CAPÍTULO VEINTIDOS

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Conectar amorosamente era maravilloso, pero en el ámbito sexual no se daba con cualquier persona, no cualquiera era capaz de provocarte orgasmos potentes, no cualquiera te dejaba las piernas temblando, no cualquiera hacia que quedaras con ganas de más cada que terminaba y yo tenía un dos en uno de una forma intensa.

Mi deseo por hacerlo mío y yo suya empezó pocos días después de llegar, por más que intentara convencerme de lo contrario y dejarme llevar fue la mejor decisión que pude tomar.

Sus dedos trazaban círculos en mi espalda mientras yo me movía encima suyo, sus gruñidos me hacían saber que lo estaba disfrutando tanto como yo, sostenía la palma de mis manos en su pecho mirándolo con  picardía. 

—Si supieras cuánto me prendes. — Echó la cabeza hacia atrás y empecé a dar pequeños saltitos. —Oh no, voy a llenarte pero va a ser mirándote en cuatro.

Me agarró del cuello, mientras sacaba su miembro y yo me acomodaba sacando el culo tanto como pudiera. 

—Como ordenes. —Murmuré. 

Giré los ojos al sentirlo nuevamente dentro de mí soltando jadeos.

Posó su mano en mi cadera y la otra en uno de mis pechos mientras me embestía con dureza. Mordí mi labio tratando de contener los fuertes sonidos que se emitían. 

— Quiero má...-

La puerta se abrió y reaccioné volteando a ver.

—¡Leah! — Exclamó mamá horrorizada.

—¡Mamá, toca antes! — Refute cubriendome con la sabana.

— Claro que toque pero cómo ibas a escuchar si se estaban matando. —Llevó una mano a su frente.

—Hola, Lira. —Damon sonrió saludándola moviendo las manos.

—Damon, hijo, tapate que no quiero seguir viéndote desnudo y tu Leah ven que quiero hablar contigo.

Rodé los ojos y me levanté a regañadientes.

— Ya voy. —Ella asintió cerrando la puerta y yo me levanté a buscar la ropa que estaba tirada en el suelo.

Damon me tomó del brazo haciendome caer encima suyo.

—Primero termina lo que empezaste. —Sentenció mordiendome el labio.

—Pero mam..

—Me importa una mierda si Lira se queda esperando un rato. — Interrumpió y elevó la comisura de sus labios.

Enredé mis piernas en su cuerpo y empecé a besarlo, nuestras lenguas se movían a la par y haló mi cabello hacia atrás para empezar a follarme a lo salvaje.

El sonido que producían nuestros cuerpos chocando se acoplan a en todo el cuarto.

Me colgué de su cuello para tener más estabilidad mientras saltaba encima suyo, las piernas me empezaron a temblar haciendome saber la aproximación de mi orgasmo.

Aceleré los brinquitos y el gruñó en mi oído.

—Joder, Leah, sigue.

Una corriente se filtro por todo mi sistema nervioso, todo se nubló a mi vista y suspiré excitada al sentir el caliente líquido vertirse dentro de mí.

Nos quedamos así un momento, él con su frente sobre la mía tratando de regular nuestras respiraciones.

Finalmente me vestí y bajé a desayunar con mamá.

— Hija, debemos hablar. —Sirvió una taza de café y corrí la silla para sentarme.

— Claro.

Impredecible tentación | #Wattys2021Donde viven las historias. Descúbrelo ahora