Estás historia no se trata de chicas que son princesas o chicos que son reyes no, no, no, ¡no!, Esta es la historia....
Créditos a la creadora de la portada:
boluda__
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—Es tan linda cuando duerme, como un bebé recién nacido— Piper veía a su amiga con ternura.
—No entiendo cómo este bello kasimerito también es una reverenda hija de la mandarina— Alicia limpió una pequeña lágrima.
—Fácil. Ella es una cosita tierna, pero su personalidad vale verga— Virginia noto como Alicia levantó la almohada con intenciones de ahogar a su amiga —Que no se te ocurra lastimar a mi fuente de ingresos, pendeja.
—Ya no se aguanta nada en esta casa— la chica soltó el objeto y refunfuño —No la iba a ahogar, solo la quería despertar.
—¿Cómo la vez que Piper rompió tus entradas al concierto de Taylor Swift que ganaste en la radio por accidente y al día siguiente, la despertaste sacudiendo su cuello con tus manos ahorcandola?
—Si, básicamente hablando, si. Sin embargo, iba a ser menos doloroso para Cami.
—Tu eres igual que esa minion de lindas piernas, una niña pequeña— Lea le recriminó —Solo que sin la ternura.
—Nuestra pequeñita se convirtió en una hermosa mariposa— Liv sonreía nostálgica.
Ella había visto crecer a su amiga, porque vivían en casa vecinas.
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—Bueno— interrumpió Virginia con una sonrisa maliciosa —¿A quien le toca hoy? ¿Chucky, el Alien, la Castrosa, la Chismosa o la Diva?
—Solo les conté que una agencia de modelaje se interesó por mi una vez y ya creen que ando presumiendo— refunfuño Liv —Para que conste, tomo el apodo de “Diva” como le diminutivo de “Divina”.
—Virginia, podrías recordarme ¿Por qué tengo como apodo al muñeco satánico?— Piper se indigno.
—Porque te hiciste pipí cuando viste por primera vez la película en la pijamada de Liv ¿No lo recuerdas?
—Era una niña...
—Teniamos catorce.
—Por eso, una niña.
—Alien más que insultó, es una honra— Alicia presumía.
—Como sea, ¿A quién le toca?— Virginia retomo la conversación.
—Yo propongo que sea la Chismosa y la Castrosa— sugirió Piper y saco su cámara.
—Me parece bien— Alicia bostezo con cansancio, descansando su mentón sobre el hombro de Liv, quien tenía la misión de grabar el acto.
—¿Has tomado tus medicamentos? Hoy tenemos el día libre ¿Por qué no duermes un poco más Ali?— le recomendó Liv y Alicia negó.
—Primero tengo que ver esto, va a ser glorioso.
—¿Estas lista, Chismosa?— Virginia tronó sus dedos.
—Esta vez te dejaré la diversión a ti, tengo dolor de garganta— Lea bebía su te caliente, con su nariz roja como conejo.
