Capítulo 29

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—¿Por qué a Liv no le dibujaron un bigote?— reclamaba George.

—Yo si quería— alegó Piper —Pero Liv sabe donde Camila esconde su preciada colección de libros y mangas.

—Prefiero que me corten una pata antes de perder mis tesoros— Camila refutó.

—Una decisión muy sabia— Liv comía algodón de azúcar.

—Da igual, eso no importa ahora— Simón termino de borrar su bigote.

—El joven de cara económica tiene razón— Virginia hablo —Alicia, Liv.

—¿Qué?— respondieron al llamado.

—La fila para su montaña pedorra, se está alargando. Es mejor que vayamos antes de que lleguen más personas— Cristopher comentó amablemente.

—¡Si!— antes de poder irse, las chicas fueron detenidas por Virginia.

—No irán solas, señoritas.

—Ja, ¿Qué tal esta atrevida? Si queremos, nos vamos.

—No, ¿Ya lo olvidaron? La última vez que las dejé sin la supervisión de un adulto, Piper se agarró a madrazos con las personas de la fila para conseguir un mejor puesto, Camila se robo los muñecos de felpa de los juegos, Alicia apostó el carro a cambio de una coca, Lea le partió su madre a varios extraños en los carritos chocones, y Liv se extravió en el laberinto de los espejos— acuso  —Y todavía tienen el descaro y me preguntan por qué necesitan compañía.

—Yo no me perdí, solo no vi necesario salir, podía ver mi belleza desde todos los ángulos.

—Se supone que los autos chocones son para chocar, ¿Cómo iba a saber yo que no puedo atropellar a quienes no están en los carritos? Deberían ponerlo en un letrero.

—Tu no viste la cola que tocaba hacer para entrar a la casa de los sustos, solo aplique la ley del más fuerte.

—Tengo un problema ¿Si?— lloró falsamente —No puedo evitarlo, cada vez que veo un lindo animal de felpa solo lo quiero para mí, quise comprarlos pero esos imbéciles no quisieron venderme nada porque tenía que jugar para llevarme uno.

—Bien que te quejas de mi apuesta, pero no mencionas que te robaste la coca cuando gane, hipócrita— refunfuño —Además, tu tampoco te salvas.

—Eso es cierto, ¿O se te olvida el mierdero que se armó por tu culpa— Piper se burlaba.

—¿Qué paso?— la curiosidad de Thomas despertó.

—No fue nada grave— Virginia trato de restarle importancia.

—Dile eso al dueño del parque, casi me provocas un infarto— canturreo Camila.

—¿Qué?— los chicos se interesaron por la conversa.

—Solo están exagerando las cosas— Virginia se puso nerviosa.

—¿De verdad? Porque los policías creyeron que eras una terrorista que iba a pedir una extorsión.

—Lea, eres una...

—¿Qué fue lo que hiciste?— los chicos se veían conmocionados.

—Tal vez... Por accidente... Puede que yo rompiera el centro de control... De una pequeñita montaña rusa— confesó Virginia.

—¿¡Qué hiciste que!?

—Fue sin querer, deje caer el refresco de Ali sobre la caja de la montaña por accidente— se excuso —Y puede ser, que las personas malinterpretaran mi pánico con una demanda de miles de millones de dólares... Pero, si lo piensan mejor, el refresco era de Ali, técnicamente fue su culpa.

Princesos  >Zodiaco< Donde viven las historias. Descúbrelo ahora