Especial 2

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El hogar de nuestra segunda pareja, unos recién casados, quienes habían pasado juntos 7 años de relación y un año del estrés de planear la boda. Una escritora profesional y un joven apasionado por la ilustración bailaban por su hogar, una música relajante, el joven marido se inclinaba para besar tiernamente el vientre de 8 meses.

Camila: ¿Que estás haciendo? - reía.

Simón: Escuche que la música y los mimos son buenos para el desarrollo de la bebé, tal vez un poco de ritmo y amor la ayude a tranquilizarse.

Camila: Ojalá y lo haga, sus patadas son mortales.

Simón: Igual que su madre, sabe en donde golpear para que duela.

Camila: Espero que sea niña para que sufras cuando la veas tener novio.

Simón: Tres pasos por delante de tu maldad querida, ya pensé en comprar una escopeta para matar a los pájaros perdidos.

Camila: Nuestra hija te va a odiar.

Simón: Es un precio... Que estoy dispuesto a correr- cubrió su rostro llorando.

Camila: No seas exagera...

Camila trataba de reír, pero fue en ese instante que sintió como un líquido caía por su pierna. Al mirara a bajo, no podía creer, había roto fuente en ese precioso instante.

Camila: Querido...

Simón: No quiero que mi bebé me odie.

Camila: ¡Deja de llorar y ayúdame, me voy a morir!- exclamó.

Simón: ¿Que?, pero si aún falta un mes

Camila: ¿¡Y que quieres que haga si tu hija saco lo prematura de ti!?- fastidiada -¡Llama al 911, joder!

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La ambulancia conducía lo más rápido posible. El parto de Camila era riesgoso por el hecho de que aún no se había completado el tiempo de gestión necesaria. Simon sostenía la mano de su amada esposa, ella clavaba sus uñas en su mano haciendo sentir a Simón que era el quien realmente sufría el dolor de traer a su hija al mundo.

Camila: ¿¡Ya llegamos!?

Paramédico: Pronto llegaremos, solo puedo pedirle que trate de mantener la calma.

Camila: ¿Quiere que me calme cuando mi bebé está por llegar al mundo un mes antes de lo planeado y posiblemente nazca en una estúpida ambulancia?

Simón: No la haga enojar, a quien le está por romper los huesos de la mano es a mí.

Camila: ¡Conduzca rápido, o habrá un problema, amigo!

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La ambulancia había llegado a tiempo al hospital. Los médicos ayudaron en el parto de Camila, pero por desgracia, la pequeña nació con problemas respiratorios y por ellos no se le permitió a Camila cargarla antes de ser entubada.

Tan solo unos pocos días de haber nacido, y ni su propia madre podía estar cerca de ella. Camila se sumergió en una profunda tristeza, tanto ella como su bebé se veían afectadas en la salud, solo podía estar acostada en su camilla, con una profunda tristeza y remordimiento.

Simón: Cariño, te traje un poco de comida.

Camila: No tengo hambre, Simón.

Simón: Mi amor, no puedes seguir sin alimentarte, los médicos están preocupados por tu salud.

Camila: Y yo estoy preocupada por la salud de mi hija. Ni siquiera he podido verla, cargarla o siquiera tocarla.

Simón: Cariño...

Camila: Quiero ver a mi bebé...

Simón: Camila, debes comer para mejorar y ver a nuestra hija.

Camila: Quiero ir con la bebé.

Simón suspiró, sabía que su esposa no sería tan fácil de convencer, estaba más delgada, tenía los ojos rojos, unas enormes ojeras y su actitud alegre había desaparecido.

Simón: Te voy a dejar aquí un poco de fruta, iré a hablar con el médico.

Camila no respondió, se giró en su cama para darle la espalda a la puerta. Su celular nuevamente sonó por toda la habitación. Desde el día en que la habían internado, su celular no paraba de vibrar con las llamadas y mensajes de sus amigas, pero Camila no quería hablar del problema.

???: Estas muy demacrada.

Una voz femenina llamó la atención de Camila, nuevamente se giró en su lugar y se encontró frente a frente de Piper y Virginia.

Piper: ¿Que le pasó a mi hermana de otra madre?

Camila: ¿Que demonios hacen aquí?

Virginia: No respondías nuestros mensajes o llamadas, las demás querían venir, pero Liv perdió su vuelo, Alicia perdió su pasaporte y Lea se equivocó de vuelo.

Camila: Son un desastre de amigas.

Piper: Y tu estás hechas un desastre justo ahora- tomo asiento junto a su amiga -Debes comer, si no lo haces, no podrás cuidar de la mini camila cuando salgan de aquí.

Camila: Ni siquiera me dejan verla, porque dicen que no estoy en las condiciones óptimas.

Virginia: Yo también tuve un embarazo difícil querida, primero debes de preocuparte por mejorar tu salud para que tu hija pueda depender de ti.

Camila: No se si pueda tener las fuerza para hacerlo.

Simon: Si la tienes cariños- irrumpió en la sala -Tu siempre puedes, dijistes que no había nada que no pudieras hacer.

Camila: Cariño...

Simón: Nuestra hija nos necesita a ambos, sanos y fuertes para poder cuidar de ella. Pon de tu parte, para que puedas cargar a nuestra pequeñita.

Camila: ¿Creen que podré hacerlo?

Piper: Claro que sí, y si no puedes, te patear el trasero por hacerme venir desde la otra mitad del mundo en vano.

Camila: ¿Quieres que te golpeé?- reía.

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Simón: Hoy es el día- emocionado, empujaba una silla de ruedas en la cual era transportada su esposa.

Camila: Ya quiero verla.

La recuperación de Camila se había presentado de forma progresiva. Solo unos pocos días habían bastado para que se recuperara, finalmente, la enfermera le entregó una pequeña bebé, con un estado de salud mejorado. Camila la acuna entre sus brazos y derramaba unas pocas lágrimas de alegría.

Camila: Hola mi amor- hablaba dulcemente -Soy tu mami.

Doctor: Mañana le daremos de alta tanto a la pequeña, como a la madre, ¿Que nombre desean darle?

Camila: Clarissa... Igual que la abuela de Simón.

Simón: Te amo- beso la frente de su esposa -Las amo.

Camila: Y nosotras te amamos a ti.

Princesos  >Zodiaco< Donde viven las historias. Descúbrelo ahora