BNHA: Amor entre las adversidades

[Capitulo extra] Un merecido descanso

Un merecido e irrefutable descanso.

Cuando ya apenas se habían recuperado de sus heridas más graves, luciendo tiritas y vendas cortas. Cansados hasta decir basta.

Pero vivos y por fin descansando de todos esos días que habían pasado luchando.

Antes de que volvieran a las clases de héroe, se les había dado un periodo festivo para que se relajaran de todas esas "aventuras" que casi les habían costado la vida en varias ocasiones.

Y como dijo Shoji en uno de sus multiples momentos de estrés al arrancarse la mano de cuajo.

Habían reservado un día entero en un hotel con SPA

[Que suerte]

Una decisión que había recibido muchas críticas de Bakugou (antes de que Himiko le convenciera) y muchas alabanzas de Mineta al cuál estuvieron a punto de NO invitar.

Decidieron darle otra oportunidad (sabiendo en el fondo lo que pasaría).

Contaba la actividad, de una mañana y tarde para salir de escursión al monte y bosque de la zona y finalmente por la noche un SPA seguido de unas aguas termales naturales.

Un día perfecto de relajación.

La zona era increible.

Un complejo hecho de piedra y madera sobre un monticulo en medio del bosque.
Era un hotel más bien rustico, apacible silencioso y agradable.

Todos disfrutaron su agradable día por la montaña.
(Esta vez sin monstruos de barro gigantes a los que enfrentarse).

-¡Vamos chicos!- dijo Kaminari muy animado que iba de la mano con Jirou y arrastraba a todo el grupo con él.

Más bien, los encabezaba guiandolos con alegría.
Volvía a tener una de esas radiantes sonrisas que hacían despertar la tranquilidad a cualquiera.

Iban todos en manga corta.

Era verano.

Sonaban las cigarras continua e incesantemente, pero también los mosquitos (que koda se esforzaba por alejar del camino).

Se encontraban bien y felices de que por un día, no tuvieran que procuparse de absolutamente nada.

La U.A llevaba las cuentas de todos los gastos de ese día.

Es lo menos que podían hacer teniendo en cuenta el enorme servicio que habían hecho al mundo.

(De hecho habría otras valoraciones positivas a largo plazo para todos).

El sol se habría paso entre las ramas de los árboles y pugnaba por llegar fragilmente al suelo repleto de hojas y ramas secas resquebrajando los limites de las ojas con un brillo dorado.
Iban por la mitad de la ruta, un caminito que se difuminaba con las raices de los arboles.

Tenían que llevar cuidado, Sero ya se había tropezado tres veces.
Y Kaminari siete.

Pero eso no los detubo.

Llegarón frente a una piedra gigante lisa e inclinada. Parecía que hacía un agulo.

-¿Hey Momo, esto slía en la guía turistica?- dijo Kaminari mientras subía por ella para ver si el camino seguía al otro lado.

-Diría que si... aquí dice que esto es un torreon derrumbado de guardias del camino del periodo Edo- explicó ella mientras fijaba la vista en la pequeña letrita que salía e el mapa.

-Wow...- global menos Katuki que... ya lo sabía.

-¡Bueno, venga a que esperamos panda de alelados, todavía nos queda la mitad del camino y llvamos ya dos horas!- dijo Katsuki saltando por encima de la roca... de la pared derruida.