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Sinónimo de felicidad (Final)

Pasaron unas cuantas semanas, habían terminado de instalarse en su nueva casa, su nuevo ambiente y su nueva vida. Pronto comenzaron a salir para conocer el lugar, por fin se habían reunido con sus demás amigos y pudieron salir todos. Visitaron diversos lugares y se divirtieron juntos.

Hinata volvió a estar junto a su hermana, esta vez le enseño todo lo que necesitaba saber para que no tuviera complicaciones, hizo todo lo que no puedo hacer antes y agradecía poder volverla a ver, agradecía que estuviera viva, agradecía poder compartir el resto de su vida con ella.

Natsu estaba feliz, si bien con su padre nunca la trataron mal vivir dentro de un cuarto durante años no era vida, desde que entró nunca había salido, solo miraba por la ventana esperando que algún día pudiera salir y ver que había más allá de lo que le permitía aquella ventana dentro de esas 4 paredes. No extrañaba a su padre, nunca estuvo con ella cuando lo necesitó, solo lo veía de vez en cuando pero para ella él ya no era más que una simple persona más que sabía sobre su familia, sobre su hermosa madre y sobre su hermano que era y es el mejor del mundo, eso lo sabía solo porque cuando era más pequeña lo veía a veces y solo era para hablarle de ellos. En aquel tiempo aun tenía el título de padre aunque estaba corrompido.

Las cosas parecían mejorar para todos, sus heridas habían sanado por completo, o al menos la de la mayoría pues cierta mandarina seguía teniendo una que le dolía mucho, esa herida sangraba tanto como la primera vez, dolía mucho pero no dejaría que los demás vieran su dolor, no cuando todos parecían estar mejor, aunque en realidad en el fondo sabían que Hinata sufría. Incluso su hermana notaba la tristeza en su mirada.

-Hinata -Sugawara se acerco al pelinaranja -Ya llegamos y prometiste que nos llevarías a ese lugar especial del que hablaste así que ¿Por qué no vamos?

Hinata aceptó, le gustaba la idea y sentía que lo necesitaba, necesitaba un cambió de aire y completa tranquilidad. Todos se prepararon, sobre todo Sugawara pues tenía una sorpresa para el pelinaranja junto con los demás para hacerlo sentir mejor, no podían soportar que siguiera triste.

Al poco rato se encontraban en camino a ese lugar, eran guiados por Hinata. Apreciaban el paisaje a su alrededor, primero era un lugar poblado y después no había nada más que arboles y unas pocas casas, sin duda era un lugar apartado pero eso le daba más tranquilidad, lo hacia perfecto para estar solo o en plena calma.

Decidieron hacer un picnic solo que esta vez era mucho más grande, jugaron un rato y después todos se dispersaron, Hinata se aparto un poco aprovechando que su hermana se entretenía jugando con Nishinoya y Tanaka mientras Sugawara los cuidaba, así que con tranquilidad comenzó a apreciar el lugar.

El pelinaranja podía sentir a su madre en ese lugar, quizá realmente no estaba allí pero podía sentirla de alguna forma. 

Sentía como si fuera abrazado, reconfortado y consolado, la brisa chocaba con su rostro moviendo sus cabellos anaranjados iluminados por la luz del sol que quedaba, la noche estaba por caer y el cielo se comenzó a teñir de tonos anaranjados, amarillentos y rosados, el aire era fresco y olía a una mezcla entre tierra mojada y a flores que rodeaban el lugar, no era muy fuerte pero estaba presente, no había más ruido que el de las hojas moviéndose por la corriente de aire y el sonido del río fluyendo con tranquilidad.

Suspiró hondo y cerró sus ojos, puso su mente en blanco y se dejo llevar por lo que escuchaba y olía.

-Ya estoy aquí mamá... -Dijo al aire mientras seguía con los ojos cerrados, quería llorar pero no lo haría, no quería dejar un ambiente triste en ese hermoso lugar, no quería seguir llorando por alguien que siempre lo quiso ver feliz incluso en su muerte, no llora no porque la odie, para nada, simplemente quiere darle la tranquilidad de que todo esta bien, de que no tiene que preocuparse por nada, entiende que su madre no esta ahí pero si lo estuviera quisiera decirle "Estoy bien, puedes descansar ya has hecho mucho, ya no soy un pequeño cuervo, ya eh aprendido a volar y no dejaré que nadie me derrumbe... pero nunca olvidaré a quien me hizo llegar hasta aquí, te extraño, te adoro, te admiro, te quiero... mamá..."