FINAL

419 22 1
                                    

Estábamos en el estudio de la mansión Russo, Alana se habían ido a visitar a sus padres con Ángelo, quien no se llevaba bien con ninguna niñera y solo aceptaba ser atendido por nosotros. Naturalmente algo fácil en otras circunstancias, pero imposible ante el hecho que ambos teníamos ocupaciones en todo el día.

Sin embargo, nos la arreglábamos para estar en casa a tiempo para las comidas, hasta ahora todo transcurría bien. El tiempo ha pasado y se ha llevado consigo los grandes problemas o eso creía al entrar en la casa de mi niñez horas antes.

Alana estaba embarazada del tercer mes y le estaba yendo fatal, mareos y vómitos matutinos, Ángelo de siete  años estaba contrariado. Aún no le decíamos que la enfermedad de su mamá, no era otra más que un hermanito y no sabía cómo iba a tomar esa noticia.

Han pasado casi cuatro  años desde lo sucedido en el astillero y las investigaciones cesaron súbitamente a los pocos meses. Intenté hacer que siguieran, quería llegar al fondo de quienes transportaban a mujeres dentro de mis yates y cruceros. No era de los que me rendía fácilmente fue tanta mi insistencia que terminaron dándome una explicación del porqué. El capitán Jules, me pidió hablar con mi padre quien tenía las respuestas a mis inquietudes.

Fui llamado ese domingo pues querían hablar sobre el traslado de mi familia a la mansión, mis padres se irían a Italia de manera definitiva y la mansión era segura. Aproveche para hacer mis preguntas y me estoy enterando de toda la verdad.

Fue mi padre quien organizó la redada que llevó a la captura de quienes transportaban a esas chicas. El grupo en consenso había decidido "colaborar" con la justicia, en la entrega de varios traficantes. Una cortina de humo, entre policía y mafia, pues lo único que se quería era alejarlos de ellos los señalamientos.

Durante mi secuestro escuché en muchas oportunidades la frase, "Filippo Russo era Camorra misma". Ingenuamente pensé que se referían a sus amistades y nexos con esos grupos, jamás que era la cabeza visible.

Cierro los ojos y me sostengo con fuerza de la silla, no puedo creer que mi padre esté implicado en esto. El trasporte ilegal de mujeres hacia otros países, droga, crudo, armas. Son tantas cosas ilícitas y narradas como si estuviera hablando de negocio legal.

Tengo a mi madre a mi lado que intenta tomar mis manos y me alejo de ese acto. Fui engañado, esta empresa creció gracias al dinero de prostitución, droga, extorsiones y Dios sabe que otras cosas más.

¿Viví en una burbuja? Tenía conocimiento de sus vínculos con esa gente, jamás que a ese grado. El silencio es denso y no se escucha más que el latir de mi corazón y las respiraciones pesadas de mis padres. Un matrimonio arreglado, un trato más de negocios para unir a dos grandes grupos y alejar a la policía de mis padres. Unificar fuerzas para ser así indestructibles, crear alianza con poderes lisitos y hasta con gobiernos.

Axel Russo, fue solo una extensión al contrato original que Filippo Russo y Agnes Conti, hicieron. Elaborado a espaldas de sus "Socios", convirtiéndome al nacer en un jodido problema para la mafia al que tenían que eliminar o agregar a sus filas.

—Supongo que debo agradecerles que no permitieran mi ingreso a esas filas —hablo al fin.

Me incorporo al sentir las manos de mamá de nuevo en mis manos, pero ese contacto me quema. La decepción de saber que nuestra empresa no era limpia y sin problemas legales. Me molesta al punto de no querer verlos a ellos nunca más, alejar a mi esposa e hijos lejos de esta mierda. Toda la vida viviría con el miedo a una retaliación de parte de alguien contra mis padres.

Me niego a ser parte de algo de esta naturaleza, cuando hay vidas humanas de por medio, yo viví ese infierno, mi esposa estuvo a punto de estarlo. Tenía hijos, amigas, trabajadoras.

Eclipse de AmorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora