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Esto alarmó al pequeño, tanto que antes de que Trafalgar siquiera pudiera besarle lo empujó haciendo que cayera de la cama.

–Si si, ya voy –respondió tratando de calmar sus nervios.

Se levantó corriendo a cerrar la ventana y a esconder la carta, luego de eso miro como Torao se tocaba la cabeza, supuso que fue por el golpe también noto como se medio trataba de ocultar bajo la cama.

Hizo una nota mental en la que debía evitar a toda costa que sus hermanos fueran hacía ese lado de su cuarto.

Luego de asegurarse de que todo estuviera en orden fue a abrir la puerta brindándole la mejor de sus sonrisas a sus hermanos.

–Escuchamos un ruido ¿estás bien? –preguntó el rubio con preocupación.

–Si solo estaba ammm... saltando en la cama? –dijo con duda –Si eso y me asustaron je –contestó estaba de los nervios, no le salía bien mentir.

–Nos estas preguntando –cuestiono Sabo.

–Pfff, claro que no, estoy seguro de lo que estaba haciendo y eso era saltando de emoción en mi cama –trato de decir mientras sonreía ignorando la mirada dubitativa de Sabo.

–Bueno esta bien, me alegro de que estés tan feliz como para saltar, pero estamos aquí para hablar un poco –dijo el pecoso mientras entraba al cuarto y se sentaba en la cama.

–Es necesario, es que ya tengo algo de sueño y preferiría irme a dormir –fingió bostezar, notoriamente nervioso de los movimientos de sus hermanos.

Sabo al notar esto supuso que su hermanito podría estar molesto por haberle dicho que se separara de sus nuevos amigos –Bueno podemos esperar hasta mañana, pero estás seguro que no pasa nada y que no estás molesto –hablo mientras tomaba a Ace para sacarlo de la habitación.

–Que yo molesto para nada, son mis hermanos y los quiero mucho –"pero estoy enamorado de un demonio lo lamento" –pensó mientras se despedía de sus hermanos.

–Y nosotros también te queremos, bueno si no quieres hablar con nosotros hoy nos vamos, hasta mañana Lu –finalizó el pelinegro saliendo del cuarto.

Cerró la puerta y volvió a colocarle el cerrojo, soltó un fuerte suspiro, odiaba mentirle a sus hermanos pero no podía decirles nada de Torao, quien por cierto cuando volteo a verlo estaba ya sentado en la cama.

–Tu me voy a vengar de ese golpe, así que ven aquí –señalo al pequeño.

Se acercó lentamente quedando de pie al lado del mayor –Lo siento Torao –se sentía nervioso no quería que el tatuado se enojara con él.

Por su parte Trafalgar solo suspiro derrotado y le tomó por la cintura para sentarlo en su regazo –Tranquilo no paso nada, sigamos hablando contestare tus dudas –dijo mientras le miraba a la cara y acariciaba su mejilla.

–A si Shanks me dijo que me contarías qué pasaría si el pueblo empieza una cacería –cuestiono recordando lo dicho por su tío.

–Eso es algo difícil de responder, tratare de explicártelo de una forma sencilla –suspiro y continúo –Si eso llegara a pasar nosotros tendríamos que irnos y no podríamos volver dentro de cinco años.

–Que pero porque tanto tiempo –contestó con notable preocupación.

–Es porque en ese tiempo los cazadores bajan la guardia –dijo mientras notaba como el menor tenía una mirada decaída.

–Pero ustedes no son malos y como me dijiste son otros los culpables de las desapariciones, porque tendrían ustedes que irse –hablo molesto por la situación.

Almas OscurasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora