Mientras Luffy dejaba pasar al tatuado a su casa un peliverde trataba de encontrar la casa del rubio de cejas raras.
–Al fin pude encontrar la maldita casa y como era de esperarse tiene protección –se murmuraba a sí mismo mientras tomaba una rama para poder golpear la puerta.
–Voy –escucho como gritaba el rubio desde dentro.
Antes de que el chico llegara a abrir la puerta lanzó la rama para que no notara ese detalle.
–Hey Marimo no esperaba verte hoy ya que no fuiste al restaurante –decía sorprendido de ver al peliverde frente a él.
–Hola –saludo algo inquieto –Si lo siento hoy no pude pero tengo algo importante que decirte así que por favor podrías darme permiso de entrar en tu casa cejas de sushi –le fastidiaba tener que pedir permiso de esa forma, pensaba que Kid era un suertudo por no tener que hacerlo.
–Eh? claro pasa no hay problema –decía mientras le daba paso al espadachín, aunque le parecía raro el que le pidiera permiso de esa forma tan formal.
Ya estando dentro Zoro no tenía ni idea de que iba a decirle o cómo actuar era pésimo para eso tal vez solo debería ser rápido diciendo todo de un solo y resignarse a que el rubio le tema, le odie o lo que sea.
–Quieres ayudarme a cocinar –comentó el rubio entrando a la cocina y sacando al espadachín de sus pensamientos.
–Claro, claro –contestó mientras lo seguía, aun pensando en qué decir.
Estando en la cocina Sanji le indico al espadachín lo que debía de hacer, este aceptó sin decir nada ni quejarse cosa que extraño al rubio pero no dijo más, estuvieron un rato en el que cocinaban en total silenció.
–Te pasa algo Marimo, te noto muy callado, bueno más de lo normal –interrogo el rubio.
–Tsk cállate estoy pensando en como decirte la verdad –decía dándole la espalda al contrario.
–¡De qué verdad hablas cabeza de musgo, dila de una vez y déjate de rodeos! –grito estando harto de la situación silenciosa.
–¡En la que te digo que soy un maldito demonio! –respondió gritándole y viéndole a la cara.
La cara de Sanji era todo un poema pensó que tal vez Zoro se estaba burlando de él –Que cosas dices, eso no es gracioso estúpida alga –logró decir saliendo del shock.
Roronoa optó por acercarse y posar sus manos en las mejillas del rubio quedando cara a cara –Mírame puede que después de esto me odies o peor aun me temas pero quiero que sepas que solo te muestro esto porque me enamoré de ti.
El rubio tenía la cara roja a más no poder, esa era la primera vez que el contrario lo trataba de esa forma tan dulce y lo más loco es que le acaba de confesar que estaba enamorado de él.
Justo cuando iba a responder algo noto como Zoro cerraba sus ojos para abrirlos al instante dejando ver que sus ojos ahora eran de un color verde esmeralda.
–T-tus ojos, son verdes Marimo, que pasa –trato de hablar nervioso mientras tocaba la mejilla del contrario un tanto temeroso.
–No quites tus ojos de los míos verás mi pasado, lo que he hecho y lo que he vivido, por favor después de esto no te alejes de mí –sentenció tomando las manos del rubio para depositar un tierno beso.
El de cejas raras iba a comentar algo más pero antes de que siquiera intentara hablar entró en un trance en el cual vio todo lo vivido por el peliverde.
Cuando de la nada el rubio comenzó a llorar, se soltó del contrario y cayó de rodillas al piso –Zoro como es posible que tu hayas vivido todo aquello, pero lo más importante es que eres un demonio como es posible que existan y-yo no entiendo, eso quiere decir que ¿quieres matarme? –decía con notable nerviosismo.
El espadachín optó por agacharse y quedar a la altura del rubio para levantarle con cierto temor de que el contrario lo alejara cosa que no pasó.
Lo levantó y luego se acercó a él para abrazarlo –Nunca te haría daño, ni haría nada que te perjudique por favor créeme y no me temas –decía mientras acariciaba los cabellos rubios del chico.
–Quién podría temerle a un Marimo sin sentido de orientación como tu –dijo limpiando sus lágrimas, mientras trataba de calmarse.
–Eso es bueno y lo agradezco –lo alejo un poco para tenerlo cara a cara y depositarle un beso en la mejilla –Porque realmente me enamore de ti –concluyó viéndole a los ojos.
–Es bueno que confiaras en mí, debería sentirme afortunado –comentó sonrojado.
–Y mucho, no hacemos estas cosas por obvias razones los humanos le temen a lo desconocido, aunque no los juzgo, hay demonios que son muy peligrosos –le informo con tranquilidad.
–Wow es bueno saberlo, entonces no todos los demonios son como tú –cuestiono más calmado volviendo a su labor de cocinero.
–Bueno existen demonios malos de los cuales entiendo deban desconfiar, son crueles y despiadados solo porque sí, pero luego estamos los neutrales no hacemos nada perjudicial para nadie, nos dan igual todos y solo lastimamos si es necesario –ayudaba al rubio con la cocina.
–Creeré que eres uno de los neutrales, espero que sea tal y como dices eh –amenazó con un cucharón en la mano.
–Lo prometo –dijo alzando las manos en forma de paz –Ah y tengo otra cosa que contarte.
–Algo más espero no sea tan loco como lo de que eres un demonio –decía entre risas dándole la espalda al espadachín.
–Jeje bueno, tu familia es de cazadores de demonios –dijo lo más rápidamente posible rascando su nuca con nerviosismo.
–Queee, como que cazador de demonios eso significa que tendría que herirte –lo miro nervioso.
–Ya quisieras, soy uno de los más fuertes en ese lugar te vencería muy fácil –estaba orgulloso de sus palabras.
–Pero qué dices, te ganaría con los ojos cerrados –se iba acercando a Zoro.
–Quieres apostar cejas de diana –se acercó un poco más.
–La verdad no podría herirte en serio –se acercó otro poco alternando su mirada a los labios del contrario.
Y sin más el peliverde acortó sus distancias para tomar las mejillas del rubio y besarle en la boca, empezaron con una pequeña pelea para ver quien tomaba el control en su beso.
Hasta que se tuvieron que separar por falta de aire, el primero en hablar fue el rubio –Eso fue muy interesante –trato de decir intentando regular su respiración.
Pero antes de poder alejarse de Zoro este le volvió a besar de forma más demandante acorralando al rubio en la encimera de la cocina, el beso cada vez se iba volviendo más profundo hasta que el peliverde se detuvo y se alejó del rubio dejándole un poco en shock.
–No haré nada –dijo molesto alzando sus manos en señal de paz.
–Eso fue muy raro –estaba rojo y con los labios un poco hinchados, se veía tan bien a los ojos del espadachín.
–Bueno ya tengo que irme, a y seguramente mañana tu abuelo te cuente lo de ser cazador y te diga que no te me acerques, pero tranquilo encontraré el momento en el que podamos vernos, chao –mencionó lo último para darle un beso al rubio y salir por la puerta trasera.
Sanji aun seguía un tanto mareado debido a lo sucedido viendo como el peliverde se iba de su casa, estando solo toco sus labios con una leve sonrisa, no entendió bien lo que acababa de pasar pero si que le había gustado.
–Ya llegue a casa berenjena –grito Zeff desde la puerta principal.
–Estoy en la cocina –gritó mientras pasaba a limpiarse la cara.
–Oh, aquí estás, espero y no haya pasado nada diferente el día de hoy –preguntó su abuelo entrando a la cocina.
–No te preocupes viejo todo está igual que siempre –dijo con una sonrisa sabiendo que mentía.
ESTÁS LEYENDO
Almas Oscuras
Fanfiction"Es cierto que los demonios existen?" "Quien sabe tal vez si y hasta conoces a uno" •••••••••••••••••••••••••••••••••••••••••••••••••• "No podría vivir en un mundo en el cual no estés" "Entonces ven conmigo" •••••••••••••••••••••••••••••••••••••••••...