Capítulo 30 Candeb e Ivonne

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Esa voz...esa voz...tan meliflua, tan cómodamente familiar, es un susurro nostálgico... ¿por qué...? ¿Por qué mi corazón se siente tan quebrado?, lentamente el brillo del sol entraba poco a poco por la ventana, ¿cómo puede haber luz aquí abajo?, tal vez han venido a buscar.
-Oye tu...Hey. - una tela fue arrojada a mi cara con fuerza. Me levante inmediatamente, preocupada por tanto apuro, miré a la dirección de donde aquella tela había sido arrojada, me llevo una gran sorpresa, pero más que eso fue un desconcierto el ver aquella mujer delgada vestida de negro con un delantal blanco con bordes de encaje. Movía uno de sus pies con apuro, se notaba que estaba de prisa, observe a mi alrededor tratando de descubrir donde estaba, la decoración de aquella habitación era algo pequeña pero hermoso, se sentía muy cálido y muy ameno, había dos camas individuales pegadas a una ventana que eran separadas por un tocador, frascos de esencias aromáticas y unos pequeños cofres decoraban aquel tocador. Al frente mío había un armario que parecía ser compartido. Sin aún saber donde estaba mire confundida a la mujer que ahora parecía estar molesta.
-Oye tú... ¿Cuánto tiempo piensas esperar? ¿Eres nueva no?, no deberías llegar tarde en tu primer día de trabajo. - ¿Trabajo? Pero...yo...levante mis manos para quitar la sabana que me cubría aunque al contrario de mi sentir de antes, me sobresalto ver mis manos mas grandes y delgadas, Ya no eran las de una niña pequeña de 6 años, apresuradamente corrí hasta el un espejo lo que parecía ser un espejo cerca de la puerta y...mis piernas iniciaron a temblar, mi cabello ya no era blanco, mis ojos ya no eran los de una noche de estrellas, ahora era diferente, mi aspecto era el de una mujer diferente, como el de mi antigua vida solo que...el ambiente no era el de mi antigua vida, se sentía como si aún estuviera en Clawwind, estas habitación son parecidas a los dormitorios de las doncellas del castillo.
Repentinamente el espejo se lleno de humo, como si fueran nubes, Parecían muy reales, curiosa quise tocarlo con mis propias manos, pero fui interrumpida por la desesperada mujer.
-Quieres darte prisa y cambiarte, nos regañaran, oh no dudo ya es tarde ¡Rápido! – De prisa me quité el camisón blanco que llevaba puesto, me puse el vestido negro, pero se me dificultaba un poco el poder ponerme en delantal.
-vamos es tarde. – la mujer me sujetó con fuerza del vestido para salir de la habitación, no entendía por qué había tanta prisa pero, algo de lo que he aprendido hasta ahora es que mis curiosidades siempre son contestadas. El pasillo por el que caminábamos era muy largo, salimos a lo que parecía ser el recibidor de un palacio, pero había algo raramente familiar. Esperamos en una gran puerta en forma de línea, había mas chicas vestidas como yo en una fila larga. De repente todas hicieron una reverencia, lo que no entendía del todo ya que no veía a nadie. Ahh a eso se refería con llegar tarde. Cuando las mujeres de la nada saludaron muy cortésmente.
-Saludos a nuestra princesa sol del imperio. - decían todos al uniso. La silueta de una mujer se hacia visible conforme iba caminando. Sin duda debe ser alguien importante, Tal vez morí nuevamente en aquel templo, ¿será esta mi nueva vida?
-Saludos a nuestra princesa sol del imperio. – Reverencio la mujer a mi lado, volviendo en si me di cuenta que todas me miraban esperando mi reacción.
-¿Qué haces? Has una reverencia ahora. – Me dijo la mujer a mi lado, cayendo en cuenta de mi posición, hice rápido lo que me ordeno.
-Lo lamento Princesa la chica es nueva aún no se adapta del todo, por favor discúlpela. – Vaya no puedo creer que hasta hace alguna hora era una princesa y ahora yo cuido de una. Que caprichosos son los dioses.
-No te preocupes se ve algo confundida con el lugar, dime, ¿te encuentras bien? – Una suave y delicada mano acaricio mi mejilla dulcemente. Su mano era muy cálida y reconfortante.
-Si me encuentro muy bien, perdóneme princesa yo...-alce la mirada para ver a la dueña de tan melodiosa voz y cálidas manos. Pero al verla mi respiración se detuvo, era como una ola de recuerdos nostálgicos que golpeaban mi rostro, instintivamente algunas lagrimas salieron de mis mejillas. Sus ojos tan llenos de brillo hacían recordar una tarde en el campo viendo el cielo azul, Su cabello rubio como la inmensidad dorada de los pastizales. Si es cierto que perdí los recuerdos que tenía de ti, pero...aún así, aunque te viera en mil vidas, tu presencia y tu voz, me harían saber que eres tú. Si se me permitiera pedir un deseo, volvería hacia atrás y me aseguraría de no decepcionarte, trataría de darte un rumbo distinto. Pero se ha cumplido uno de mis deseos, que es volverte a ver...mamá. Siento que mis lagrimas sean tan confusas para ti, siento que tengamos que vernos en esta situación, lamento el que nos separáramos, alegremente y llena de vida nuevamente no pude evitar abrazar a mi madre, traté de parar mis lagrimas y solo respirar su aroma, su aroma a Peonias, su aroma maternalmente lleno de amor.
Mi madre estaba un poco confundida, podía sentirlo en su cuerpo rígido, aún así en vez de apartarme ella me abrazo con más fuerza, acaricio mu cabeza y junto nuestras mejillas.
-Has pasado por mucho ¿no es así?, tranquila todo estará bien. – Mamá de verdad ¿sabes quien soy?, ¿Me recuerdas?, mamá... ¡mamá! ¡No sabes la falta que me has hecho! ¡No sabes todo lo que he pasado por tu ausencia!
–Descuida todos en este reino tienen una oportunidad, aunque seas nueva todas te ayudáremos, Por favor cuida de mí. - Me separe de nuestro abrazo, la mire a los ojos, y ella me sonreía dulcemente...no...definitivamente no sabes quien soy...no me recuerdas...es tan injusto. Pero no me importa, si ese es el precio que debo pagar para estar a tu lado, lo tomaré, y si en esta vida solo soy tu doncella...me quedare a tu lado y cuidaré de ti...para siempre. Ahora me toca darte mi vida, como una vez lo hiciste tú. Me arrodillé frente a ella mientras bajaba mi cabeza.
-Princesa...prometo cuidarla y protegerla siempre, permítame servirle para siempre. – Algunas voces susurraban a mi lado, algo como ¿Qué se cree? ¿Un caballero?
-Bueno...para siempre es mucho tiempo desearía que así fuera.- susurró con unas palabras tristes.
–Pero acepto tus buenos deseos, sé que lo haces desde tu corazón, puedo sentirlo.- Mamá me tomó de los brazos y me levanto, me miro feliz y dijo.
–Me gustaría mucho tenerte a mi lado, por favor considérate parte de mis doncellas personales, estoy segura que nos llevaremos muy bien...-Su rostro parecía lleno de vida nuevamente, sus perfectos ojos fueron achicándose mas y más a medida que sonreía.
–Aún que soy muy energética, espero puedas seguirme el paso hehehe.– rio divertidamente a carcajadas.
-¿No es así Piper? – preguntó a la mujer que me había apresurado, Piper suspiró cansada y asintió.
-Oh, pero vaya algo le falta a tu vestido déjame ayudarte. – Giré mi cuerpo como lo pidió mamá, sus manos ataban los cordones de mi delantal. – Muy bien ahora si esta lista, por favor Piper no seas tan dura con ella. – Piper le sonrió amablemente, Mamá ordenó que sus doncellas la ayudaran a prepararse pues quería tomar un baño.

serás tú, mi majestad. (Editando)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora