BNHA: Amor entre las adversidades

Media naranja (Todomomo)

El anaranjado cielo se extendía por la inmensidad.

Los tonos amarillos que iban desapareciendo poco a poco mostraban los ultimos rayos del sol, que se escondia bajo el horizonte en un relajado e inexorable avanzar en vertical.

-¿No te parece precioso el atardecer Todoroki?- le preguntó Yaoyorozu.

Ambos se encontraban en proceso de un relajante paseo por las calles más externas de la urbanización.

La zona estaba bastante alejada del circulo de residencia (una calle más cerca que el edificio donde Denki encontró el piano).

-Si...- para nada fue una respuesta cortante, era solo, un rastro de tranquilidad.

Algo raro teniendo en cuenta que al día siguiente una peligrosa operación se llevaria a cabo con un alto riesgo sobre sus vidas.

Algo normal teniendo en cuenta que se trataba de Shoto Todoroki.

Mantener la calma en los momentos más tensos era su especialidad.

Una fría indiferencia apática contra el enemigo.

Una calida tranquilidad cuando se encontraba con sus seres queridos.

Momo se situaba a la izquierda de Todoroki poniendo su cabeza sobre el hombro del chico al mismo tiempo la cabeza de Shoto reposaba sobre la de Yaoyorozu.

Estaban tranquilos.

Sus respiraciones eran lentas y acompasadas.

Una suave brisa acariciaba sus rostros en un roce suave y sutil que se llevaba consigo las preocupaciones y solo dejaba dos corazones unidos... en perfecta armonía.

Sentían la calidez de lo qué restaba del sol.

Sentían su luz que los bañaba con la ultima brizna de rayos solares de aquel día.

Momo entrelazó su mano derecha con la izquierda de Todoroki.

Este la apretó con delicadeza.

Llegaron bajo un fascinante arbol que había crecido con un verdor en sus hojas, que solo denotaba lo vivo y sano que estaba.

Sus verdosas hojas con casi un tono amarillento debido a la mezcla con la iluminaciónirradiada por el sol, volvía todo un ambiente de lo más calido y tranquilo.

El tronco se alzaba fuerte mientras algunas hojas se posaban sobre este para descansar de las duras jornadas e estar suspendidas en el aire.

Ya podían caer formando un manto de revoloteantes unidades verdes que finalmente se las llevaba el viento.

Y las esparcía por lo largo y ancho de las calles.

Mientras el chico mantenía su mirada al frente, notó unos graciles dedos trepar traviesos por su mejilla derecha y antes de darse cuenta ya unia sus labios con su media naranja.

Fue un beso simple.

Una muestra que detonaba algo aún mayor.

Al separarse los ojos de Todoroki, entrecerrados, miraron hacia abajo.

Todavía le avergonzaba hacer aquello, a pesar de que adorara que sucediera, de esas formas tan sopresivas y espontaneas.

Como si no hubiera tenido bastante, un par de segundos despues de deshacer esa perfecta unión, la retomó él mismo con un poco más de deseo en sus acciones.

Yaoyorozu contrajo sus brazos sobre su pecho por la imprevista reacción tan lanzada de Todoroki.

A sus mejillas acudió ese rojizo fenomeno tan conocido que experimentó algunas veces atras con la misma persona con la que estaba.