Pequeño

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Me encontraba durmiendo cómodamente en mi cama, sin ninguna interrupción, sin ningún ruido, sin nadie a mi lado. Solo yo y la paz que abundaba en la sala, si... la hermosa paz...

Pero claro como Soy Nakahara Chuuya la palabra "Paz" es como si no existiera si se trata de mí.

Golpeaban sin cesar la puerta de mi departamento, me quejé y solté uno que otro insulto a lo bajo por lo temprano que era.

¿Quien diablos se atreve a venir a las 3 de la mañana?

Cuando abrí la puerta no había nadie así que le volví a cerrar, me giré para irme de nuevo a dormir pero nuevamente tocaron la puerta.

— MALDITA SEA, SEAS QUIEN SEAS NO VAS A SALIR DE ESTA SI ME ESTAN GASTANDO UNA BROMA HIJOS DE PUTAS.

Grité enojado y abrí la puerta de golpe viendo esta vez a lo bajo a un niño pequeño temblando y con su vista agachada, me calme un poco y me puse de cuclillas para verlo mejor.

Cabello oscuro de un color marrón, ojos avellanas con un tenue color carmesí en ellos... pero lo más peculiar es que llevaba una ropa bastante grande. Una gabardina color beige se arrastraba por el suelo, camisa y pantalones también.

— ¿Te perdiste?

Fue lo único que dije esperando la respuesta del pequeño, pero no dijo nada solo se mantenía con la cabeza gacha sin emitir ningún ruido o movimiento.

Parece... asustado.

— Ven, entra. Hace frío allá afuera.

Tomé su mano y él inmediatamente la sostuvo con firmeza, su mano era muy fría para ser un niño. Pero claro, estaba afuera aguantando un frío de mil demonios. Quién no estaría así.

Lo llevé a dentro y lo senté en un sillón, le dije que esperara un momento ya que fui en busca de unas sábanas y chocolate caliente. Luego de tener estas cosas al regresar de nuevo al sillón ya no estaba.

— ¡¿Niño?!

Me sobresalte al ver una pequeña sombra en la cocina viendo como el niño tomaba con sus pequeñas manos un cuchillo bien afilado, me alarme y corrí enseguida quitándole de la manos el peligroso objeto.

— Eso es caca niño.

— Chu... Chuu...? ¡Chuta!

— ¡¿Ah?!

El niño le brillaban los ojos y se abalanzó sobre mí pidiendo que lo cargara, yo solté un suspiro y lo alze en mis brazos.

— Chuta?

— Soy Chuuya, no Chuta pequeño. — dije entre una pequeña risa.

— Chu... Chuu... ¿Chuuta? Ah... no puedo decirlo muy bien...

— De todos modos ¿como sabes mi nombre?

— Soy Datai, Datai Osamu.

— Datai...? ¡¿JODER ERES DAZAI?!

Me asombre tanto que termine por dejarlo caer al suelo, lo volví a alzar y me disculpe.

— Lo siento, me sorprendí.

— Ay... ayay ¡Chuta malo! No me dejes caer que duele.

— Dazai, ¿como llegaste a ser un niño?

— Fue una pertona mala que me quito masar.

— Habla bien Dazai. No te entiendo.

— ¡Que me quito masar!

— ¿Querrás decir matar?

— Si eso.

Yo solo suspire y lo lleve al baño, estaba todo sucio y olía raro. Mejor encargarme de él ahora que está en este tamaño.

— ¿Que vas a hater Chuta?

— Te voy a Bañar, así que quédate tranquilo y no hagas locuras mientras te lavo.

— ¡Chuta peversido! Me quetes manosiar yo te!

— Dazai, es imposible que te laves por tu propia cuenta. ¿O quieres que oler mal todo el día?

— Pretiero oler mal.

Vi como se cruzó de brazos apartando la mirada de mi, suspire y me fui del baño para buscar un pequeño juguete que utilizaba cuando de niño no quería bañarme.

— Mira Dazai, traje al Rayo Mcqueen.

Dije con una sonrisa ofreciéndole el pequeño juguete a Dazai, él lo vio de reojo pero volteó su mirada con enojo de nuevo.

— ¡Yo no quieto esa mielda!

— ¡No digas groserías con esa boca! — dije con mi ceño fruncido. — Dime que quieres entonces.

— Quieto... quero que... ¡Chuta se bañe conmigo!

Mis ojos se ampliaron y pude jurar que Dazai estaba rojo de la vergüenza, me reí un poco y asenti con una sonrisa. Pues es solo un niño en este momento, y el deseo de poderme bañar con alguien de pequeño nunca se cumplió así que...¿porque no ahora de grande?

— Bien, pero primero déjate y te lavo primero y después nos metemos a la bañera ¿si?

— ¡Ti!

Al rato de unos minutos nos encontrábamos metidos en la bañera, Dazai siempre jugó con el juguete de Rayo Mcqueen y yo pude relajarme un poco más, cerré mis ojos y suspire pesadamente dejando ir el cansancio acumulado y el estrés del día.

No sabia que un pequeño me estaba mirando tan fijamente en ese entonces.

— Chuta... etes muy bonito.

— Eh? — lo miré a los ojos y el solo sonreía.

— Tu cuelpo desnuto es Bonito.

Bien a la mierda todo, mi cara ya estaba haciéndole competencia al color de mi cabello.

— Dazai, no digas esas palabras siendo un niño. Es raro.

— Peto...

— Dilo cuando regreses a la normalidad.

Fue lo único que dije y el solo asintió emocionado.

— Chuta también quieto hacelte mío!

— DAZAI QUE NO DIGAS ESAS MIERDAS CON UN CUERPO DE NIÑO.

Soukoku One Shots 𝄢 [BSD]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora