Uno.

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JENNIE MARIE JANE MCKLEIN

Pese a la riqueza y a la concepción de perfección solo era una marioneta de mi propia vida, así se sentía cumplir el papel que mi apellido exigía. Repleta de dinero a manos llenas y pese a ello sentirme tan vacía en mi jaula particular.

Todo es dorado, resplandeciendo mi cuello en la joyería más cara pero yo estaba lejos de sentirme como una persona que fuese feliz o perfecta, no entendía la envidia y las palabras de las personas al señalarme con el concepto de "vida ideal" ¿Qué podría faltarme? si lo tenía todo y nunca dejaría de llegar. Jennie Marie Jane Mcklein, mi propio nombre se siente extraño y pesado, más como un objeto dentro de extensas galerías que todo el mundo contempla recordándome lo dichosa y afortunada que soy por nacer en esta cuna de oro.

Actuar como princesa todo el tiempo era agotar, fingir estar bien también lo era porque en el fondo sabía que no era así. Pero solo lo ignoraba porque era lo mejor.

La rutina continuaba, y cada vez me asfixia denotar cuales eran mis verdaderos intereses. Ya no notaba la diferencia entre lo que en realidad quería y era real en mi vida o lo que esperaban de mi por ser una Mcklein.

Toda sensación me era indiferente.

Sin embargo, seguía allí, una Mcklein jamás se detiene porque todo debe ser perfecto, madre, el tiempo que recuerdo su presencia en mi vida se encargó de hacérmelo recitar como si fuera la lírica más importante en mi vida.

– Luces perfecta, señorita Jane. – miré de reojo a mi asistente y asentí intentado creerle.

Me tomaba mi tiempo para mirar con detenimiento las actualizaciones que el personal me envió de la galería donde se llevaría a cabo mi desfile. Todo debía ser perfecto

No podía fallar, sé que los columnistas solo afilaban sus lápices para intentar encontrar alguna clase de defecto al lugar que albergaría el evento de "moda" más importante e influyente del mundo. Mis diseños marcaban una clase de tendencia y eran el parteaguas para que las demás marcas intentaran llegar a mi nivel. Así que, tolerar las pequeñas fallas estaba lejos de considerarse y quizás para ese punto estuviera rindiendo honor a los apodos que se me han adjudicado durante mi carrera como diseñadora.

El lugar que he elegido para revelar la última de mis colecciones consta de mis propios fetiches. Tenía planeado demostrar que las telas no tienen género, y el color es un claro ejemplo de la diversidad.

El mundo está listo para el regreso de cuero negro y una temática lo bastante oscura para ser tomados desde una perspectiva elegante y atrevida. Tenía que ser perfecta o de lo contrario empezarían a rodar cabezas por todo el lugar. Se los he advertido, mis trabajadores sabían que tratar conmigo no era fácil. Aquellos característicos apodos no eran del todo falsos.

"Princesa melindrosa" "Princesa de hielo" "Perra desconsiderada" eran algunos de los tantos seudónimos que la prensa difundían por aquellas personas mediocres que lograban contactar para perjudicar mi imagen. Lo que ellos no sabían es que, para llegar a mi nivel de éxito no solo era cuestión de nacer rica y bonita, sino que requerías tener talento en una industria que era como ver perros y gatos juntos.

BLACKNIP "GOLDEN" | JOONNIEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora