San Valentín 🌇

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Ya pasó, pero aún no es tarde, sin nada más que decir, disfruten.

— Jamás pensé que sería de esta manera en la que dijiste que celebremos San Valentín...

Dazai había hablado con una mueca mientras se acomodaba la venda en su ojo que estaba molestándolo, mientras que un pelirrojo andaba levitando gracias a su habilidad en búsqueda de algo.

Dos mafiosos, ambos de 16 años, andaban por las calles de la ciudad en búsqueda de "algo" es lo que había dicho Chuuya, pero el de vendas suponía que ni su compañero sabía en dónde buscar porque llevaban un buen tiempo buscando y no encontraban nada, ya harto de tanto caminar se detuvo y cruzó sus brazos dejando que el otro continuara.

— Oye, será mejor que camines de nuevo, creo que ya tengo la ubicación del lugar. – habló el de ojos azules mirando desde arriba algo en el horizonte.

— Claro, claro, caminar... ¡Estoy cansado y yo no puedo flotar como tú! Ya han pasado 4 horas, solo dejémoslo así, no pienso caminar más. – se negó el castaño mientras suspiraba.

— En serio tienes una mala resistencia física idiota, bien... supongo que haré una excepción contigo.

— ¿Excepción...? – susurró Dazai mientras veía como el contrario se acercaba a él.

Chuuya había tocado la gabardina negra de Dazai, pensó que funcionaria que su habilidad manipulara al castaño y a su sorpresa si sucedió, ya que el otro estaba sorprendido flotando en el aire.

— ¿Sabes que en el cualquier momento se anulará verdad? – habló el de vendas mirando al pelirrojo que estaba sonriendo.

— Creí que se anularía de inmediato, ¿qué sucedió? ¿Tu habilidad de anulación falló? – preguntó con una sonrisa orgullosa en sus labios.

— No lo sé, igualmente... ¡Ah!

Dazai había caído al suelo y Chuuya se rio a carcajadas viendo como su compañero se quejaba ahí abajo, fue ayudarlo, pero resultó que al final lo cargó en sus brazos.

— No usaré mi habilidad, así que caminaré mientras intentas descansar, cuando vea que estés dispuesto a caminar, te soltaré idiota. – aclaró comenzando a caminar con Dazai en sus brazos que estaba estupefacto con lo que está pasando.

¿Estaba siendo cargado en brazos de Chuuya? ¿Esto era una pesadilla?

Observo como su compañero caminaba con normalidad viendo al frente en todo momento y Dazai... Él estaba tomando un color rosado en sus mejillas inconscientemente.

¿Cómo terminó esto así? Él solo no quería caminar más... pero no había la necesidad de que fuera cargado.

— ¿ya vamos a llegar? Ser cargado en brazos no es lo mío y menos por ti babosa. – habló con una mueca mientras miraba a Chuuya.

— Una calle más y... ¡Llegamos! Bien, ahora abajo Dazai. – soltó al castaño así no más, mientras que el otro cayó fuertemente en el suelo.

— ¡Pero no me bajes así enano loco! Ouch... – exclamó colocándose de pie tocando su espalda que recibió el golpe.

— Bien, lo siento, es que pesas y no es mi culpa que estuvieras tan pegado a mí. – comentó mientras se rascaba la nuca avergonzado, jamás le diría que por su culpa le latía su corazón como loco.

Ambos chicos miraron hacia al frente dónde se encontraba una tienda de chocolates, el lugar que Chuuya había mencionado antes era ese lugar, aunque su compañero no parecía muy a gusto al ver una tienda de chocolates al frente suyo.

— ¿Tanto tuve que caminar para llegar a una tienda de chocolates? ¿En serio? – preguntó el de vendas con una mueca de cansancio mirando al pelirrojo.

— No te quejes porque al final tuve que cargarte, además, esta tienda no es solo eso, entremos ven. – jaló al castaño adentro del sitio y cuando la campana de la puerta sonó los recibieron muchas pistolas apuntándolos directamente.

Chuuya alzó sus manos e indicó que Dazai lo hiciera igual, ambos con sus manos arribas las pistolas dejaron de apuntarles y el pelirrojo sonrió orgulloso jalando a su compañero de la muñeca para que siguieran caminando.

Dazai analizaba dónde estaban, el lugar por dentro es una tienda típica de dulces y chocolates, pero que de repente unas pistolas hubieran aparecido fue inesperado ¿Dónde demonios lo trajo Chuuya?

— ¿Esta es la forma en la que quieres pasar San Valentín? Si es así, que extraña manera tienes de hacerlo... – habló el castaño silbando despreocupado como si no hubiera sido amenazado con armas antes.

— Ya te lo dije, no es cualquier "tienda de chocolates" esto era una base enemiga que antes destruí, aunque me impresiona que esté en buenas condiciones, además que el sistema de seguridad aún sirve. – comentó mientras caminaba buscando algo con la mirada, hasta que lo encontró.

Eso era una escalera que llevaba hacia arriba, una escalera muy larga en vista de Dazai, lo cual tendría que escalar hasta llegar al final, él no queria hacerlo por más que Chuuya le insistiera, pero al final terminó haciéndolo porque su compañero le tenía una sorpresa allí arriba y le dijo que si no iba estaría realmente enojado con él.

No le quedó de otra.

Además, había llegado hasta acá, era muy tarde para regresar.

Así fue escalando y Chuuya iba detrás de él, no entendía por qué el pelirrojo no usaba su habilidad para simplemente flotar y llegar allá, pero no podía negar que era reconfortante tenerlo cerca y escalando igual que él.

De esa forma por fin habían llegado y era tan alto, que jamás pensó que observaría un cielo al atardecer en ese momento, Dazai miraba con su respiración agitada la vista que se le permitía desde ahí arriba, mientras que Chuuya terminaba por subir para luego mirar con una sonrisa la vista que se puede presenciar.

— ¿Qué es... esto...? – preguntó el de vendas mientras se sentaba al borde de aquella construcción tan alta, moviendo sus piernas en el aire sintiendo a la vez el frío acorralarlo.

— Mi lugar favorito, cada día al atardecer y al amanecer termino en este lugar observando el cielo para ordenar mis ideas y también para despejarlas... – se acercó y se sentó a su lado viendo de igual forma el cielo - Solo quería mostrarte esto alguna vez.

Dazai lo miró sorprendido para luego reír, la causa de su risa era que Chuuya estaba sonrojado todo el tiempo que dijo esas palabras, le resultaba tierno saber que su compañero quería compartir su lugar favorito con él, en verdad lo apreciaba.

— Esas palabras fueron muy profundas, de repente el ambiente está serio por tu culpa Chuuya. – habló entre risas mientas que el otro lo golpeaba con leves puños en su brazo para que se detuviera.

— ¡Claro que es serio! Se trata de algo apreciado para mí. – aclaró mientras se cruzaba de brazos viendo que el otro no paraba de reír.

— Bien, lo entiendo, es algo que aprecias mucho... – se calmó Dazai sonriendo.

Chuuya aún no había terminado con su sorpresa por lo que de repente unas joyas salieron flotando delante de ellos, Dazai observó detenidamente lo que hacía la habilidad de Chuuya con esas joyas, aunque luego fueron rotas en miles de pedazos o más bien pulverizadas, ya que la vista de esas joyas siendo rotas delante de él fue algo que nunca había visto, la manera en que cada cristal cae lentamente... era algo precioso de ver.

— ¿Desde cuándo planeas este tipo de sorpresas? Me haces sentir mal al no haber planeado algo. – confesó mientras se desordenaba el cabello.

— La verdad no me importa si no planeaste nada, esto lo tenía planeado hace tiempo y algún día quería mostrártelo ¿No lo dije?

Sonrió hacía Dazai inocentemente, el de vendas escuchaba su corazón latir como nunca, así que soltó una sonrisa agarrando el mentón del otro para atraerlo en un beso, un beso que fue fugaz, cálido, calmado y lleno de emociones, que a lo largo de los años aún ambos recuerdan aquel beso en el lugar favorito del pelirrojo.

Un lugar que también se convirtió en el favorito de Dazai.

Soukoku One Shots 𝄢 [BSD]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora