegado en tus piernas bien a gusto si se lo permites ¿no? – aclaró cansado con un suspiró al final, la cara de su pareja echaba humo y una vena iba a salirse de su frente esta vez.

Bueno, al final si discutarian por una estupidez como lo es todos los días.

— ¿Osamu te das cuenta que esos son celos? No creí que en serio dirías algo así, pero verte enfadado por eso es tierno ¿lo sabes? – soltó un risita para luego besar los labios de un castaño shockeado por la repentina escena que se armó.

Bien, esta vez no fue una pelea, pero aún así le asustaba como cambió tan rápido la actitud de su pareja, era tan impredecible en como podía cambiar drásticamente las cosas y obviamente sabía como calmar cualquier angustia de Dazai, si el detective tendría que elegir una persona que supiera todo de él definitivamente sería Nakahara Chuuya.

Pero Nakahara sabía que con solo un beso, su pareja no se les bajaría esos celos que traía en su cabeza, solo pudo suspirar con cansancio al ver como este lo rodeaba con sus largos brazos vendados a su cintura atreyendolo a su cuerpo con una sonrisa seductora con intenciones de continuar más allá de un simple beso.

— Osamu, recuerda que estamos en el departamento de tu subordi‐

No pudo terminar al ser interrumpido por unas manos que tapaban su boca, vio como el detective colocaba su dedo índice en sus labios para que guardara silencio.

— Escucha.

Este se dispuso a escuchar quien sabe qué, hasta que pudo escuchar un pequeño ruido a la lejanía de los cuartos, ¿realmente eso era cualquier ruido? Maldita sea, no lo era, era un puto gemido que se escapó de una habitación.

— Un par de animales andan calientes en esa habitación, ¿por qué nosotros no?

Este bajo la mano que cubría la boca de su pareja para pasarla a su cintura de nuevo dándole pequeñas caricias en ese misma mientras que con la otra acariciaba su rostro como un frágil diamante a punto de romperse, en ese momento la cara del mafioso se tornó en un sonrojo intenso por escuchar ahora los gemidos más sonoros de esa habitación, mierda, en serio que vergüenza.

— Si quieres terminar esto, al menos vayamos a nuestro PROPIO apartamento, no aguanto escuchar como Akutagawa gime también.

— Como quieras cariño~

Así fue como un día de visita a un supuesto enfermo, se convirtió en un día lleno de sonidos pervertidos.

Soukoku One Shots 𝄢 [BSD]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora