Prefacio

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El deseo nos fuerza a amar lo que nos hara sufrir. -Marcel proust.

Alessia.

Sus labios asaltan mi boca sin darle paso a las dudas, nuestras bocas sincronizan en conjunto, ambos estamos desgastando cada sabor de nuestra lengua.

Su lengua hace una batalla con la mía por llevar el control, devorándome completamente, disfrutándonos. Sus labios se sienten tan carnosos y suaves que me hacen querer besarlos por horas y nunca soltarlo, sus manos se colocan en mi cintura controlando mis movimientos, enloquezco con cada lengüetazo vivas que su lengua me obsequia; este hombre es un controlador que me está volviéndome loca.

Sus besos empiezan a descender por mi cuello estremeciéndome, su boca es un peligro para mi piel, es como un veneno que se disipa lentamente; un veneno del cual no quiero antídoto, más que él... Sus manos se desplazan suavemente por todo mi cuerpo deteniéndose en mi trasero dándole un fuerte apretón, sacándome un gemido inconscientemente.

Sin previo aviso me lanza a la cómoda sorprendiéndome; él tiene control sobre mí en solo unos días. Vuelvo a sentir sus labios en mi cuello debilitándome más de lo que estaba.

Sus manos despojan mi blusa y sostén de un tirón dejando mis senos a su vista, siento su lengua en ellos, lamiéndolos y succionando rudamente como si quisiera arrancarlos, proporcionándome jadeos placenteros, su lengua es exquisita; te hace querer tenerla en todo tu cuerpo y no dejarla ir hasta sentirte satisfecha.

Es el antídoto de su propio veneno.

Su lengua recorre mi abdomen, chupeteando cada una de mis extremidades, regalándome seguridad y placer en un mismo instante, tira de mi pantalón y bragas rápidamente. En seguida, su lengua va hacia mi vagina, si pensaba que ya me había dado todo, me equivocaba; me está desbocando con su lengua haciendo un rico trabajo tan precipitadamente, succionando mi clítoris haciéndome gemir sin control. Cada segundo aumentan sus ganas y rapidez, llenándome de placer y más deseo.

Nicolás y yo somos de dos mundos distintos donde en el mío solo hay cabida para mi familia y la naturaleza, y él solo piensa en el sexo, si me hubiese imaginado días atrás estando aquí con Nicolás, hubiese desechado ese pensamiento en un momento. Para mí todo es nuevo, nunca imaginé estar aquí llena de anhelo por él y describiendo esto a la perfección, es su culpa; Nicolás me hace hacer cosas que jamás pensé hacer.

Pero, algo si tenía claro, no pretendía enamorarme, Nicolás podría ser un máster en el sexo y desordenar mi deseo carnal solo con su lengua, en cambio, en el fondo sé que Nicolás no es un hombre para el amor y tal vez podría romperme el corazón en cualquier momento, pues nunca había estado con nadie de esta manera: sin ningún compromiso de por medio.

Si esto era un nuevo juego aprendería a jugar a la perfección.

Conecta su deliciosa lengua con la mía otra vez, besándome ansioso, devorando mis labios. Quiero experimentar la sensación de disfrutarlo completamente, me muevo mientras sus manos me manosean todo el cuerpo, gimo cuando el parece nota mi desesperación por tenerlo dentro. No lo puedo ver y es algo que me excita más y sé que a él también le sucede lo mismo, puedo sentirlo en su manera de tocarme y besarme.

Dejo de sentir su cuerpo sobre el mío, de pronto, lo escuchó rasgar un papel no sé de qué demonios, solo sé que me está desesperando, lo más ridículo es pensar que yo no era de esta manera hasta que lo conocí: me descompuso enteramente y aquí estoy abriendo mis piernas para él, como si tuviera tiempo haciéndolo dando otra impresión de mi persona, sin embargo, hay algo que me reconforta, pues el culpable de tenerme así tiene nombre y apellido:

Nicolas Lombardo.

Se suspende en mi interior sin previo aviso, hundiéndose por completo, sacándome gemidos de placer y dolor, antes había sostenido relaciones sexuales y nada se sentía de esta manera; estar con Nicolás es tan distinto y único.

Nicolás es obsesivo y demandante en la cama, quiere controlarlo todo hasta tus gemidos, es rudo y, sin embargo, me hace querer desearlo todo e ir a su ritmo. Nunca antes había sentido algo tan grande y de manera apresurada. Es en este momento donde me detengo a pensar que este hombre me hace olvidar todo sin darse cuenta, cuando estoy con él no me siento ciega, Nicolás me hace ver las estrella y miles de mundos en segundos.

Desgraciadamente me encanta estar de este modo con él y que sus manos, boca y miembro me hagan olvidarme de todo.

Arremete cada vez más veloz otorgándome cada vez más placer, me acaricia con sus manos y lengua sin decir alguna palabra, únicamente disfruta de cada centímetro de mi piel y eso me gusta, me hace sentir querida, al lado de él no me siento despreciada por mi condición.

—¡Nicolás! —gemí mordiéndome los labios por su manera tan distinta de llenarme de satisfacción, lo siento hasta el fondo, con cada embestida: hace que quiera más y más.

No me reconozco, la Alessia de hace días atrás seguramente no estuviera de esta manera tan desordenada solo por sexo.

Lamentablemente cuando Nicolás me robo el beso en esa cena no tuve más salida, ya no podía resistirme a él, su propuesta esa noche me había dejado descolocada, pero, mi anhelo por seguir probando sus labios y de sentir afecto del sexo opuesto ganaba, no podía seguir haciéndome tonta cuando a ambos nos convenía su tentadora propuesta. Él quería una ciega inútil a cambio de darme un poquito de cariño, no lo podía rechazar o no quería hacerlo, y aquí estoy cada día sorprendiéndome más de mí misma.

—Eres perfecta, Alessia Moretti —susurra muy cerca de mi oído. Él sabe perfectamente que sentir su aliento ahí me debilita, le encanta jugarme sucio.

Sus embestidas se vuelven más rudas dándome la certeza de que estamos llegando al éxtasis de cada uno, sus manos tocan y pellizcan mi pezón derecho poniéndolo más duro, engrifándome la piel. El choque de nuestro cuerpo me hace titiritar en cuanto se hunde una y otra vez en mi interior; produciendo el clímax, dejándome extasiada.

—¡Ahhhhh!

Los gemidos de ambos llenan la habitación ante el orgasmo tan agotador. Al instante sale de mí interior lentamente, dejándome sin palabras, prontamente, su lengua saborea mi boca dándome seguridad.

—Esto es solo una muestra de lo que podría darte, Alessia —murmura con la voz muy potente, estremeciéndome nuevamente, no dudo de sus palabras. Nicolás es un adicto al sexo y creo que me arrastra a su mundo.

¡Oh Nicolás!

Este hombre me desconcentra completamente y esa será mi perdición.








Holis hermosas y hermosos, aquí les traigo el prefacio de esta historia, gracias por esperar y leerme.

Quiero agradecer y dedicar este prefacio a esta magnifica chica que siempre esta pendiente de la novela y dándome mucho apoyo, te aprecio un motón Lettyclz gracias hermosa, por estar aquí.

Espero lo disfruten y sé que lo harán pequeños pervertidos 😂

Besos. 😘

A través de ti  [COMPLETÁ] ✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora