Doce.

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JULIEN NAMJOON MEESTER

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JULIEN NAMJOON MEESTER

La veía mirar atenta por encima del vidrio del auto, aun me sorprende el hecho de dejarme conducir su elegante mercedes para ir a uno de los lugares que estaba casi seguro en su vida nunca ha visitado. Sin embargo, se mantenía callada como una niña que mira el parque de diversiones por primera vez.

– Wow, esas pequeñas casas parecen como de aldeanos en las historias que mis nanas solían leerme de niña. – se por el sentido de sus palabras, no lo esta hablando para ofender a nadie. Me parecía casi increíble que dentro de su mundo de lujos no pudiese ver la realidad de muchas cosas.

No la culpo, dentro de su vida, ha nacido en cuna dorada, sin embargo, su ingenuidad en algunas cosas era algo que instintivamente sacaba mi lado protector. Sacudí la cabeza ante pensamientos ridículos.

– Namjoon, ¿estás seguro que es por aquí? . – me preguntó, al parecer estaba pidiendo mucho para desatar su paciencia por mas tiempo.

– ¿Cuando hemos dicho que podemos dejar de ser formales el uno con el otro?. – por suerte, el semáforo estaba en rojo para ver sus ojos abrirse y sus mejillas colorearse de vergüenza. Quise reír ante tierna imagen, ¿Quién diría que aquella mujer podía sentirse apenada?

– Yo...- carraspeó. – Creí que...- su seguridad y esa aura autoritario ya no estaba. – Lo siento Namjoon-oppa. – levantando una ceja solo asentí tragándome la carcajada y acelerando.

Quizás le haría pasar mas momentos así.

Después de cruzar algunas calles y avenidas más, el llamativo auto estacionó frente a un fooddruck rodeado de mesas y sillas de plásticos. No todos contaban con una sombrilla para cubrir el potente sol a esa hora. Seria mera suerte si nos sentábamos en aquellas que poseía, era la hora pico del día, los trabajadores salían a comer. Así que sería toda una anécdota ver como reaccionaria cuando no se acerca a un restaurante de cinco estrellas.

– Bien princesa, hemos llegado. – soltando el cinturón de seguridad. Frunció su ceño levemente para mirar el local de comida callejera.

Algunos adolescentes se acercaban al auto de vidrios polarizados, ajenos a que nosotros todavía estábamos dentro del auto. Tomándose fotos y admirándolo. Movio el espejo del copiloto para acomodar su cabello y sacar sus jafas channel. – Es un día soleado, no pienso hacer gestos que arruguen mi rostro. – rodeé los ojos y ambos salimos.

BLACKNIP "GOLDEN" | JOONNIEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora