Capítulo 13 [part 1]

10.8K 1.2K 1.6K
                                    

A veces en verdad creía que Eren actuaba como todo un niño. Por no decir que parecía un idiota que nunca tuvo infancia.

Y es que desde que emprendimos camino rumbo a mi casa, se había comportado de una manera bastante infantil. Comenzando porque de nueva cuenta se puso a correr como un imbecil, seguido de que cada tanto me preguntaba qué íbamos a hacer una vez llegáramos, y finalizando con el hecho de que me hacía recordar que no era niño sino un jodido gigante al que le gustaba lanzarme sus comentarios con doble sentido.

La verdad es que ahora me replanteaba sí había sido una buena idea, más por el hecho de que en serio estaríamos solos y eso era lo que en parte me ponía un tanto nervioso. Aunque no habría porqué estarlo ¿Cierto?

—¡Eren, basta!—Grité.

Pero de nueva cuenta el titán se hizo de oídos sordos y continuó corriendo como sí nada. Logrando que algunas personas se voltearan a vernos y que por ende terminara maldiciendome mentalmente al encontrar similitudes con la típica escena de la madre que regaña a su hijo por alejarse de ella.

Sí es que hasta eso parecíamos más que otra cosa.

Miré por un momento hacia arriba. El cielo ya se había tornado oscuro y eso que todavía no estábamos en un horario que pudiera considerarse tarde; sin embargo, debido al clima frío resultaba algo usual que anocheciera más rápido. Incluso las farolas en los laterales de las calles se encontraban encendidas.

Pasé la vista a mi reloj de muñeca, más mi intención de comprobar el horario se vió afectada ya que inconscientemente me había enfocado más en la enorme manga de la camiseta que Eren me había prestado debido a que mis prendas aún estaban mojadas por su culpa. Suspiré, no pudiendo evitar pensar que seguramente debía verme como un completo ridículo al estar usando algo que prácticamente me llegaba hasta un poco más abajo de las rodillas, como sí fuese un jodido pijama de esos de una sola pieza.

Definitivamente, apenas llegara a casa me cambiaría de ropa, aunque... no sé sí sería conveniente desvestirme cerca de ese pervertido, ya que a duras penas lo había hecho en los vestidores de la Universidad sin que él me produciera más de un mini infarto al bromear con hacerme creer que abriría la puerta en cualquier instante. Acción que cabe destacar, hizo que se ganara unos buenos golpes de mi parte.

—¡Oye bonito! ¿Era aquí, verdad?

Asentí en respuesta al notar que ya nos encontrábamos frente a mí casa. Por lo que me adelanté para poder sacar las llaves y abrir la puerta, dejando que él se adentrara primero.

Y tal y como me lo esperaba. Eren sólo dió unas cuantas vueltas por la sala, observando con curiosidad a su alrededor, antes de dejarse caer en el enorme sofá que adornaba la mitad del espacio.

Rode los ojos—Si, claro. Siéntete como en casa.—Le dije de forma sarcástica, obteniendo una risa de su parte.—Puedes prender la televisión sí quieres e ir buscando alguna película. Yo iré a la cocina por algo.

Me encamine al lugar mencionado, observando de reojo como Jaeger se había sentado como un ser humano normal para tomar el control remoto que estaba en la mesita del frente para prender la tele sin problema alguno.

Ya en la cocina, no me fue difícil buscar algo. Por lo general siempre tenía en la despensa algunas bolsas de botanas en el caso de que la loca o los otros especímenes decidieran caer de visita.

Saqué dos envases de papas fritas, tomando un tazón para poder colocarlas.

—¡Oye Levi! ¡¿Tienes Netflix, cierto?! ¡Porque no lo encuentro!—Le escuché gritarme desde su lugar—¡¿O acaso será que me mentiste porque quieres hacer otras cosas?!

¿Escuchaste El Rumor? #1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora