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JENNIE MARIE JANE MCKLEIN
Sigo sin creer como es que he podido regresar al mismo lugar donde he sido evidentemente rechazada. Él fue muy claro con sus palabras, pero yo no me rendiría tan fácil. Al menos no hasta haber hecho todo lo posible por conseguir compaginar con él. El cielo se tornaba en tonalidades oscuras, agradecía haber escogido el disfraz más horrendo para ocultar mi identidad. No podía permitirme salir de esta forma. Pero situaciones drásticas requieren de medidas desesperadas. Acomodé las jafas Dior a mi rostro viendo por el retrovisor del auto.
Claro que esto se siente como acoso pero dejaría de serlo hasta que él aceptara de mi compañía y al fin pudiera reconocer que le gusto. ¿Por qué es obvio, no? A todo el mundo le gusto. Solo que ha él le está tomando más tiempo en aceptarlo. Le daría la oportunidad de reflexionarlo.
Las puertas del enorme edificio se abren dejando ver altas siluetas vestir colores oscuros. Fue muy buena idea tomar mi distancia, de lo contrario habría sido muy incómodo. – Uno, dos, tres, cuatro... - fruncí el ceño.
Él no estaba entre aquellos hombres de aura oscura. Sin contar a Rosé quien hablaba con un rubio, juraría era su gemelo versión masculina.
Julien no esta entre ellos. ¡Carajo! El hombre es más complicado de lo que esperé, nada de él era fácil. Pero quizás fuera obra del destino. Porque no iría hasta allí con sus amigos y mi asistente a enfrentarlo.
Una nueva esperanza me cubrió.
– Es una señal. – sonreí a lo grande haciendo un pequeño bailecito, en ese momento ya no importaba haber esperado seis horas, puedo hacerlo un poco más.
Tomando algunos bocetos que he hecho para matar el tiempo. Vi al grupo de chicos y Rosanne tomar una dirección opuesta. Fue allí donde pude respirar con tranquilidad. La depredadora seguía en camuflaje.
Dejándome llevar por las oscuras avenidas. Miré mi reloj por quinta vez, ha pasado mas de una hora y el idiota aun no sale. Mi humor está cambiando debido al aburrimiento y hambre.
– Mataria por una ensalada Le Manoir aux Quat Saisons en este momento. – he caído en cuenta que durante todo el día no había probado bocado alguno.
