Por lo menos volvería a casa, volvería a ver a Cas, a Tadeo y a Niko, probablemente me encuentre con el mayor con su cabello rojizo. Me visto frente al espejo tratando de alejar el recuerdo de la noche anterior. Era imposible. Jean estaba por toda la maldita habitación.
Me reviso el moretón en el costado y paso mis dedos por las costillas, entonces veo una pequeña mancha entre dos de ellas, un lunar de una tonalidad tan clara que se pierde con el morado de la sangre molida. Me bajo la camisa y me cuelgo el saco en el brazo, había sol afuera y las personas que veía a través de mi ventana se abanicaban con sus sombreros para alejar el calor. Tomo la daga en el cajonera y la cuelgo en la correa en mi pierna.
Abro la puerta y la sangre me empieza a hervir.
-¿Qué quieres?
-Historia y los demás se adelantaron por una emergencia - me explica con indiferencia -. Voy a escoltarte al palacio.
-¿Por qué al palacio?
-Historia quiere regalarte algo para compensar el tiempo perdido. Y para que seas testigo que tu historial está limpio y eres oficialmente intocable - me río.
-Confío en Historia, Jean. Sé que mantendrá su palabra.
Salgo de la habitación evitando tocarlo y camino a las escaleras. Lo maldigo entre dientes. Mi enojo es con él y no con Historia, y por más que quiera hacerle la vida imposible a Jean también quiero que desaparezca de mi vista lo antes posible. Así que decido comportarme como una adulta, solo así puedo deshacerme de él lo más rápido posible.
-Pero primero iremos a la residencia Beltaine - digo sabiendo que viene detrás de mí -. Y no te estoy pidiendo permiso.
-¿Por qué?
Ni siquiera debería darle una explicación, pero lo hago.
-Porque quiero preguntarle algo a Cedrick, y porque alargar esto unas horas más no es nada comparado a la última semana.
Llegamos a la recepción del hotel y entrego la llave de mi habitación, me dirijo a la salida donde Jean me abre la puerta y salgo sin mirarlo, camino por la calle en dirección a la estación de tren. No hablo con él en todo el camino, siento el coraje atorado en la garganta.
No hablamos durante todo el viaje, llegamos Hermina unas horas después y tomamos un carruaje en dirección al interior de Sina. Y como si no hubiera suficiente tensión, nadie habló en el carruaje, tenía intensos recuerdos de la noche anterior que solo me hacían querer enterrarle la daga en el pecho.
Veo la calle por la ventanilla del carruaje, los nobles se pasean con sus elegantes vestidos y trajes, pasean sus perros peludos o cargan a sus gatos lampiños. Suspiro y me recargo en el carruaje al reconocer las calles que dan a mi residencia.
-Jean - digo sin pensar, nos miramos a los ojos -. Sobre anoche...
-Nada pasó anoche - aparta la mirada.
-Eso era lo que quería saber - me cruzo de brazos.
Sentía que me había arrancado el corazón.
El carruaje se detiene frente a la residencia de los Beltaine y abro la puerta de golpe, bajo de un salto y me acerco a toda velocidad a la puerta del jardín. Al no escuchar como se cierra la reja, doy por sentado que Jean viene detrás de mí. Se abren las puertas de la casa y saludo a los trabajadores que me encuentro en la casa, camino por los pasillos hasta que llego al estudio de Cedrick, abro la puerta de golpe. Me doy media vuelto y le pido a Jean que se quede afuera, cierro la puerta en su cara. Apoyo la frente en la madera antes de darme media vuelta.
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Bastarda (JeanKirsteinxLectora)
FanfictionPortada: pintura por Leonard Campbell Taylor. Myra Y/N Beltaine era la bastarda de la hija del líder de los Beltaine, los "reyes" de la Ciudad Subterránea. Jean Kirstein era un soldado de elite de la Legión, y llevaba meses rastreando a la persona...