Sin esperar más se abalanzó hacia el mayor para abrazarlo –Siento no haber ido al bosque contigo, pero mis hermanos no me dejaron salir y ni siquiera se el porque –decía con desesperación aun abrazado al mayor.
–Oye tranquilo estoy aquí –tranquilizó mientras le acariciaba el cabello –Me dejarías entrar, necesito hablar de algo importante contigo –pregunto sabiendo que los hermanos del menor dejarían la casa protegida y sólo podría entrar si este lo aceptaba.
–Claro que si, pasa –invitaba a entrar –Dime de que quieres hablar –le decía muy feliz, tal vez Torao le pediría ser su pareja o eso creía.
–Podríamos ir a tu habitación, no quiero estar contándote algo importante y que de repente aparezcan tus hermanos –ínsito un tanto nervioso.
–Oh claro, vamos –tomó la mano del mayor y lo guió por la casa hasta llevarlo a su habitación.
Ya estando ahí Trafalgar, tranco la puerta para volver a tomar la mano del menor, lo llevó hasta la cama para poder sentarse en esta y situarse al lado quedando frente a frente, tomó el rostro del contrario e hizo que lo mirara a los ojos.
–Mugiwara-ya, yo no soy una buena persona, ni siquiera soy una persona –confesó algo abatido.
–Que sucede Torao no entiendo nada –estaba nervioso era tan raro tenerlo así de cerca.
–Pequeño, yo... –trago antes de continuar –Yo soy un demonio –soltó sin más.
–Que pero que dices Torao –sonrió incrédulo –Se supone que los demonios son feo y muy malos, según las personas religiosas del pueblo y tu no eres para nada así –confesó posando sus manos en el rostro del mayor.
–Necesito que me veas a los ojos y no digas nada –hizo que la mirada del menor quedará fija en sus ojos y luego de eso procedió a cerrarlos para abrirlos lentamente dejando ver su verdadero color.
Unos ojos color miel brillantes y atrayentes a la vista del menor, tétricos a la vista de cualquier otro –Wao –fue lo único que alcanzó a decir, antes de ser interrumpido por el otro.
–Sabrás toda la verdad, de donde vengo, lo que he sido y lo que hecho, solo te pido que luego de verlo no me temas –fue lo único que le pidió, los ojitos de Luffy tenían la vista fija en el mayor, pero de repente entró en una especie de transe en el cual empezó a ver como pasaba a cámara rápida todo lo que a vivido Law.
El menor estaba en shock cuando de la nada de sus ojos empezaron a brotar lágrimas.
Trafalgar cerró los ojos para unir su frente con la de Luffy –No llores, alguien como yo no merece tus lágrimas –decía mientras le limpiaba las lágrimas y le dejaba un casto beso en cada mejilla.
Hundió su rostro en el cuello del menor dejando salir unas pocas lágrimas –Yo se que esto es difícil para ti –tomó aire y continúo –Pero por favor no me odies –concluyó con tristeza en su voz.
–Torao, yo no te odio –dijo mientra apartaba a Trafalgar de su cuello para que lo mirara a la cara.
–En realidad soy un monstruo desalmado, pero estar contigo me hace creer que no soy tan malo, eres un rayo de luz en la oscuridad a la cual pertenezco –confesó regalándole un sonrisa tímida.
–Shishishi Torao no eres un monstruo, eres diferente, muy diferente pero eso no me hará odiarte y mucho menos temer, cuando no me has dado motivos para eso –decía con la sonrisa más bonita y sincera que han visto los ojos del mayor.
Estuvieron un rato en silencio viéndose a los ojos como si quisieran algo más, como si sus miradas hablaran pidiendo más.
Hasta que el menor fue quien decidió acercarse lentamente, alternando su mirada entre los ojos y sus labios del mayor, no demoro nada antes de besarlo, fue un beso tierno y simple a lo que Trafalgar le siguió pero de forma un poco más experta.
Recostando al menor sobre la cama atacando sus labios sin piedad cuando de repente se detuvo –No haré nada –dijo entrando en razón y acostándose al lado de Luffy.
–Shishishi, no entendí nada –confesó, estaba algo sonrojado por esa acción la cual no mentiría, quería seguir.
Ambos estaban realmente felices, Luffy porque Torao había confiado lo suficiente en él como para contarle la verdad de quien era y Law porque Mugiwara lo había aceptado.
Se quedaron en silencio un rato más analizando lo sucedido mientras miraban al techo hasta que Law habló –Por cierto tengo otro secreto que contarte –dirigió su mirada al menor.
–Otro genial secreto como el tuyo –pregunto con una gran ilusión.
–Crees que eso es genial, ahora si pienso que estás loco –respondió con una sonrisa.
–Anda dime cual es el secreto –insistió a que siguiera hablando.
–Bueno, ehm veras, tu familia es de cazadores de demonios, eso te haría uno de ellos, lo cual significa que deberías de eliminar... me –comentó nervioso volviendo a mirar al techo.
–¿Queee? nooo, yo nunca podría hacerte daño –dijo algo asustado.
–Lo se, como yo jamas te lo haría a ti –dijo volteandose para quedar cara a cara con el menor y colocando su mano en el rostro del chico, para tranquilizarlo.
–Torao, estoy enamorado de ti –murmuró posicionando su mano encima de la del mayor, mirándole a los ojos hablo –Puedo besarte.
–Lo se, yo también me enamoré de ti –dijo acercándose a él –Puedes besarme cuando quieras –concluyó dándole un beso.
El mayor empezó a repartir tiernos besos por toda la cara de Luffy, hasta que al menor le surgió una duda –Oye cuéntame cómo es ese lugar de donde vienes, es tan tétrico como se dice –realmente quería saber de donde provenía el pelinegro.
–Jummm ¿el infierno?, bueno, empecemos con que no es como lo pintan ese en el que se tortura, hay fuego y cosas loca, es oscuro si pero no es tétrico, siempre es de noche una noche estrellada, diría que es como una ciudad nocturna y tranquila –se expresaba tranquilo tocando el cabello del menor.
–Wow, suena hasta bonito o acaso me estás engañando –dijo entre risas.
–¡Auch! Eso es cruel hasta para mi –se llevó la mano al pecho haciéndose el ofendido –Sabes que nunca te mentiría Mugiwara-ya –se acercó y le dio un beso.
–Crees que haya otros demonios en la villa y por eso las personas desaparecen –cuestiono entre asustado y preocupado.
–La verdad, eso es lo que creemos, pero aunque fuera así no podemos hacer nada –respondió un tanto apenado.
–No entiendo, supongo que tendrán sus motivos, pero tú me cuidarás ¿verdad? –interrogó de forma inocente.
–Claro que sí, no es por presumir, pero soy muy fuerte –dijo orgulloso de sí mismo –Bueno por hoy me retiro, nos vemos cariño –informó mientras se levantaba.
–Shishishi me dijiste cariño eso es muy tierno hasta para ti –se burló un poco del mayor.
–Bueno, antes de irme, lo más seguro es que mañana tus hermanos te contaran la verdad y te dirán que no me veas –contaba mientras abría la ventana.
–¡Ehhh! pero yo quiero verte –contestó haciendo un tierno puchero.
–No te preocupes, vendré a tu habitación –concluyó para poder salir por la ventana.
Pero antes de hacerlo se acercó a Luffy para depositarle un beso –Nos vemos mañana Mugiwara-ya –y se retiró del lugar.
Dejando a un Luffy demasiado feliz, se sentía en una nube no le importaba para nada que Torao, fuera un demonio él realmente se había enamorado y el mayor no era como decían que eran los demonios.
–Luffy ya llegamos –escuchó gritar a su hermano desde la parte inferior de la casa.
–Si estoy por acostarme –respondió sin más.
Se acostó pensando en todo lo sucedido con el mayor, esperando a poder verlo por la mañana.
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Almas Oscuras
Fanfiction"Es cierto que los demonios existen?" "Quien sabe tal vez si y hasta conoces a uno" •••••••••••••••••••••••••••••••••••••••••••••••••• "No podría vivir en un mundo en el cual no estés" "Entonces ven conmigo" •••••••••••••••••••••••••••••••••••••••••...