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El día anterior había sido perfecto para los tres amigos que se encontraban en las nubes en ese momento, aunque acabaran de conocer hace poco a esas personas, sus corazones latían demasiado rápido cuando estaban cerca de ellos, ese era un sentimiento totalmente nuevo pero no desagradable.

Ya se había hecho tarde, llegada la hora en la que todos los amigos se juntan, el menor fue el último en llegar.

–Hola a todos –entraba al local con su sonrisa característica solo que hoy parecía más feliz de lo normal.

–Holaaa –le respondieron todos sus amigos.

–Hoy te ves más feliz de lo normal –comentó Nami con una sonrisa.

–Oh enserio, no lo había notado, Sanjii comidaaa –estaba enérgico quería hablar con sus amigos pero también quería ver a su tatuado.

–Aquí tienes –le entrego un plato con su comida.

–Oe Nami lo de la fiesta podría hacerse dentro de unas semanas, luego les digo el día exacto aún no estoy seguro –dijo para seguir comiendo.

–Por supuesto, pero porque –era raro verlo así de emocionado, bueno más de lo normal.

–Es porque Shanks viene dentro de unas semanas y quiero sorprenderlo pero Sabo no me dijo que día en específico –comentó ilusionado.

–Así que ya pasó un año eso explica porque estás más alegre de lo común –dijo Robin mirando con cariño al menor.

–Qué emoción, entonces organicemos una fiesta –contestó muy emocionado su amigo de nariz larga.

–Será una supeeer fiesta –hablo esta vez su amigo peliazul con su característica emoción.

Mientras todos hablaban emocionados de cómo podrían organizar la fiesta, el que haría cada uno y que llevarían, no se percataron de cómo tres de sus amigos se encontraba cada uno en su mundo.

Luffy estaba emocionado porque su tío iba a visitarlos, pero su felicidad real era debido a que iría a ver a Law en el bosque.

Mientras tanto Sanji pensaba en dónde estaría perdido esta vez Zoro y en que ojalá pueda verle, quería ocultar ese sentimiento pero era muy difícil por lo sucedido la noche anterior.

Por su parte Killer estaba algo preocupado por haber dejado solo a Kid en el taller, porque si el chico había llegado para trabajar como le había dicho que lo haría, por suerte el pelirrojo se comportó y realmente era un buen ayudante.

Todos seguían emocionados hablando de la fiesta porque en cierto modo a todos les agradaba Shanks.

Todo estaba bien hasta que en cierto punto de la conversación la campanilla de la entrada sonó haciendo creer a todos que se trataba de Coby pero al mirar la puerta se sorprendieron ya que en vez de ver al pelirosa se encontraron con un peliverde.

Al verlo se extrañaron ya que era alguien que nunca habían visto por el pueblo, así que todos se empezaron a mirar entre sí para ver si alguno había lo había visto en algún momento.

Pero solo uno de ellos reaccionó al momento de verlo –Marimo –susurro extrañado de ver al peliverde ahí.

–Como dijiste Sanji-kun –preguntó Nami extrañada por la reacción de su amigo.

Pero ya era tarde, el rubio se encontraba caminando hacía donde estaba el espadachín.

–Qué haces aquí, acaso me espías cabeza de musgo –hablo algo nervioso y con un leve rubor en sus mejillas.

–¡Ah! hola cejillas, pues estaba caminado un rato y me dio hambre así que vi este lugar y entre, no sabia que estabas aquí pero es bueno saberlo –sonrió de forma coqueta.

–Esta bien creeré lo que me dices –lo tomó del brazo –Ahora ven eres nuevo así que te presentaré con mis amigos –decía mientras lo guiaba con los demás.

Los demás estaban totalmente extrañados, cómo era posible que Sanji conociera a ese chico.

El rubio se acercó a sus amigos con el peliverde detrás de él –Chicos él es Zoro, es nuevo en el pueblo lo conocí recientemente y pues no lleva mucho por aquí.

–Es un gusto conocerlos soy Roronoa Zoro y espero que nos llevemos bien –dijo mientras hacía una pequeña reverencia.

Todos invitaron al joven a sentarse para así cada uno poder presentarse de forma correcta.

Después de un rato de presentaciones y charlas el espadachín ya se había acoplado bastante bien al extraño grupo de amigos.

–Oye espadachín-san un dia de estos tendremos una fiesta en casa de Luffy así que estás invitado, ¿verdad chicos? –decía la pelinegra mayor.

–Siii Zoro me cae bien, claro que puede venir –respondió el monito realmente feliz, él también quería invitar a Torao, eso le recordó que dentro de nada tendría que marcharse.

Siguieron hablando un poco más, hasta que una vez más la campanilla del lugar volvió a sonar, siendo esta vez el chico de cabello rosa.

–Hola a todos –saludó el pelirosa acercándose a la mesa en donde estaban los demás.

–Hey hola Coby, mira este es nuestro nuevo amigo Zoro, es nuevo en el pueblo –comentó muy animado el pelinegro menor.

–Nuevo en el pueblo eh, justo cuando las desapariciones han aumentado, qué raro –respondió con cierta cizaña.

–Bueno no sé de qué hablas yo acabo de llegar no hace mucho, espero y no estés sospechando de mí –contestó tranquilo e indiferente.

–Pero qué dices Coby acabas de llegar y ya estás sospechando de una persona que acabas de conocer, ahora discúlpate con Zoro –interfirió Luffy un tanto molesto por las insinuaciones del pelirosa, no le gustaba que juzgarán a los demás sin conocerlos.

–Discúlpame por sospechar de ti, es solo que los casos han ido en aumento recientemente y es algo estresante no tener respuestas –dijo aun desconfiado del nuevo.

–Supongo que debe de ser estresante así que tranquilo amigo –tomó su bebida con tranquilidad.

–Es cierto que los casos han aumentado –pregunto el de nariz larga con notable temor en su voz.

–Pues si, han estado reportando muchas desapariciones recientemente, así que deberían tener más cuidado de no confiar en cualquiera y salir solos por ahí –dijo para luego tomar un sorbo de su bebía mientras de reojo veía a Luffy.

–Gracias por informar –agradeció Robin con una dulce sonrisa.

Todos se quedaron en silencio hasta que poco a poco volvieron a hablar de temas triviales y unos minutos después de eso el pequeño monito ya estaba listo para ir al bosque.

–Bueno chicos yo ya me voy, nos vemos mañana –informó Luffy mientras se levantaba de su asiento.

–Luffy-san si quieres puedo acompañarte a casa –se ofreció Coby.

–A no es necesario pero gracias, hasta mañana –se despidió para luego salir.

–Bueno yo también me retiro, tengo que volver a buscar algo al taller –dijo Killer listo para irse.

–Saldré a caminar, nos vemos cejas de diana –le sonrió, provocando un leve sonrojo en el rubio –Y hasta luego detective –habló con superioridad, para pasar a retirarse.

Después de eso todos comenzaron a marcharse dejando a Coby solo.

Sabía que no tenía que sospechar del primer desconocido que veía pero ese chico no le daba buena espina.

Almas OscurasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora