Hay lugares donde uno se queda, y lugares que quedan en uno. -Marcel Proust
París, Francia.
Alessia
—¿Por qué tenemos que venir en avión privado cuando hay aviones públicos? —pregunte al ver el lujo exagerado del avión privado de Nicolás.
—Porque no me gusta la gente y porque que quiero tener privacidad.
—¿Para qué? —Me sentó en sus piernas.
—Para follarte.
Ya la idea no me parecía tan descabellada nunca lo he hecho en un avión. Al instante, une su boca a la mía, el beso no se torna muy rudo ya que lo corto cuando la azafata viene a traernos algo de comer y copas de vino.
Decidimos viajar muy temprano, anoche se quedó conmigo en Venecia, también dejamos a las chicas allí cuando vuelva continuaré mi viaje con ellas, pero está vez queremos ir a otro país. Estamos a nada de ponernos una caravana para viajar por el mundo.
Había peleado con Nicolás toda la santa mañana puesto que quería venir en avión público, quería sentir el calor de la gente y vivir la experiencia como cuando me fui a Amalfi con las chicas. Además, de que se viven momentos inigualables. Pero como es, en eso no me quiso complacer.
Les avisé a mis padres que estaría en Paris con él. Aprovecho el momento para sacar un regalo que le había comprado a Nicolás en Venecia.
—Para ti. —Se lo tiendo. Él frunce el ceño y se queda observando el envoltorio—. Ábrelo.
Procede a hacerlo y cuando lo hace permanece mirando la pulsera que contiene dos botellas unidas, él entiende el mensaje y asiente. Representa las botellas de vinos que nos hemos regalado y las que nos tomaremos en el futuro, me pareció algo lindo y quise comprarlo. No sé si para él iba a ser algo ridículo porque no veo que sea muy partidario de esas cosas, pero ya lo compre y pues tiene que usarlo porque yo también tengo una. Es muy cursi, pero me gusta el cliché.
—Son las botellas de vinos que nos tomaremos en Paris. —Se la quito para ponérsela y le muestro la mía.
—Error —Niega—. Querrás decir que son las botellas de vino que vamos a succionar en Paris.
Nicolás no vive un día sin insinuar nada perverso y sucio.
—Y beberemos —contradigo.
La termino de abrochar y me gusta el resultado, es verde como el color de sus ojos y la mía es azul.
—¿A poco no se ve lindo?
Rueda los ojos cuando lo molesto con cursilerías y le beso los labios.
—No, se ve horrible.
Mentiroso.
—Si no te gusta te la puedes quitar.
—Lo único que me quiero quitar es la ropa.
Me da vergüenza cuando veo que la azafata está caminando y creo que escucho porque bien sabemos las intenciones de esas palabras.
—Cállate, respeta a la gente.
—Eres tan tímida para algunas cosas y tan demandante para otras —me acusa—. ¿Sabes que quiero?
Me agarra del cabello mirando mis ojos fijamente. Cuando su mirada depravada me penetra no encuentro sitio y a veces quiero apartarla.
—No y tampoco quiero saber.
Se ríe al ver mi miedo con lo que quiere decir. Me muevo de sus piernas para sentarme en el otro sillón cuando siento que la tensión se está formando y lo percibo muy caliente al igual que yo.
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A través de ti [COMPLETÁ] ✔️
De TodoElla es como la seda, él es como la roca. +18 OBRA REGISTRADA EN SAFE CREATIVE BAJO EL CODIGO 2005144009276. ● Está obra es un BORRADOR, por lo cual contiene errores gramaticales. ● Se prohibe cualquier adaptacion o copia de esta obra. ● Esta obra...