Diecisiete.

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MARIE JANE JENNIE MCKLEIN

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MARIE JANE JENNIE MCKLEIN

El recorrido fue una experiencia, me aferré con fuerza a su torso sin contener algunos grititos momentáneos cuando aumentaba de velocidad.

– Eres una bestia. – le grité a través del casco.

– Claro que lo soy princesa. – se burla de mi

– Mas despacio. – solo lograba que arrancará aún más y con ello tuviese que aferrarme más a él y a su musculosa y firme espalda.

– Abre los ojos, siente la brisa en tus mejillas y disfruta del viaje. –

Como si fuese fácil, he de decir que la adrenalina es comunal, no negaré la sensación de libertad es exquisita.

Después de minutos no tan tortuosos pude acostumbrarme a todo lo que mi cuerpo exigía en ese momento y así levantar mis brazos.

– ¡Esto es super emocionante! – sentí su cuerpo contraerse, sé que ríe, pero no retira la mirada del camino y me deja disfrutar del cielo estrellado.

El tenía razón.

– Gracias Nam, por esto. – volví a aferrarme a él para gritarle ya que la carretera y el ruido del motor es tan intenso que no podiamos escuchar con facilidad.

No hay pensamientos, no hay reglas, no hay etiqueta, no hay renombre, no hay nada.

Y me gusta.

– Hemos llegado. –

Desde hace un par de minutos, me dí cuenta que la visión del trayecto cambió a grandes edificios naranjas en un suburbio no tan civilizado como creí que sería, el aspecto era desgastante y algunas paredes tenían grafitis y autos algo viejos.

Pero no dejaría que eso me molestara, confiaba en Julien. – Ahora princesa, baja. – y así lo hice a no ser que mis piernas temblaron un poco por la fuerza que ejercí en ellas.

Antes de pensar caerme, sus manos me sostuvieron de la cintura, cosa que agradecí.

– La primera vez en motocicleta es difícil ¿no?. – se burla.

– No siento las piernas. – confesé.

– Mi nena es igual a su padre. –

No entendí ese comentario, quizás fue un chiste que mi poco sentido del humor no captó, pero asentí.

– Ahora a entrar. – retira el casco de mi cabeza.

No espere que acomodase mi cabello, pero lo hizo y entonces de nuevo la sensación cálida se instaló en mí, parecía hacerlo de manera inconsciente, lo convertía en aun más encantador. El ruido de la música dentro del edificio ya podía percibirse así que miré a mi alrededor y al parecer solo pocas personas estaban afuera.

BLACKNIP "GOLDEN" | JOONNIEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora