CAPÍTULO TREINTA Y CUATRO

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Emma.

Hoy ha pasado algo interesante... De nuevo. Un chico de mi clase al que ya había descubierto mirándome en varias ocasiones, se ha acercado a mí y me dijo que le parecía una chica muy bonita e inteligente, me invitó un café en la cafetería frente a la universidad y acepté. ¿Dónde está lo extraño? Bueno, que cuando íbamos a pasar la calle, el chico se ha caído de boca en el asfalto. Me fijé en el suelo, incluso en sus zapatos y no, no había motivo para esa caída, así que teniendo en cuenta que me dijo que sintió un golpe en el pie, no hay que ser muy inteligentes para saber qué significaba eso. Alguien le había metido el pie, alguien invisible, alguien con cabello rubio y curvas de muerte, alguien llamado Elsah, alguien que Apolo había enviado.

—Hijo de puta. —Gruño molesta y el chico me mira sorprendido—. No, no es contigo, es... ¡Un chico allí detrás me hizo una seña obscena! —Miento señalando detrás de él—. Pero ya se fue.

—Ah, bueno. —Me dice sonriendo—. Dios, que vergüenza, es la primera vez que salimos y ya lo he arruinado.

—No te preocupes, Derek. —Le digo viendo a los lados—. Sólo fue una caída, no has arruinado nada. ¿Por qué no vamos adentro? Deberíamos alejarnos del sol, a veces puede resultar irritable. —Digo forzando una sonrisa y caminando dentro de la cafetería.

Pedimos el café con dos trozos de café y comienza a contarme un poco de él mientras esperamos. Cuando va a la mitad de su relato, veo como dejan nuestro pedido en la mesa y levanto la mirada para darle las gracias a la chica, pero me quedo muda cuando una Elsah con el uniforme del lugar y cara de querer matar a alguien es la que está frente a mí, me mira unos segundos y saca una nota de su delantal.

—Dejaron esto para usted, señorita. —Dice con los dientes apretados y pega la nota a la mesa haciendo que los cafés se muevan un poco, Derek da un respingo y ella lo mira mal antes de alejarse.

—Vaya, creo que a alguien no le gusta trabajar aquí. —Murmura sin dejar de mirar por donde se fue Elsah y yo río sin ganas—. ¿Qué es eso? —Señala la nota—. Digo, si se puede saber.

—No lo sé. —Tomo la taza de café para dar un sorbo y con la otra leo lo que dice la nota. Casi muero ahogada después de leer.

A mí me enseñaron que es de mala educación tener citas con otra persona cuando ya se tiene novio.

No. Es mentira, a mí nadie me enseñó eso, pero se entiende el punto, ¿verdad?Ya manda al niño bonito a su casa, es frustrante verlo todo desde aquí, ¿sabes? Ten un poquito de consideración por mi corazón de oro.

Pdta: Yo no soy irritable, no mientas que eso es pecado.

Con todo el amor del mundo: Apolo, dios del sol. TU NOVIO y el AMOR DE TU VIDA.


—¡Novio y una mierda! Parece loco, será que se pegó con una nube en la cabeza. —Digo molesta y Derek ríe. Ups, me olvidé de él por un momento—. No es nada, algún tonto queriendo darme su número.

—¡No puede ser! Ya no respetan los códigos. —Se ríe—. Mira que darte el número cuando te están viendo con un chico, imagina que yo fuera tu novio, que falta de respeto.

Sí, imaginemos, porque ahora resulta que el mentiroso aquel es mi novio. ¿Pueden creerlo? Como si él no fuera el que me abandonó.

Ay, ya vas a llorar. No nos hagas pasar vergüenza.

¡Cállate! Es injusto que ni mi conciencia me entienda.

APOLO.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora