Capítulo 23

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—¿¡Qué hacen todas estas ranas aquí!?— Lea busco respuestas...

Claramente, lo hacía en la cima del árbol más alto que encontró.

—Yo se la respuesta— Virginia, que estaba sobre la mesa del patio, agitaba el rastrillo para espantar los animales.

—¿A qué te refi...— entonces, entendió todo. —No ni siquiera ella podría ser tan tonta... Porque yo se lo advertí, la próxima vez que hiciera esto yo jure que ¡La voy a matar!

—¡Camila!— el llamado de Lea, Virginia y Liv fue lo suficientemente fuerte para que media universidad los oyera.

Ustedes se preguntarán cómo se llegó a esta situación de anarquía total. Pues bien, la ironía de la vida es que todo se originó por una discusión en la biblioteca.

—Esto es tan aburrido— se quejó Piper al ordenar los libros en los estantes

—no entiendo de qué se quejan— dijo Camila que estaba sentada charlando con Gladis

—¿Por qué no estás haciendo nada? Dame una buena razón, eso, si no quieres pagar ortodoncista después de que te baje los dientes con un golpe de enciclopedia.

Gladis se acercó al oído de Camila y le susurró.

—«Mira, enana llorona. Si sigues de escandalosa y no cierras el hocico más trabajo vas a tener» eso dice Gladis.

—¡Ja! ¡No le tengo miedo a culebras, menos a lombrices— ella dibujo una línea imaginaria en el suelo con su pie —Pise la raya y su madre la llora... Espere, ¿Su mamá sigue viva? No creo... Bueno, cruce la raya que Camila la llora...

—¡Silencio!— Liv intervino, golpeando en la cabeza a la castaña.

—Pero, Liv...— reprochó con ojos tristes.

—Piper, la cara de muerta de hambre conmigo, no sirve. Sigue haciendo tu trabajo y no cansé tanto.

—Tal vez, Cami podría recoger unos libros de biología que la maestra me encargo recoger ¿Puedes ir por ellos en mi lugar, reina de los unicornios?— Simón hablo a lo lejos. Camila asintió y corrió hacia la puerta

—¡Vuelvo enseguida!

Aunque Piper seguía molesta por el trabajo sin igualdad de condiciones, analizando la situación por unos minutos, se percató de un pequeño detalle.

—Liv...

—¿Qué sucede, Piper?

—En la sala de biología hay una granja de ranas— Liv accidentalmente, derribo la pirámide que le costó tanto tiempo hacer.

Toda la habitación parecía estar en un silenció sepulcral.

—¿Y eso que tiene que ver?— Simón se acercó, notoriamente confundido.

—Camila ama a los animales. No importa que tan peligrosos, venenosos, grandes, pequeños, tiernos, viscosos o asquerosos sean. Ella los ama a todos por igual— Piper temblaba —La primera vez que fue arrestada, fue por liberar a los animales del zoológico a los doce años...

—¿Y eso qué?

—Conecta una neurona tuya por una vez en tu vida, menso— pidió —Una amante de los animales está yendo a un cuarto vacío donde hay una enorme y considerable cantidad de viscosas y desagradables ranas atrapadas en una caja de cristal... ¿Qué puta madre crees que va a pasar en esa ecuación?

—Oh— al chico finalmente le entró el pánico —¡Oh, mierda!

—¿¡Qué esperan!? ¡Run bitches run run!— Gladis empujó a los muchachos fuera de la biblioteca, y cerró con llave las puertas.

Princesos  >Zodiaco< Donde viven las historias. Descúbrelo ahora