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JANE MARIE JANE MCKLEIN
Sé que las miradas son por el hecho de mi presencia en esa empresa. Francamente desentonó en ese lugar pero no me importa porque después de tres días donde mi humillación se hizo más corta yo estoy más que decidida y firme en conseguir lo que quiero. Y es a él, a mi querido príncipe.
Para ser sincera nunca pensé que un hombre como él tuviese otro tipo de atributos que resultarían ser fantásticos, me ha dado una grata sorpresa al ver que posee otro tipo de habilidades que lo hacen ver aún más encantador frente a mis ojos.
– Buenos días señorita Mcklein. – el Ceo de la compañía en entretenimiento me ha recibido personalmente.
Usaría esta estrategia para no ser tan obvia, he mentido para conseguir esta visita. Y entre ellos es no hacerle saber nada a mi asistente porque despertaría cuestionamientos a mi claro interés por ese hombre.
– Buenos días. – dije fría mientras caminábamos al interior del edificio.
– Es un privilegio que nos visite alguien de su renombre. – se por su expresión en el rostro que él intuía un gran convenio o un trato lo suficientemente jugoso que nos beneficiaría. Mi asistencia siempre tenía un motivo.
– Lo sé, debería sentirte honrado ya que he elegido a su compañía sobre las demás para conseguir grandes ganancias. –
Bingo.
La palabra con la que hombres como él siempre solían caer. Sus ojos se iluminaron dándome a entender que he logrado mi objetivo y su atención.
– Estaría encantado de escuchar su propuesta señorita Mcklein. – dijo rápidamente.
Después de llegar al ultimo piso donde es su oficina rápidamente le externe mi interés en trabajar con ídolos para mi nueva línea de ropa. Ellos modelarían junto a mi gente y yo le daría el renombre a la compañía, la patrocinaría y le daría un porcentaje de las ganancias en esa colección.
– Soy demasiado generosa. – finalicé
El silencio entre nosotros me hizo sonreír llevando la taza de té que la secretaría había traído hace minutos atrás. Está sorprendido por lo que ofrezco. – Es decir que serían embajadores de su marca. – concluyó a lo cual yo aplaudí mientras dejaba elegantemente la taza sobre el escritorio marmoleado.
– Exactamente, pero no pretenda usted que me conformaré con cualquier idolo. – le miré. – Quiero a Blacknip. – sus ojos se abren .
– Como sabrá, su manager ya ha tenido contacto con mi compañía, sus artistas abrieron mi desfile de moda. – le puse en contexto de la situación.
– Dado que mi línea de ropa, al menos de esta temporada se basa en un concepto oscuro busco modelos que sepan reflejar perfectamente la esencia de mi ropa. – aclaré . – Quiero a Blacknip. – repetí. – No aceptaré a otros. – aclaré.
