Punto débil.

396 35 10
                                    

Hinata irradiaba felicidad, y vaya que estaba feliz, su idea había sido exitosa y seguramente su plan terminaría igual de bien, eso le emocionaba.

Su cita de amigos que los termino convirtiendo en novios había sido más que perfecta, aunque aún no se podía creer lo fácil que le había resultado tener al azabache comiendo de la palma de su mano, pensaba que le daría más guerra. No es que se quejara, le beneficiaba tenerlo así cuanto antes, simplemente pensó que le tomaría un poco más de tiempo o tendría que ser él el que diera ese paso para convertirse en novios.

De cualquier forma, la vida de aquel detective no sería la misma, pero que todo estuviera yendo de acuerdo al plan era lo mejor para Hinata.

Después de que se convirtieron en novios oficialmente solo siguieron hablando de más cosas, nada importante que resaltar, simplemente platicas para conocer aún mejor a la persona frente a ellos, aunque eso debería hacerse antes ¿No?

Bueno, con alguien que quería al chico frente a él como su pareja lo antes posible y otro al cual le beneficiaba que fuera todo más rápido ¿Qué se podía esperar?

Terminaron su comida y regresaron al parque justo como lo habían acordado.

-Entonces... Nos vemos luego.

-...Y-Yo... este... si, claro, hasta luego -Habló el azabache que parecía un poco nervioso y desesperado.

-Si quieres algo solo pídelo -Dijo Hinata sin rodeos.

Kageyama se quedo estático unos momentos, nunca fue tan romántico ni cariñoso con nadie y no tenía motivos para serlo, ciertamente no era alguien empalagoso incluso podía llegar a tratar a sus parejas con algo e frialdad y claro que a sus ex parejas no las trataba mal, podía llegar a ser un poco cariñoso pero nada que destacar, que de repente sintiera aquellas cosas y quisiera ser muy cariñoso con alguien era algo muy poco común en él y le daba mucha vergüenza.

-¿Y bien? -Hinata volvió a hablar al ver que el azabache no respondía.

-Yo... bueno, me preguntaba si podría... podría besarte antes de que te vayas...

Las palabras del azabache dejaron atónito al pelinaraja, no tenía motivos para oponerse y tampoco es como que le disgustara, solo que al igual que el azabache (Aunque él es mucho más cariñoso y cálido en general) se ponía muy nervioso con las muestras de amor que tenían intenciones románticas o de pareja. Así que no pudo evitar su sonrojo y ponerse nervioso, pero si quería que esto funcionara era mejor seguir el rollo.

-C-Claro...

El azabache sonrió levemente mientras se acercaba al rostro del pelinaranja para después plantar un beso en los labios de ese chico tan bajo provocando el aumento de su sonrojo. Se separaron y conectaron sus miradas.

-Ten cuidado por el camino -El azabache fue el primero en hablar.

-Claro... nos vemos luego -Sonrió una ultima vez antes de irse y al poco tiempo desaparecer de la vista del azabache.

-Adiós boke... -Dijo con una media sonrisa.

...

Hinata ya se encontraba recostado en su cama con su pijama puesto y una almohada cubriendo su rostro. Estaba pensando todo lo que había ocurrido ese día, pensando sobre sus sentimientos.

Todo estaba relativamente calmado hasta que alguien toco la puerta de su cuarto.

-Pase -Grito sin siquiera mover un dedo.

-Hola Hinata -Habló el albino de ojos cafés mientras entraba a la habitación.

-Suga -Dijo mientras se quitaba la almohada del rostro y se sentaba.

-Y bien, ¿Cómo te fue? -Sugawara se sentó junto a Hinata.

-Bastante bien, resulta que si lo enamoré y lo tengo donde quiero así que ahora yo seré su punto débil -Dijo con alegría.

-Pareces demasiado feliz ¿No lo crees?

-¿A qué te refieres?

-Bueno, solo que me parece extraño, quiero decir, en cualquier otro caso dirías "Ya lo tengo donde quiero así que aprovechemos y luego le damos fin", o algo así.

-... Es solo que no quiero matarlo, quiero que forme parte de nosotros, nos beneficiaría.

-... Esta bien, como tu digas -Dijo para después mostrar una sonrisa.

Después de eso el albino salió del cuarto dejando a un Hinata aún más confundido de lo que ya estaba, y es que Sugawara tenía razón, en cualquier otro caso se habría aprovechado al máximo y no le importaría para nada la otra persona, pero esta ves era diferente y no sabía porque, no tenía una razón que realmente pudiera responderle a la pregunta "¿Por qué con él es diferente?" y eso lo hacía entrar en un constante conflicto consigo mismo porque lo único que se le ocurría como respuesta no podía permitir que pasará, no podía enamorarse de él.

Decidió no seguir pensando en eso, había cosas más importantes, como saber y organizar todo para la siguiente pista que le daría a Kageyama. Así que sin prestar más atención en ese tema y a sus sentimientos continuo enfocándose esta vez en el motivo por lo que todo comenzó. Saco su celular y comenzó a hablar con su equipo.

...

Kagayama se encontraba trabajando en el caso ya que no tenía nada más que hacer y no quería molestar a Hinata, quiero decir, acababan de salir y aquel chico de cabello naranja también tenía su vida, no todo giraba en torno a Kageyama y eso lo sabía el azabache. Así que volvió a enfocarse en su caso, quizá tendría suerte de encontrarse con algo de lo que no se había percatado, pero no fue así. No encontraba algo que le ayudara, y es que no es para menos, no por nada era el criminal más peligroso y el más buscado.

Desesperado y harto de no poder obtener nada simplemente pensó en ahora su pareja. Aunque ese termino le pareciera extraño y poco común para él decirlo con mucho sentimiento, de cierta forma, le agradaba y más sabiendo que con "Su novio" se refería al pelinaranja que extrañamente le hacia sentir cosas que muy pocos lograban hacerle sentir.

Sin notarlo comenzó a sonreír mientras pensaba en aquel chico y en todo lo que podría hacer con él a partir de ahora, no es que fuera experto, todas sus parejas eran conocidas del trabajo ya que eran las únicas que se le acercaban aunque fuera solo por trabajo, pero hacer cosas nuevas era algo que le gustaba porque eso lo hacia mejorar y él siempre quería ser el mejor.

Mientras pensaba en aquel chico de cabellos tan anaranjados como el atardecer un sonrojo apareció en sus mejillas. Sin duda ese chico lo había hecho cambiar, tanto que su trabajo estaba comenzando a pasar a segundo plano ,pero claro que no lo dejaría ahí, aunque terminara con lo suyo y capturara de una vez por todas a Asashin necesitaría dinero así que no era una buena opción dejar un trabajo tan bueno como ese, además, aunque no sabía porque, quería comprarle detalles a Hinata, cada vez aumentaban en gran medida la cantidad de veces en las que miraba algo por la calle y le recordaba al pelinaranja, si no fuera porque el dinero no le alcanzaba ya habría comprado todo aunque Hinata no se lo pidió, más bien parecía no importarle lo material.

Únete a mi -Kagehina-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora