EXTRA (Julia y Slade)

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Coincidir con alguien es maravilloso, pero conectar es mágico. —La mente es maravilla.

Julia.

—¡Oh!, la verdad me sorprende, señor —digo sincera.

—Todavía no hemos llegado a la mejor parte, Julia.

Me asombra este hombre en todas sus maneras, me trajo a la montaña Domilitas que queda a las afueras de la ciudad específicamente en Belluno para una cena, y me deja sin palabras, pensé que me llevaría a un restaurante y hablaríamos mientras comíamos camarones o algún plato de esos "finos", pero no, sus planes fueron otros.

Planes que me encantan y que me dejan un buen sabor en mi boca.

Quiso traer vino, dos cajas de pizza y mantas para sentarnos, el lugar en si es hermoso porque tiene una superficie plana donde podemos disfrutar y visualizar las montañas que rodean el lugar. Valió la pena el tiempo que duramos en carretera. Y joder, ahora mismo me encuentro en el momento de no saber qué decir, es la cita más original que he tenido.

Esta tarde al escribirme me dijo que fuera en leggins y tenis, por lo que mi mente dedujo que el plan cambio e iríamos a un parque o a su casa. Sigue impresionándome, cada que miro el entorno, sonrió, porque no solo se trata del lugar también de la persona y el sacrificio que quizás hizo para que vengamos aquí. Lo valoro, mucho.

Slade es tan romántico, en estos tiempos no se ve esto y más en hombres guapos como él, bien formado, un rostro tallado por la repostería; tiene la mandíbula y mentón muy marcado, de modo que su cara se ve redonda y llamativa. Tiene ojos verdes demasiado bonitos, no son los ojos más claros del mundo y aún así logran alumbrar su mirada. Podría decir que mi parte favorita de él, son sus labios, por los suaves y rellenos que se ven.

Lamí mis labios porque sin evitarlo estaba deseando besarlo y probar la tentación, y de paso caer, quizás no me estrelle está vez y si pasa no me quedaría con él hubiera o con las ganas de probar su sabor.

Dios, parezco una desequilibrada, pero no puedo evitar decir las cualidades del chico.

—Vamos a tender las sábanas en una parte baja donde podamos ver las nubes y el cielo en su máximo esplendor. —Tomó todo lo que trajo para la cena con una sonrisa.

Ya la noche arribó y esta parte también va añadido a mí lista, jamás había venido a un lugar tan despejado y turístico de noche.

—¿Eres fanático de esto cierto, Slade? —investigo mientras nos movemos.

—Si me encanta, podría mirar el cielo y el mar por horas y jamás cansarme —recalca con una sonrisa.

—Me recuerdas a Alessia por tu manera de amar lo simple, lo natural y lo bonito.

Alessia es fanática de todo esto, ella sería feliz si viviera todos los días metida en un bosque hablando con aves. Cuando descubrí sus cosas favoritas, empecé a entenderla porque cuando los seres humanos hallamos un lugar que nos hace sentir parte de algo, en paz e inigualables, no queremos salir de esa burbuja jamás.

Nosotras teníamos una burbuja especial también, donde entrábamos y queríamos permanecer una al lado de otra. Por siempre. Amo a esa chica y la admiro un montón aunque ella no lo haga consigo mismo. Sé que un día se sentirá tan orgullosa de sí misma que brillará como ella lo merece. Como todos aquellos que luchan cada día contra algo, lo merecen.

Caminamos hasta llegar a una parte baja que también contenga un poco más de aire para la noche. Tendemos las sábanas y agradezco que el clima de esta noche sea suave, nada de lluvia, todo está demasiado perfecto.

A través de ti  [COMPLETÁ] ✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora