A través de ti [COMPLETÁ] ✔️

Capítulo 40.

Di lo que sientes o esos silencios te harán ruido toda la vida. —Alex O.

16 de enero, 2021.

16 de enero de 1995 (Fecha de nacimiento de Nicolás) 26 años.

Nicolás.

Me quedé observando el vaso, las luces están apagadas y ya es media noche. La puerta se abre y se escuchan risas que me ocasionan tertulia, más aun cuando sé que provienen de Luka y Alessia. Eso solo demuestra que se la paso de maravilla, me enerva y me causa muchos celos que solo me invitan a explotar. Verla riendo con otro me precipita y no hace más que torturarme.

—Gracias por traerme, Luka, me la pasé muy bien. Eres increíble, de verdad.

Él besa su mejilla, giro mi cuello y estoy a nada de estallar el vaso en la pared sin importarme quien se levante porque mi sangre en este momento está corriendo muy fría. Siento un ahogo que no hace más que provocarme ganas inauditas.

—Yo también, nos vemos pronto, espero que volvamos a salir, hermosa. Me encanta estar contigo y está noche solo confirme mi teoría.

Ella asiente y se despiden con otro maldito beso, otro maldito beso en la mejilla. Sus labios se pegan allí como si no quisiera despegarlos. Él le lanza un beso a la nada cuando se despegan y desaparece por la puerta.

Ella cierra la puerta y se quita los tacones mientras camina hacia las escaleras toda mojada con cara de yo no fui. Prendo la lámpara y se asusta, me mira anonadada por verme ahí en la sala con cara de pocos amigos.

Otra cosa que me cabrea es ver ese vestido rojo que se ciñe a su cuerpo y deja ver su esbelta figura. Me tiene desesperado, ella lo sabe y juega con eso.

—Me asustaste —dice con la mano en el corazón, la observo y no sonrió. Tomo otro sorbo de whisky y me levanto caminando despacio hacia ella. No pone ninguna expresión y rueda los ojos.

Traga saliva cuando me colocó frente a ella y no puede simplemente negar lo que ocasionó en su sistema y es revolución.

—¿Qué tanto hacías con ese tipo? ¿Ya viste la hora? —reclamo sin una pizca de felicidad.

La miro bien y veo el labial quitado, no sé si fue porque se mojo o si se lo quitaron. El mero hecho de pensarlo me coloca en una posición no muy agraciada, una posición que solo me invita a acabar con Luka.

—En primer lugar tiene nombre y es Luka, en segundo lugar no te importa que hacía y en tercero si ya vi la hora y no le veo ningún problema. —Se cruza de brazos.

—¿Crees que es bonito salir a cenar con alguien que casi no conoces y llegar a media noche, sabiendo que yo estoy en tu casa? ¿A qué juegas?

—Déjate de dramas, yo no tengo nada que ver con que estés aquí eso fue mi padre que te lo pidió, no yo. No estoy jugando a nada Nicolás esa pregunta debería hacértela yo a ti.

Subo dos escalones para estar más cerca de ella y observar esos labios que me vuelven loco. Labios que seguro otro tocó y no quiero ni seguir pensándolo porque la duda me enloquece en demasía.

—No, porque yo no estoy jugando en estos momentos. La que lo está haciendo eres tú. Te dije que no salieras y lo hiciste simplemente para fastidiarme —objeto con enojo.

—Ah no, perdón rey de Inglaterra, la próxima vez hago caso a su orden
—dice irónica—. Que tengas buenas noches

Camina hacia su habitación para evitar los nervios que la corroen al verme tan cerca y la sigo, cierro la puerta y ella se voltea. Me mira incrédula sin nada de emoción y eso me jode de igual manera porque cuando entró con Luka parecía muy feliz.