Capítulo 25

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—¡No! ¡Esto es un crimen, los voy a demandar por robo, pendejos!— Alicia lloraba desgarradoramente.

—¡Suelta eso, mujer!— Virginia forcejeaba con la rubia.

—¡No pueden hacerme esto! ¡Es muy crue, hasta para ustedes!

—Ali, lo sentimos, pero no hay otra forma— liv intento razonar, pero la chica no cedía.

—¡No me importa, quiero un abogado! ¡Estoy segura que se está cometiendo una injusticia aquí!

—Alicia, ya basta. No entiendo porque lloras tanto, si con todas tus apuestas has creado un fondo enorme de ahorros, solo será un préstamo.

—¡No me importa, Liv! Todo el dinero que tengo no se puede desperdiciar en las cagadas de un par de idiotas como Camila y su novio.

—¡Oye!

—Camila, no te metas— no por el hecho de estar ayudando a la menor, significaba que Virgnia había olvidado las horas de pánico por el escape de las ramas —Alicia, deja tu berrinche. Yo también estoy sacrificando un monto significativo de mi cuenta... Claro que te va a doler, pero es solo dinero.

—¡No, no es solo dinero! No vuelvas a decir ese tipo de blasfemias. Además, lo más importante es que ¡Es mi maldito dinero!— cansado de los reclamos de la muchacha, el director le arrebató el monto que las chicas luchaban por tomar de las manos de su amiga.

—Si, con esto será suficiente para cubrir los daños que provocaron. Se pueden retirar— el director les dio la espalda para entrar a la oficina.

—Que alguien me detenga porque lo mato— la mayor sujeto a su mejor amiga, evitando que cometiera alguna locura.

—Vamos Ali, no nos metamos en más problemas— pidió, y ni eso, logro detener la furia de la joven.

—Dejame ir porque no respondo, Virginia. Si ustedes decían que sería bueno que alguien le rompiera los dientes a este pedazo de mier...

—¿Cómo crees que vamos a decir algo tan terrible de nuestro amado director?— Liv cubrió la boca de la rubia, deteniendo sus comentarios que comenzaban a fastidiar al director.

—Ahora, retrocedamos lentamente— susurro Virginia a Liv, ellas planeaban huir antes de que todo se fuera al demonio.

—¡Ested ne sebe quene se ye!— trataba de hablar la chica, y Liv no se lo permitía.

—Eso es, ya casi nos vamos. Buena niña Ali, tu flojita y cooperando— Virginia daba palabras de aliento, calmando la situación.

—¡Señoritas!— el llamado del director las paralizó por el pánico y el nerviosismo.

—Si... Si se... Señor— titubearon.

—Casi olvido informarles que también les quitaré la manutención por tres meses, ya que el daño que provocaron esas ranas fue mucho.

—¿Qué? Esto ya es demasiado ¿No se suponía que todo esto era gratis?— reclamo Virginia.

—Los daños que provoquen no vienen incluidos en el acuerdo, deberían leer la letra chica en los acuerdos que hagan.

¡Bom!

¿Oyeron eso?

Esa fue la bomba imaginaria que estalló en la mente de Alicia, cuando esas palabras salieron tan despreocupadas de la boca de ese funcionario inútil, la rubia se safo del agarre de sus amigas y tomo por el cuello al hombre.

—Escuche bien, viejo verde que atraviesa la peor de las crisis de edad— el odio y la furia se podían ver en sus ojos azules —Mi hermana, mis amigas y yo no nos partimos la espalda por tres años para pagar los tecnicismos desfavorables y satisfacer la codicia de corruptos, si usted retira ese ingreso, las repercusiones serán terribles, hijo de tu pu...

Princesos  >Zodiaco< Donde viven las historias. Descúbrelo ahora