CAPÍTULO ONCE

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Emma.


—¿Estás bien? —me pregunta Dothy a la hora de comer—. Te he notado ida, como triste, ¿problemas con tu novio?

—SÍ, estamos teniendo problemas. —¿Qué sentido tiene negarlo? ¿Cómo le digo que no es mi novio, pero si es un dios?—. Nada del otro mundo, pero sí.

—Oh, no me imagino lo difícil que ha de ser no tener problemas con alguien tan guapo, no lo he visto, pero según lo describen las chicas es casi un dios, me imagino que siempre andan algunas fáciles detrás de él, debes de vivir amargada espantando zamuros.

—¿Qué? —Dothy siempre sale con una cosa nueva.

—Zamuros, esos animales que andan rondando la basura, viven de sobras.

—Ah, vale.

—¡Alegra esa cara, Stella! —me grita Liam, sentándose a mi lado.

—Yo no me llamo Stella —me río.

—Ya lo sé —me sonríe—. Pero alegra esa cara, mira lo que tengo para ti.

Se va y regresa rápidamente con un trozo de pastel de chocolate.

—Es mi especialidad y levanta el ánimo de cualquiera, así que cómetelo todo.

Le hago caso porque:

1- Necesito algo que me levante el ánimo.

2- Se ve delicioso y lo compruebo cuando me llevo una cucharada a la boca.

—Dios mío, esto está delicioso —le digo y le doy un poco a Dothy, quien confirma mis palabras—. ¿Por qué estás aquí? —le pregunto—. ¿Por qué no eres modelo o que sé yo?

—Tomaré eso como que me estás diciendo que soy demasiado sexy para estar aquí —se ríe—. Verás, siempre he sentido pasión por la cocina y quise enfocarme en eso desde muy chico, pensé en estudiar y ser un gran Chef —le doy otra probada al pastel—, pero las cosas no son siempre como uno las quiere, linda. Mi madre enfermó y Jackson y yo tuvimos que comenzar a trabajar, así que... ¿Por qué trabajar en algo que no me gustaba cuando podía hacer las dos cosas a la vez? Trabajo para mantener la casa y disfruto haciendo lo que me gusta, no como el gran Chef, pero al final es lo mismo, cocino. Algún día vendrá alguien importante y se sentara en alguna de esas mesas —me las señala—, probará alguno de mis postres y dirá: "¿Quien es el Chef?" y ese será mi momento, mientras tanto seguiré aquí alegrando sus vidas. ¿Ves? Ya estás sonriendo.

—Gracias —le digo con sinceridad—. Y sé que lo vas a lograr, serás un gran Chef y nos invitarás a comer a todos aquí —se ríe con lo último, pero asiente.

Nuestro jefe entra al lugar y miro mi reloj pensando que quizás ya es momento de abrir, pero aún faltan treinta minutos.

—Buen provecho a todos —dice—. Tengo una reunión importante aquí esta tarde, así que tiene el resto del día libre, hasta mañana.

Se va sin dar más explicaciones y ninguno las pide porque:  ¿Quien se queja por tener la tarde libre? Y como no quiero estar sola en mi casa, se me ocurre una excelente idea... creo.

—¿Quién quiere ir a mi casa? —les pregunto.

—¡Yo! —Exclama Dothy—. No quiero estar todo el día en el departamento, que flojera.

—Pues Luna y yo nos anotamos —dice Elizabeth y Luna asiente.

—¿Irás, Jackson? —le pregunta Liam—. ¿O aún tienes problemas estomacales?

APOLO.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora