Almas Oscuras

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Coby estaba fastidiado, se la habían pasado gran parte de la noche cazando a esos malditos que no se habían dignado en aparecer, de verdad quería atormentarlos y mostrarle a todos como eran en realidad, en especial al menor, quería que este odiara con ganas al maldito de Trafalgar, pero no estos ni estaban por ahí.

Su primer pensamiento fue el creer que ese día en concreto no habían ido o que simplemente se enteraron de que habría una cacería y decidieron no volver a la Villa.

Pero todo eso fue descartado en el momento que llegaron a la casa de Killer y por muy extraño que pareciera esta tenía una poderosa protección demoníaca a su alrededor, lo que conllevaba a que ningún cazador pudiera acercarse.

En ese momento todos entraron en pánico, porque creyeron que aquellos demonios ya habían atacado una vez más y llegaron tarde, a el sinceramente le daba igual mientras que Luffy siguiera seguro, todo estaba bien.

Los cazadores empezaron a llamaran a Killer, pero por mucho que lo hicieran este no contestaba, así que lo dieron por desaparecido o bueno él lo llamaría más bien como un "caído al infierno" ya que seguramente el rubio se había enamorado de ese demonio pelirrojo, aunque eso no era asunto suyo, total su alma ya era oscura por el hecho de aceptar el amor de un demonio.

Después de un par de horas se habían dado por vencidos, así que decidieron volver a sus casas a descansar, no sin antes crear una protección en la que cualquier forma demoníaca que traspasara el bosque sería detectada por ellos, no lo habían hecho antes por el hecho de que cualquier ser demoníaco por mínimo que fuera sería detectado y eso era nefasto ya que siempre habían presencias menores rondando el lugar.

Por su parte los hermanos Monkey estaban de regreso a casa, había sido una larga noche, pero por lo menos confiaban en que su pequeño hermanito estaba seguro.

–Luffy, ya llegamos –grito el pelinegro desde la entrada de la casa.

–Cállate Ace, que no ves la hora que es, seguramente está durmiendo –le regaño el rubio.

–De acuerdo, perdón –se disculpó con su hermano –Vamos a dormir entonces.

Fue lo último antes de separarse e ir cada uno a su habitación, con la plena seguridad de que su hermano menor se encontraba durmiendo.

La mañana había llegado y los mayores tenían que reunirse en el pueblo para hablar sobre lo sucedido en la noche, como también ir a analizar mejor la protección en casa de Killer.

Lo más extraño para ellos fue el hecho de que su hermanito aún no había bajado a comer.

–Debería ir a despertarlo –comentó el de pecas mientras se levantaba de la mesa para dirigirse al segundo piso de la casa.

–Si, tal vez se quedó despierto hasta tarde esperando a que llegáramos –respondió para luego darle un trago a su café.

El pelinegro subió con calma las escaleras, tocó un par de veces la puerta, pero no obtuvo respuesta alguna por parte del menor así que optó por abrir.

–Hey Lu, despierta o me comeré tu comida... –a medida que iba hablando su tono de voz iba bajando –No puede ser... Sabooo ven aquí, corre –grito desesperado.

El rubio que estaba acabando su café se asustó por los gritos del pecoso, así que optó por correr a su encuentro, cuando llegó lo que vio le heló la sangre.

El cuarto de su hermanito estaba vacío y la ventana abierta de par en par –Que sucedió Ace, donde esta Luffy –le cuestiono a su hermano notando como a este se le veía la inquietud en el rostro y estaba casi hasta temblando.