Veinticinco.

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JULIEN NAMJOON MEESTER

El sonido del reloj avanzar es lo único que se escucha dentro del despacho, pues después de ofrecerme una taza de té y "amena" conversación en privado después de la larga e incomoda cena. El señor Mcklein se a mantenido callado, no sé si sea del todo prudente interferir en sus pensamientos. Lo único que sé, es que no dejó de mirarme a mí o Jennie en esas tres horas que llegamos a la casa del infierno.

La he nombrado así porque todo es tan rigido y de etiqueta que me parece algo triste que entre familia se lleve aun formalidad como si fuesen desconocidos. Claramente yo crecí con otro tipo de ambiente, sin embargo, me tranquiliza el hecho de Jennie no soltarme la mano durante ese tiempo. La determinación de mi chica es arrolladora.

Acomodo mejor el saco sobre el cuerpo, otra mierda que tuve que pasar. Pues por alguna razón yo sabía que no podía ir vestido con mis típicos Jeans negros y botas de casquillo. Era una ocasión importante y por lo tanto no iba a poner incomoda la situación para Jennie, seré un hijo de puta desvergonzado, pero sé comportarme cuando quiero.

– He de suponer que sabes porque te pedí hablar en privado. – rompió el silencio. – Así que seré directo y sincero contigo. –

Me he preparado mentalmente para todo, no espero una cordial bienvenida pero tampoco dejaré de luchar por lo que quiero, tengo y me hace feliz. 

– Gracias por hacer sonreír a mi hija. – abrí los ojos no comprendiendo del todo.

– Veras NamJoon. – me llamó por mi nombre por primera vez en la noche. Claro signo de hacernos entrar en un ambiente de confianza e informalidad.

Su postura rígida ha cambiado a una más natural. Como si se convirtiese en otra persona.

– Alana y yo no hemos sido del todo buenos padres con Jennie. – cuenta. – Nos perdimos mucho tiempo de su vida y francamente creí que mi hija seguiría con esa actitud indiferente y aferrada. – sus ojos van a la taza de café. – Nuestra vida es ocupada, no lo justifico porque en el fondo sé que el miedo al rechazo a los más importante para mí es el mismo que no me deja salir de este tiempo de indiferencia y distancia con ella. – puedo notar su arrepentimiento.

– Le dimos todo lo material a Jennie, nunca le falto nada. Pero al ver su mirada, cada vez que podíamos reunirnos con ella me dí cuenta que le falto lo más importante y ese es amor y afecto. – me mantengo atento a sus palabras.

– Ese mismo vació me hacía sentir tan culpable que prefería evitarlo, evitar la culpa hacia mi propia hija y nuestra ausencia. –

El señor Mcklein se esta sinterizando. – Creí que nunca podría ver más de lo que Jennie siempre nos mostraba. Pero hoy al verla entrar con una sonrisa genuina y saludable me doy cuenta que esa radiante felicidad no es por nosotros. – me mira.

– Es por ti. –

La habitación queda en silencio. – Y por hacer feliz a mi pequeña te doy las gracias, pero también he de advertirte que si llegas a hacerle daño me encargaré de destruirte. – se recarga en su silla afelpada. – Te he investigado Julien NamJoon Meester, sé todo de ti y a pesar de ello encuentro que eres un buen candidato. –

Parece que la cuestión de investigar la vida de ajenos es algo de familia. 

– No planeo lastimar a su hija, ella también me hace feliz. 

– Entonces esperaré lo mejor de su relación. – suspira. – Su madre quería que te amenazara con para que la dejaras ir, es obvio que no eres del agrado de mi esposa. – tampoco ella lo es para mí, pero decido solo mantener esos pensamientos para mí.

– Por primera vez quiero hacer algo bien con mi hija y si sigo a mi esposa como siempre lo hago sé que lastimaría a Jennie, así que no lo haré. Te daré el permiso de estar con ella. –

El hombre frente a mí esta demostrando ser muy diferente a la progenitora de mi chica. El señor Mcklein luce más paciente y sensato. Con un profundo amor hacia su hija, pero con incapacidad de demostrarlo de la mejor manera.

– Espero el mejor de los respetos de tu parte hacia mi pequeña flor. –

Después de esa conversación resultara mejor de lo que esperaba, ambos regresamos a una distante y silenciosa sala donde ví a Jennie y su madre tomar el té sin verse y ni si quiera dirigirse la palabra.

– ¡Cariño!. – se levantó del sillon para sonreírme

He de admitir que ser llamado de esa manera frente a sus padres me avergonzó.

– Mi precioso príncipe. – comentó y yo no podía sentir más vergüenza de la que ya tenia.

– Espero que mi padre no te haya hecho pasar un mal momento. – puchereó

Vi de reojo al señor Mcklein el cual sonrió ligeramente hacia su hija

– Por supuesto que no hija, ¿qué clase de padre sería? – no muy convencida acepto el comentario y nos dispusimos a platicar vagamente sobre nuestra relación.

Por otro lado, la madre de princesa melindrosa se mantenía abstracta a la conversación.

He aprendido después de este día que si quiero estar con Jennie el mundo estará rodeado de diversos tipos de personas donde la tolerancia y amor se pueden impulsar por un bien común, su padre, es un ejemplo de ello pues no juzgo mi apariencia y tampoco a lo que me dedico. Su madre en cambio fue muy diferente.

Al final la decisión recaía en la única persona que importa y mientras ella quisiera estar a mi lado el resto salía sobrando.

Una gran lección.

Ahora estoy más seguro de ser momento para finalmente romper esa barrera en la relación. Era el momento de que nuestro circulo cercano supiese la verdad entre ambos. Después de hoy fue como si una gran carga se retirase de mi espalda y la libertad me sonriese preciosamente.

Porque ya no tengo miedo de amar.

Jennie llegó a mi vida como ventisca incomoda y fresca a mi océano donde ambos hemos aprendido a amar y respetar nuestros ideales. Una relación va más allá que simples besos y cumplidos, una relación se siente y se aprecia de manera lenta y sin prisas.

El momento perfecto para crecer es justamente ahora donde me detengo a mirar nuestras manos enrolladas y percibir la calidez que no solo acaricia mi corazón enamorado. Sino me valentía para enfrentarme a todo. 












Hola pollitos, ¿como están? por aquí casi no nos hablamos pero quiero decirles que ya estamos en la recta final. Posiblemente el siguiente capitulo sea el final. Las amo, y gracias por darle oportunidad a esta historia que ya tiene un año de estar en mi cabeza y finalmente pude concluirla. 




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BLACKNIP "GOLDEN" | JOONNIEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora