CAPÍTULO VEINTISÉIS

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Es un final provisional, no sé si en algún momento decida cambiarlo o dejarlo como está. 

Los parpados me pesaban, la cabeza dolía. Abrí los ojos lentamente y una luz blanca colgada del techo me encandiló. Entrecerré los ojos tratando de levantarme y alguien a mi lado me sostuvo.

—Duermes como morsa. — Se quejó Luke burlesco. —los doctores ya te iban a desconectar. 

Le lancé una mirada asesina y alzó las manos rendido. 

—¿Qué hora es?¿Cuánto tiempo he estado aquí? — Me traté de poner los zapatos. 

Miró su reloj y empezó a contar lentamente. 

— Mierda, ¿no sabes leer la hora? — Me quejé llevándome la mano a la cien.

—Cállate, son las 18:00. — Se encogió de hombros y yo abrí mis ojos. Salté de la camilla de un brinco, tomando la chaqueta y colocándomela. 

—¡La pelea es en dos horas! — Exclamé estresada. —¿No le dijiste nada cierto?

Él negó sacando una píldora y me entregó una botella de agua.

—Es tu decisión si le quieres decir y lo que quieras hacer con tu embarazo, yo igual te apoyaré. —Confesó. — La pastilla es para el dolor de cabeza. Pero no es bueno pelear, no en tu estado y los doctores recomendaron...

—Me importa un comino lo que hayan recomendado, debo hacerlo. — Interrumpí exasperada.

Sacudí mi cabeza indicándole que me llevara. Él suspiró y condujo a regañadientes. En el camino me iba vistiendo porque tenía una bata y no era muy  racional pelear en esa condición. 

Llegamos al lugar, habían motocicletas y coches estacionados por todo el lugar y me sorprendió que no se levantaran sospechas de lo que sucedía dentro con tan poco disimulo, pero no se me hizo raro, en la anterior pelea alcancé a reconocer a uno de los profesores de la universidad lanzando billetes al aire y enloqueciendo con cada golpe. 

— Necesito que grabes con cautela todo el tiempo. Va a ser reñido, pesado y no quiero malinterpretaciones. 

Él afirmó con su cabeza y sacó el teléfono de su coche.

— ¿Sabes si vendrá? — Preguntó y yo negué. 

—Me dejo claro todo, pero sé que no le gustaría que esta pelea quede sin realizarse, lo conozco. 

—Eres terca. —Murmuró.

—Muchas veces lo que decimos a través del dolor no es cierto, es solo una barrera para protegernos de un futuro daño.

— Lo amas realmente si estas dispuesta a arriesgarte de esa forma. —Metió sus manos en sus bolsillos y me miró. 

-—Lo amo. De una forma peculiar y sombría comparada al concepto de amor que la mayoría conoce, es de esos amores que te consumen sin darte cuenta pero que te motivan a irte con toda, dispuesto a arriesgar tu zona de confort. —me agaché a amarrar el cordón de mis zapatos—Él daría la vida por mí y yo daría la mía por él.

Cerré los ojos por un momento, tratando de dejar de lado todas las situaciones que habíamos pasado previamente. 

Miré el teléfono, faltaban diez minutos. A zancadas llegué al escandaloso lugar, estaba el doble de lleno, si antes todos quedaban acosados, ahora se mataban por no caerse.

— ¡Rosé! ¡Rosé! — Las personas alzaban los brazos en señal de apoyo.

—¡Sagee! ¡Sagee! — Contra atacaban en gritos. —¡Es un hombre, va a ganar!

Impredecible tentación | #Wattys2021Donde viven las historias. Descúbrelo ahora