Almas Oscuras

•22•

La noche anterior había sido maravillosa, aunque le hubiera encantado haber despertado al lado de Torao, pero no pasó, en vez de eso sintió un vacío inexplicable que rara vez sentía, pero decidió ignorar ese sentir para continuar con su mañana.

–Buenos días mis queridos hermanos –saludaba con muy buen humor mientras entraba a la cocina.

–Vaya alguien sigue muy contento, creí que estarías más calmado por la mañana –habló su hermano rubio.

–Nop sigo igual de feliz puede que hasta más que anoche –respondió para sentarse a desayunar.

–Me alegro enano, ¿por cierto hoy vas a salir o no? –cuestionó el pecoso al notar que su hermanito seguía en pijama.

–No hoy me quedaré con Chopper todo el día –respondió mientras le daba un bocado a su desayuno.

–Y eso? pasa algo –preguntó Sabo con una mirada dubitativa.

–No lo cuestiones Sabo es mejor que se quede, aquí es más seguro que haya fuera –advirtió Ace terminando su café.

–En eso tienes razón –señaló al pelinegro mayor –Está bien Lu pero si algo pasa llámanos inmediatamente –le ordenó al menor.

–Como ordene mi capitán –alzó su mano en forma de saludo militar captando el mandato.

–Bueno vámonos –intervino Ace para que Sabo se apresurara.

–Hasta luego a los dos –se despidió de sus hermanos.

El pequeño no iba a salir para nada ya que Torao le había advertido que no estaría por la villa y esto podría llegar a ser peligroso para él, ese día lo extrañaría porque también le dijo que no podría verlo a la noche.

–Me pregunto qué hará hoy Chopper –soltó al aire su interrogativa siendo simplemente escuchado por su perrito.

Mientras que el menor estaba jugando con su mascota, en el bosque se llevaba a cabo una pequeña reunión.

–Cómo creen que se hayan tomado la noticia –preguntaba el pelinegro a sus colegas.

–Estoy seguro de que se rieron a más no poder –contestó entre risas el peliverde.

–Tal vez no le creyeron a Shanks y estemos a salvo –ánimo el pelirrojo.

Hablaban mientras creaban un portal al infierno para ir a recibir su más que seguro regaño.

Entraron a dicho portal dejando atrás el bosque –Bueno es hora de que vayamos a la mansión –sentenció el mayor mientras tomaban rumbo a su lugar de descanso.

Estuvieron caminando por un rato, hablando de lo genial que habían sido sus noches hasta que por fin llegaron a dicha mansión –Hola mi querida baby 5 –saludo Kid a la muchacha que se encontraba en la entrada.

–Hey chicos puedo saber que hicieron como para que los tres más grandes del infierno hayan hecho una convocatoria –dijo mientras que los dejaba pasar.

–Una convocatoria por nosotros, nos deberíamos sentir halagados –comentó Kid con falsa ilusión.

–Ya valimos –murmuraron Law y Zoro dejando escapar un suspiro.

Se dirigieron al lugar de encuentro en total calma para entrar y encontrarse con sus mentores.

–Pero miren a quien tenemos aquí mi trio de idiotas favoritos –comentó entre risas Doffy.

–Bueno tomen asiento y empiecen a hablar –le sugiero el mayor de cabellos negros.

–Que no hay nada de qué hablar, todo ha estado tranquilo con nosotros –dijo un tanto nervioso el espadachín.