Capítulo 14 Niño tomate

210 16 0
                                    

La vida me enseñó que si alguien no te ama simplemente te alejan, pero es una ironía de la vida entender que cuando te aman también tienen que dejarte. Aunque quería sentirme enojada, molesta y desilusionada, entendí que todo esos sentimientos ajenos me trajeron al punto donde estoy, lo siento tío Lauke, siento que tardará un mes para entenderlo. El viento sopla arrastrando mi soledad de un lugar que anhelo estar pero que ya está lejos.
~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~
-Escuchame cariño, tendrás que quedarte aquí con Amelia por un tiempo.- Apesar que el tío Lauke me hablara con voz fuerte, se perdía en mis pensamientos. Nuevamente soy abandonada.
-Cariño, lo hacemos para protegerte, aquí nadie las encontrara.- el tío Lauke beso mi cabeza.
-Creenos que hacer esto, nos destroza, solo quería que tuviera una infancia feliz, la de una niña.- mis lágrimas corrían por las manos de mi tío.
-Ava, nunca dudes que te amamos, y siempre vamos a protegerte, aquí vivirás una vida tranquila con Amelia, nos escribiremos cartas y créeme que yo vendré a verte.- La tía Naru tomó mi pequeño cuerpo en sus brazos.
-Señor, haré lo que sea para proteger a la princesa.- Hablo Amelia
-Solo será por un tiempo, la mantendremos a salvo hasta que pueda ir al reino de magia...- el tío Lauke se unió al abrazo junto con mi tía.
-Amelia estaré escribiendo cartas así que no dudes en notificarnos todos.- comento la tía Naru.
-El ministro Ermes está al tanto de todo, es un buen amigo mío, no dudes en acudir a él si están en problemas, sin duda estarán bien aquí en Dieber.- le comentó el tío Lauke a Amelia.
¿Qué puedo decir?, Nada...pero como prometí, tengo que vivir, y si tengo que convertirme en otra persona lo haré. Tú Candeb... espera y verás, cambiaré todo tu mundo, seré quien te haga caer.
~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~
-Ava, quieres ir al mercado por algunas frutas.- me emocione a tal petición de Amelia, casi nunca salimos, solo cuando el señor Carl viene a vernos, vivimos en una casa un poco alejado de la capital del reino de Dieber, es gobernada por el espíritu del rey dragón Rojo que desciende en la familia real Dieber, el emperador Dieber, dicen que es un rey muy justo, valiente y sabio, los herederos destacan por sus iniciales cabellos rojizos, como el color del fuego.
Amelia me puso nuevamente la peluca que tía Naru me había dejado.
-¿Por qué tengo que usar una peluca tan oscura, no me gusta el color negro.- pregunté a Amelia.
-Por favor Ava ya hablamos de esto, además te ves hermosa con todo lo que te pongas.- Alguna vez podré mostrar mi cabello sin peligro y vergüenza, mi vestimenta cambio, tengo que pasar desapercibida, y eso nos mantendrá un tiempo en este lugar.
- vamos estamos lejos de la capital de Dieber, si tenemos suerte pasar alguien que pueda llevarnos.- Amelia y yo salimos, no tuvimos mucha suerte como ella decía eso nos pasa por vivir retiradas de las personas, caminamos un largo rato hasta llegar a la capital, Amelia siempre admira mi espíritu y energía tal vez porque soy pequeña siento que puedo caminar todo el día, debo admitir que esté reino es muy hermoso, este lugar destaca por sus colores rojos y blanco, según Amelia todos los reinos destacan por su color únicos y el que da fuerza y liderazgo y lealtad que es el blanco de la nación del dragón blanco, si hablo de Clawwind, al parecer todos quieres tener muy buenas conexiones con Clawwind pero a veces su emperador es muy difícil.
En fin deje que Amelia comprara lo que necesitaba, admirada de las maravillosidades del mercado y la gente, me gustaba, cerca del lugar se escucha algo de música algo así como una flauta, seguí el sonido grandioso, la gente estaba reunida en círculo escuchando la dulce melodía, empujando un poco a la gente alta, entre pase sus cuerpos para estar más cerca, me lleve la sorpresa de ver un niño de la edad de mi hermano, todo el mundo le aplaudía y no era para más, su melodía era hermosa, hipnotizaban a cada persona que escuchara, que bonito cabello tiene, parece un gran tomate, asombrada por la belleza de su cabello me deje llevar, creo que más de lo que yo creía, cuando me di cuenta me miraba extrañado, ¡Mi mano está en su cabello! Por dios, todo el mundo me miraban atonitos, ¿Qué es malo tocar el cabello de otros en este reino, en este y en todos yo creo. Tratando de disculpame dedique una sonrisa amistosa, sin perder ni un segundo más me eche a correr pero fue inútil, el niño me tomó del brazo. Me gire a verlo, ¡Su expresión en muy seria!
-Hola- sonrió amablemente, ¿Qué?.
-Y...yo disculpa es que tu cabello...pa...parece un tomate y planeaba tocarlo.- cerré mis ojos y lleve mis manos a mi pecho suplicando por el perdón. El rostro del niño reflejaba confusión, pero no tardó en reír.
-No te preocupes, nunca nadie me había comparado con un tomate, es muy gracioso.- viendo la reacción que mi comentario producía en él, pensé que reír también sería agradable.
-Por cierto, ¡que bonita musica!.- está enamorada de esa melodía.
-Muchas gracias, me gusta venir a tocar la ocarina aquí afuera para la gente.- wow de verdad es todo un maestro de la ocarina. Parece que en este reino también hay gente bonita
-¿Qué pasa? ¿Por qué me miras tanto?.- me ruborise antes mis pensamientos, soy débil ante la belleza.
-Tu rostro hipnotizan- ¡Qué idiota! Por qué me hicieron una boca tan grande.
-hehe muchas gracias también tus ojos son...ohhh- me miró fijamente.- por un momento creí ver estrellas fugaces en tus ojos, que extraño, son tan raros pero bonitos.- aaah!!!! Mis ojos!!! Él dijo que son bonitos!! ¿A qué se refería con estrellas fugaces?
-¡Avalon, vámonos!- Amelia grito desde lejos buscandome. Rayos yo quería quedarme un rato más.
-Adios niño tomate, me gustó tu melodía.- le di un apretón de mano y salí corriendo, me apresure a llegar hasta Amelia, tenía una mirada preocupada y molesta a la vez.
-Amelia te he dicho que no te alejes, puedes perderte, ¿Que haría entonces? Que le diría a...- su mirada se relajó, dejo de verme para mirar a un punto fijo detrás de mí.
-¿Quién es tu amigo?.- giré mi cabeza para ver de quién hablaba.
-Oh niño tomate, hola ya tengo que irme a casa.- el niño saludo cortes mente a Amelia
-Creo que puedo ir a tu casa a jugar un rato.- vaya vaya pero quién lo invito a mi casa.
-¿Eh?, Pero yo no te invi...- Amelia tapo mi boca con una de sus manos, estaba un poco nerviosa y no sabía por qué.
-Por supuesto, claro que eres bienvenido.- ¿Pero que le pasa a Amelia? Este es el momento donde debe regañarme y oponerse.
El niño me miro satisfecho, oh ya ya entiendo era tu plan, no te saco la lengua porque soy lo suficientemente madura y...
-Vamos Avalon ¿sigues hablando contigo misma?- ¡¡Voy a golpearlo!!

⚫⚫⚫

Bajamos del carruaje hacia la casa, un caballero ayudo a Amelia a cargar algunas cosas, El niño tomate y yo bajamos.
- Un momento antes que te invites a entrar tu solo, ni siquiera sé tú nombre.- bloquee la entrada para él.
- Cierto, mi nombre es Evan un placer conocerte - hizo un reverencia muy caballerosa, bueno si lo hace así cualquier se siente incómoda.
-Bien ya que sabes mi nombre no tengo por qué presentarme.-crice mis brazos.
-Ava, ¿Cómo es que se dice?.- me reprimió Amelia.
Rodeé mis ojos fastidiada ¡Ayy! Este es un niño intruso.
-Muchas gracias Sir Eva- solté una carcajada.
-Es Evan no Eva.- dijo con un tono fastidiado.
-¿Eh? ¿Es así? Perdona suena tan igual que apenas puedo diferenciarlo.- Evan me miró retandome.
-¿Qué es eso?- Señaló a uno de mis floreros. Lo agarré y se lo dí.
-Es un florero que yo pinté, me gusta que tengan algunos dibujos para hacer más bonitas a las flores, era la silueta de un niño volando por un campo de flores.
-Wow ¿En verdad se puede volar?- pregunto asombrado.
-No sé pero sería fantástico ¿verdad?
- ¡Sí! Que talento tienes Avan- si si ya lo he escuchado antes, es cierto, tengo un gran talento.
-Auque es una pena que lo tengas tú.- si no fuera tan hermosa mi pintura te arrojaría el florero.
- ¿Me gustaría poder pintar así? Comentó Evan, Hmm enseñe a Candeb y creo que puedo ayudar a Evan.
-¿Quieres intentarlo? Yo puedo ayudarte.- ansioso asintió feliz, dándome por vencida, iba a sacar mis acuarelas de una cajón pero fuimos interrumpidos.
-joven Evan es hora de volver, tengo órdenes de llevarlo a casa apenas terminará su paseo.
-¡Eh! Pero si apenas íbamos a jugar yo...- el caballero se negó rotundamente por lo que Evan no tuvo más que aceptar la petición. Tal vez es el hijo del algún noble.
-Hmm no te preocupes después puedo enseñarte, pero ya que te gustó mucho- amigablemente puse el florero con rosas en sus manos.- Te lo obsequio, es mi regalo como mi nuevo amigo que eres.- Evan me miró con confusión.
- ¿Cuándo haces amigos regalas cosas? Oh pero no tengo nada para ti.- le sonreír tiernamente.
-No tienes que darme nada, seamos amigos.- le ofrecí mi mano aa.cual el acepto felizmente.
-Hasta luego Ava, Adiós Amelia- se despidió desde el carruaje. Estoy muy feliz, por fin tengo un amigo aquí...mi primer amigo en un nuevo reino.
-Cof cof.- de pronto comencé a toser.
-Parece que alguien no usa suéter cuando sale al jugar al campo.
Jejeje ni zapatos de hecho.

⚫⚫⚫

Al día siguiente estuve todo el día en cama mi tos trajo consigo una fiebre alta, no pensé que sería tan grave, Amelia ponía compresas frías en mi cabeza y barriga, dormí casi toda la tarde del cansancio. Podía verse un precioso día. Un muy bonito día que disfrutaría mucho si no estuviera enferma, mi cuerpo sentía muchos escalofríos y sueño.
No era mucho pero me sentía muy cansada quería solo dormir, alguien tocó a la puerta, pero no pude escuchar muy bien quien era, ya que el cansancio me estaba venciendo.
-Pero ¿Qué? ¿Su majestad Dieber?- Escuché la voz de Amelia pero no comprendía lo que decía.
-Es que mi hija, está enferma no puedo llevarla así tal vez...-las voces eran apenas audibles
-Te lo recomiendo, debes traerla así, me pidieron usar la fuerza si te negabas a ir, es mejor que vayas, no lo compliques.- por un tiempo deje de escuchar voces mi cuerpo comenzó a quedarse dormido, sentía un poco caliente la cabeza. Sentí como unas manos suaves y cálidas me sacudían un poco, desperté de mi siesta, Amelia tocó mi frente.
-Parece que tiene fiebre, no te preocupes aguanta solo un poco cuando llegues pediremos un doctor.- Amelia me tomó en sus brazos, me puso mi peluca negra y me cubrió con la capa que mi abuela me había dado, encima cubrió mi cuerpo nuevamente con una manta.
-Tranquila si quieres dormir un rato.-me dijo Amelia al subir al carruaje
- ¿A dónde vamos Amelia?- pregunté quedándome dormida.
Amelia me dijo algo que no escuché, termine quedándome dormida todo el viaje, me lleve la sorpresa de escuchar algo, fui abriendo los ojos poco a poco, Amelia me sostenía en sus brazos, atrás de nosotras había muchos guardias y a uno que podía reconocer hasta muy lejos ¿Victor?, Lo mire sorprendida, el me miraba serio pero de pronto vi como hizo una pequeña sonrisa. Me levanté del cuello de Amelia por instinto.
Pero mi cuerpo se detuvo cuando escuché una voz dura, firme y que pensaba que ya no sería de mi agrado.
- Parece que ya despertó, ¿si es cierto que es tu hija permíteme verla?.- aterrada mire los ojos de Amelia, quién tenía una expresión de seriedad y valentía, ¿Esta eres tú Amelia?.
- Cómo he dicho antes emperador Ryu, tengo razones para pensar que mi hija fue secuestrada en tu país.-

¿Papá?...

Espero disfrutaran los capítulos, muchas gracias por leer nos vemos el viernes 🥰No olvides dejar tu estrellita y seguirme eso me ayudaría mucho!🙏🏻❤️ Ahora puedes seguir la novela también por NovelToon

serás tú, mi majestad. (Editando)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora