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JENNIE MARIE JANE MCKLEIN
francamente me daba igual las miradas dirigidas hacia mí y los grandes lentes que cubrían los ojos de potentes rayos. Se sentía como estar mirando directamente al sol, así que ahora entendía ese concepto de "resaca". Mis pasos eran seguros, la recepción no estaba tan lejos del elevador que guiaba a los departamentos.
– Buenos días. – dijo el administrador apenas me vio cruzar el umbral.
Me sorprendía la determinación de salir justamente en aquellas fachas. Pero no lo iba a sobre pensar aun cuando la voz interna de mi madre estuviera calando mi adolorida cabeza "siempre perfecta" ahora lucia de todo, menos como la imagen que siempre me esforzaba en dar.
– Necesito algo. – dije un tanto cohibida.
– Quiero hablar con la persona de seguridad en mi pen-house. – disgustado o un tanto alarmado, no era normal que alguien pidiese aquello. Lo sé, pero esa era la única forma de conseguir la información que necesitaba.
. – Ocurre algo malo con la alarma señorita Mcklein. – negué.
– No, solo quiero hablar con él. – estar entre la espada y la pared era posiblemente los zapatos de aquel hombre. No podía decirme que no, pero tampoco aceptarlo. Las políticas de esta clase de condominios son estrictas. Pero en realidad, esperaba que hicieran una excepción. .
–Solo quiero comprobar algo. – dudoso me miró un tanto inquieto. – Si es por la persona que ayer ingresó a su piso, su asistente dio la aprobación y la identificación. – sino fuera por los lentes de sol, quizás el hombre se hubiera percatado de mi sorpresa. Lo sabía.
– Al parecer le dio el código, pensamos que usted estaría informada. – asentí.
– La señorita Park puede disponer de mi código, sin embargo, requiero las cámaras. No voy a seguir perdiendo tiempo, señor Dawn. ¿Me dará acceso? Si o no. – soltando un suspiro. Tomó el teléfono y marco a seguridad.
