Compañero

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Varias veces el temido y oscuro dúo llamado doble negro eran enviados para que se encargaran de las organizaciones que perjudican a la mafia portuaria, a ellos dos no les agradó en absoluto que fueran asignados para ser compañeros y mucho menos se tomarían la molestia de pretender que lo eran, un pelirrojo siempre se quejaba por los trabajos que recibía para hacer con la persona de vendas que lo sacaba de quicio todo el tiempo.

A cambio el de ojos castaños solo procuraba burlarse y molestar al más bajo siempre y cuando les tocara hacer misiones juntos o cuando se encontraban por casualidad, por supuesto, el de vendas siempre alcanzaba a quejarse también en las misiones diciendo cosas como "pudiera hacer esto yo solo sin la ayuda del enano" o "prefiero suicidarme antes de trabajar contigo".

Nakahara Chuuya siempre explotaba cuando escuchaba al castaño quejarse, hasta el punto de lanzarse sobre él para darle fuertes golpes en su cara y dejarlo medio muerto en el suelo pero, después del pasar de unas semanas el pelirrojo por primera vez se sorprendió al ver que Dazai Osamu había esquivado unos de sus golpes.

Luego de eso el castaño siguió esquivando cada uno de sus golpes más seguido al punto que ya este sabía en que momento el oji azul iba a golpearlo, en solo pocas semanas el de vendas había aprendido cada hábito, movimiento y ritmo de aquel enano.

Después de todo él ya había aceptado que eran compañeros y tenía, por lo más que no le gustase, conocer algunas cosas de la persona que se le fue asignada como su compañero, tenía que adaptarse a esa persona con pésimo gusto de sombreros.

Pero Chuuya aún no iba aceptar que lo eran, a él le molestaba que lo fueran puesto como compañero de Dazai solo por haber tenido éxito aquella vez que se enfrentaron con Randou y después de todo no es como si tuvieran la confianza para trabajar en equipo, le molestaba que lo asignaran con la peor persona dentro del lugar ¿no había otro sujeto? Siempre se lo preguntaba cuando le asignaban trabajo en solitario y cuando terminaba su trabajo tenía un momento para pensar en muchas cosas que lo atormentaban.

En serio, ¿por qué él?

Quizás este no era momento de pensar en esas cosas, no esta vez que se encuentra con el castaño a su lado llamándole insistentemente.

— Chuuya.

El de oji azul aún seguía sumergido en sus pensamientos.

— ¿Chuuya...?

Pensando de nuevo el porqué le habían asignado un compañero tan molesto.

— Oye chibi.

Preguntándose miles de veces el porqué existía ese ser tan fastidioso que lo llamaba.

— Bien, si no me contestas entonces quemare este horrible sombrero.

El pelirrojo no se inmutó de cuando el de ojos castaños le había quitado su sombrero, este último estaba canturreando felizmente y jugando con el sombrero en sus manos pensando en el hecho de que al fin podría quemar y deshacerse de esa espantosa cosa que se hacía pasar por un sombrero.

Cuando estaba a punto de arrojarlo en el basurero y quemarlo con el encendedor que traía, pudo observar como Chuuya se lanzaba para darle una patada en toda su cara, por suerte él felizmente lo esquivó con una sonrisa en sus labios jugando de nuevo con el sombrero en sus manos.

— Regresamelo bastardo.

— ¿Oh? ¿Estas enojado? Bueno... no es ninguna novedad, siempre lo estás.

— Maldito, si no me lo regresas te vas arrepentir.

— ¿Arrepentir? ¡Pero si te estoy haciendo un favor!

– Cállate y regresamelo ¿o quieres morir?

— Prefiero morir a causa del suicidio así que no, gracias.

El de vendas se acercó al pelirrojo sin ninguna expresión y le devolvió el sombrero, siguió caminando y miró de reojo por última vez a su compañero.

— No tienes que usar algo que no te pertenece Chibi.

Y dicho eso último el castaño siguió su camino sin ninguna expresión y un pelirrojo quedó solo en aquel lugar con las inmensas ganas de ir y matar ahora mismo al suicida que tenía su vida atormentada.

— Cállate bastardo.

Desde luego Chuuya se fue por su lado con una mirada que podría matar a cualquiera que se le acercase pero al recibir una llamada de su jefe diciéndole que tenía otro trabajo con Dazai, su mirada se volvió cada vez más oscura y siniestra.

Él juró que si llegaba a ver de nuevo a Dazai, esta vez si podría matarlo.

Se encaminó al lugar acordado donde llevarían a cabo el trabajo, el castaño estaba ahí, con la sonrisa que siempre le disgustaba al pelirrojo, este solo chasqueo su lengua con molestia.

— Terminemos esto lo más rápido posible Chuuya.

— No tienes que decírmelo maldito Dazai.

Luego de eso el más bajo lo cubría un aura roja por causa de su habilidad, marcas rojas igualmente eran esparcidas por su cuerpo donde se podía notar como cada vez crecían en sus manos y rostro.

Chuuya había decidido utilizar Corrupción.

Y Dazai no se lo esperó.

El castaño tenía otro plan en mente pero era cierto que Chuuya al usar corrupción todo sería más fácil y rápido de terminar, lo que no le gustaba del asunto era que el pelirrojo había perdido por completo la razón de nuevo y ya estaba enloquecido destrozando todo a su paso, a Dazai le frustraba tener que ver a un Chuuya descontrolado por su propia habilidad, le molesta tener que salvarlo de su propia habilidad, le disgustaba ver a ese pelirrojo sufrir y que este mismo no se diera cuenta del daño que se está haciendo.

Era verse a él mismo de cierta manera.

— Chuuya ya es suficiente... descansa.

El castaño tocó su mejilla y este enseguida se desplomó en el suelo con un Chuuya recostado en su regazo, era agotador tener que hacer esto pero, de alguna manera Dazai se sentía aliviado  de ver aquel pelirrojo durmiendo tranquilamente como si nada hubiera pasado.

Él se levantó y pasó por sus hombros el brazo del oji azul para llevarlo de vuelta al edificio, en medio del camino pudo escuchar susurrar el pelirrojo algunas palabras que llamaron por completo su atención.

— Estupido... compañero...

Gracias por leer, espero tengan bonito día hoy ♡

Soukoku One Shots 𝄢 [BSD]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora