Capítulo 03 Mi salvador

520 56 6
                                    

Bien así es, creo que después de esa triste historia explicare, Soy Avalon, ¿mi apellido? Realmente no lo sé, mi madre murió a los días que nací y mi padre, bueno el me abandono en un orfanato, vivimos en el reino de Clawwind le llaman el reino del dragón blanco, la verdad no estoy muy segura el por qué, eso solo lo escuchado, en este país hay más de 20 capitales, es el reino mas grande y rico que existe, se que haya mas reinos pero desconozco totalmente, no he tenido la oportunidad de salir desde que vivo en este lugar vivo en un orfanato donde a los niños son vendidos para diversas cosas, esclavos, sirvientes o las niñas son vendidas a hombres malos, pero algunos han tenido la dicha de irse a un buen hogar, supongo que no he tenido suerte hasta ahora, ¡hey! Después de todo mi padre casi me asesina y sobreviví, creo que a mi edad los dioses están de mi lado, pero se que en esta vida seré valiente, sí, tengo la misma historia, pero no tiene que ser el mismo final, lo prometo mamá, viviré y seré una guerrera. Muchas personas han estado interesadas en mí, debido a mi cabello blanco y ojos azules como el cielo resplandeciente son muy raros, se dice que solo la familia real tiene estas características, la gente ha querido comprarme, pero no puede pagar el precio que la señora zaldy pide, por un lado, estoy agradecida por eso. Aunque no todos los días son de suerte.

-Vamos todos formen una línea inmediatamente hoy vienen por mercancía.- Hablo emocionada la señora Zaldy, los mas pequeños estaban asustados, todo esto era nuevo para ellos, tome la mano de mi mejor amiga Blair. Ambas habíamos estado desde bebes aquí, los padres de Blair fueron asesinados por unos ladrones, eso dijo la señora Zaldy, pero desde bebes nos unimos mucho, ambas tenemos solo 4 años, claro que mi mentalidad es un poco mas grande.

-Mas les vale portarse bien o les daré 20 azotes a todos.- La señora Zaldy abrió la puerta, un hombre de vestimenta muy fina entro, tenia lentes y ya era algo viejo, se notaban las arrugas en su piel.

-Dígame Duque Bacy que es lo que esta buscando.- El hombre caminó por toda la habitación, viéndonos a cada uno de nosotros.

-Busco una niña hermosa, que en el futuro siga siendo hermosa, digna de un caballero de la corte imperial, será un obsequio, digamos que su pasatiempo es coleccionar bellezas.-

-Pues tengo algo peculiar, extraño, hermoso, y digno de una buena suma, como comprenderá no es nada barata, ¡tú, blanca ven aquí!.- temblando solté la mano de mi amiga, rezando al cielo que no me escogiera, camine tímidamente hasta ellos, la señora Zaldy me tomo del brazo fuertemente.

-Vamos camina niña, ¿acaso quieres 20 azotes?- mire nerviosa al hombre, me miraba de arriba abajo inspeccionándome, cerdo soy solo una niña, en mi antigua vida se llamaban pedófilos. -Sin duda una belleza digna de admirar...¿cabello blanco? ¿no tendrá nada que ver con la familia real verdad?- pregunto el cerdo nervioso y molesto.

-¿Cree que alguien como ella seria la hija del emperador?, la familia real es sin duda mas hermosa que esta niña.-
-Eso es cierto, bien acepto ¿Cuánto quieres por la niña?-mis piernas comenzaron a temblar, mi sudor era mas frio que la nieve y mis ojos hacían una guerra con las lagrimas que amenazaban con salir.
-Quiero 1,000 monedas de oro- Sonrió la señora Zaldy, ¡Maldita perra!.
-Trato hecho.- ¡estúpido cerdo!, me gire hacia Blair, mis ojos reflejaban el temor que estaba viviendo, trate de correr hasta ella, pero unas manos en mi cintura me lo impidieron, el hombre me cargo como si fuera un costal de papas y me llevo.
-¡Blair!, ¡Blair!- llore y grite todo lo que pude pero fue inútil, me subieron a un carruaje, yo seguía llorando y gritando, el hombre irritado por mi comportamiento me dio una bofetada que hizo que callera del asiento del carruaje, ¿mi vida acabara así? ¿seré una esclava? prefiero morir a que eso suceda, pero no tenia mas fuerzas para levantarme, el hombre seguía golpeándome el rostro y pateándome.
Ahora me pregunto ¿mamá de verdad fue buena idea sacrificarte por mí? el cielo que herede de mi padre ya no estaba en mis ojos.
-¡Señor estamos entrando a la capital de Clawwind- dormí tanto en el viaje que no me di cuenta cuanto había pasado de tiempo, no había comido ni tomada nada, creo que durante 3 días, si este cerdo no me mata, espero que lo haga el hambre.

El carruaje se detuvo un momento, el hombre me miro molesto y gritándome dijo.
-¡Mas te vale que no te muevas eres una mercancía muy cara, ¿Qué esta pasando?.- después de preguntarle al hombre de afuera bajo del carruaje.
-Los caballeros del dragón blanco, están pasando creo que vienen de la guerra señor.- hablo uno de los hombres que nos escoltaban.
-Parece ser que nuevamente su majestad ha traído consigo la victoria, no podía esperarse menos del emperador, este día es de gloria- la gente gritaba eufóricamente y felicitaban a todos los soldados.
No puedo seguir esperando mi muerte en manos de este cerdo, abrí la puerta del carruaje empujando al cerdo que se encontraba ahí, mientras caía al suelo y su gente lo ayudaba a levantarse aproveche y corrí lo mas rápido que pude, me adentre en la multitud que invadía las calles, sabia que me estaban siguiendo pero tenia que correr, tenia que tratar de sobrevivir, irme lo mas lejos que pueda. Cuando parecía que los había perdido, me detuve a descansar estaba por colapsar, no tenia mucha oportunidad dé quedarme a descansar, dispuesta a seguir corriendo, unas manos me tomaron del cuello fuertemente, mi cuerpo se golpeo fuertemente contra la pared, di un grito ahogado de dolor mis fuerzas para seguir respirando se estaban perdiendo, pero mis ojos ya no darían ni una lagrima más, ¡mamá ayúdame!.
-¿Qué tal si te estreno yo primero mocosa- mentí, si mentí, creía que seria fuerte mamá pero no puedo seguir...mamá
-Ayúdame- dije con las ultimas fuerzas que me quedaban.
-Nadie va ayudarte mocosa- El hombre comenzó a reír descaradamente.
Las manos del hombre soltaron mi garganta de un instante mi cuerpo cayó al suelo, no podía levantarme ni hablar, mi vista era algo borrosa pero pude ver los pies de lo que parecían ser caballeros y patas de caballos.
-Llévenselo y a todos los de su escolta.- hablo una voz que me resultaba muy familiar.
-Si su majestad- gritaron algunos hombres.
-Neth, trae a la niña- volvió hablar la voz conocida. -si majestad- fue lo ultimo que pude escuchar.

serás tú, mi majestad. (Editando)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora