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Levanto el pie y el agua escurre por mi pantorrilla, me sumerjo una última vez antes de salir de la bañera. Estiro el brazo por la toalla y se siente mojada, frunzo el ceño. Estaba segura que había dos toallas bien secas.

Gruño al ver la segunda en el suelo toda pisoteada, salgo de la bañera y abro la puerta del baño lentamente. Jean no se encuentra en la habitación, salgo del baño y corro a la puerta, le pongo seguro y respiro aliviada. Vuelvo al baño y tomo la toalla que cuelga en el tubo, me seco por lo menos las piernas y después el cabello.

Había acabado de cenar antes que él así que aproveché para subir a bañarme. Tomo mi ropa interior y la licra, busco mi cepillo y me desenredo el cabello mientras espero que se me seque el resto de la espalda.

Escucho pasos afuera, lanzo el cepillo a la cama y me sacudo el cabello con las manos para quitar el exceso de humedad. Estiro el brazo al tocador y le doy un sorbo a mi té, la perilla rechina pero la puerta no se abre, escucho un golpe y luego un quejido de Jean. Sonrío.

-¿Y/N? - golpea la puerta con los nudillos y me acerco a la puerta -. Y/N, ábreme.

-Palabra mágica - suspira.

-Por favor.

-No.

-¿Por qué? - siento su peso al otro lado de la puerta.

-Usaste las dos toallas así que debes esperar ahí afuera hasta que se me sequé el cuerpo.

-No puedo esperar a que seas tan vieja - golpeo la puerta y escucho un quejido.

-Sabes a que me refiero.

-Y/N, es tarde, hace frío y estoy un poco tomado. Por favor, solo quiero dormir.

-Ya te dije que esperes - me aparto de la puerta y voy a la cama.

Me recuesto y estiro el cuerpo, ciertamente tengo el torso parcialmente seco, solo un par de minutos y...

Escucho la llave entrar al cerrojo, me coloco boca abajo y estiro el brazo a la colcha de la cama, me cubro el cuerpo y ruedo por la cama cuando la puerta se abre, caigo secamente contra el suelo de madera. Escucho una carcajada del otro lado, ahogo un quejido, me remuevo y pongo la colcha en mi pecho, al poner de pie cubre hasta mis espinillas.

-¿Estás bien?

-Oh sí, parece que te preocupo mucho - se ríe -. Te dije que esperaras, Jean.

-¿Por qué? - gira la llave en sus dedos y la guarda en su bolsillo.

-¡Porque estoy desnuda!

-Mentira, llevas una licra - me quedo sin palabras -. No te preocupes, preciosa. He visto mejores.

-¡¿Mejores?! - vuelvo a la realidad -. ¿Sabes qué? No puedo ni verte.

Camino de vuelta al baño y silba al ver mi espalda, me doy media vuelta y camino de reversa hasta que entro al baño. cierro la puerta de golpe, hago de la colcha un abola y ahogo mi grito en ella. Busco mi cambio de ropa y me visto rápidamente, abro la puerta y regreso a la habitación.

Tomo las botas y me ato las cintas torpemente.

-¿A dónde vas?

-Afuera - voy por mi saco.

-Voy contigo.

-No, el punto es alejarme de ti - se pone de pie y empieza a seguirme por la habitación.

-¿Cómo se que no escaparás? - le da un trago a mi té, entrecierro los ojos -. Ah, ¿es tuyo?

-No, lo pedí para ti - sonríe y sigue tomando -. Nos vemos, Jean.

Bastarda (JeanKirsteinxLectora)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora