Frieda... Ahora que lo pienso nunca supe su nombre, solo la llamaba como Frieda. Era unos años mayor que yo, siempre me habían fascinado sus ojos, brillaban de un azul iridiscente. Siempre que la veía en el orfanato la encontraba con Cecily, mi mejor amiga, una niña de cabello rubio y ojos cafés, así fue como la conocí. La directora del orfanato me pidió que fuera por Cecily, que estaba con una chica de cabello negro.
Siempre iba vestida de con una falda color trigo, una camisa de botones y un sombrero. Me pregunto que tendrá de especial una muchacha como ella, parecía una campesina cualquiera. Recuerdo la conversación con la reina, su rostro cuando mencioné a Frieda. Si fuera una simple campesina no me habría pedido que buscará a Cecily, era claro que la conocía pero no tenía idea de por qué.
-Así que al fin buscarás a tu amiga de la infancia - Cedrick me saca de mis pensamientos -. ¿Emocionada?
-Confundida - estiro las piernas en el carruaje -. No sé porque una huérfana tendría tanta relevancia.
-Eres huérfana, Y/N. Y, si Cas declina su corona, tú gobernarás la Ciudad- me muerdo el interior del labio -. Eso es de mucha relevancia.
-La reina dijo que también era huérfana - levanto la mirada, Cedrick la evita -. ¿Sabes algo de eso?
-No más que tú - se cruza de brazos -. Es el acuerdo entre las familias: no nos metemos con ellos y ellos no se meten con nosotros.
-¿Entonces por qué me llevaron presa?
-Porque la reina no es como su padre - se rasca la barbilla -. Nunca había ido al palacio a hacer un nuevo acuerdo - suspira -. Iré mañana.
El carruaje se detiene y Cedrick abre la puerta, hace un movimiento con la cabeza y salgo de un salto, estiro los brazos y Cedrick me picotea las costillas, me retuerzo con una risa. Cedrick sonríe y caminos en dirección a la casa.
Vivir en Sina tiene sus ventajas, el sol da vitalidad a los jardines de Martha en los que Cas tanto adora jugar. Se escucha el canto de unos pájaros a lo lejos, cerca de los árboles frutales, me llevo una mano a la frente para impedir el paso de la luz del sol. En Sina también había buena comida, había buenos doctores, había buena ropa y no debía cuidarme tanto la espalda.
Por el otro lado, en la Ciudad Subterránea, debía de tener la mano en la empuñadura del cuchillo atado en mi pierna. Martha me lo había regalado en mi cumpleaños 18, es una hoja fina y afilada del acero más resistente, la empuñadura está hecha de ámbar color miel y al final está el Sello de ambas casas, la orquídea subterránea de los Beltaine y la abeja de los Morria.
Entramos a la casa y se escuchan pasos acercarse tan rápido como puede, Cedrick estira ambos brazos y se agacha para abrazar a su hijo pero Cas pasa de él y se lanza a mis piernas. Apoyo mi mano en la pared más cercana para no caer con él, Cas levanta la mirada y me sonríe, le acaricio el hoyuelo en su mejilla. Cedrick se pone de pie haciendo un puchero, que desparece en cuanto Martha lo abraza por la espalda.
Me agacho y tomo a Cas en brazos, le beso la mejilla repetidas veces hasta que me aparta la cara con sus manitas. Entonces ve a su padre y estira los brazos a él, Cedrick se aparta de su esposa y toma a su hijo. Se alejan por el pasillo en dirección a la cocina.
-Hola - digo con voz nerviosa. Martha me pellizca el brazo -. ¿Por qué? - chillo.
-Pasaste la noche encarcelada - dice entre dientes, me toma de los brazos con gentileza -. ¿Estás bien?
-Sí - me toma de las mejillas e inspecciona mi cara -. Martha, no me pasó nada.
Me suelta sin ganas, aún siento sus delgados dedos en mis mejillas cuando baja las manos. Su instinto maternal se había disparado desde que nació Cas, no solo con él, si no también conmigo.
ESTÁS LEYENDO
Bastarda (JeanKirsteinxLectora)
FanficPortada: pintura por Leonard Campbell Taylor. Myra Y/N Beltaine era la bastarda de la hija del líder de los Beltaine, los "reyes" de la Ciudad Subterránea. Jean Kirstein era un soldado de elite de la Legión, y llevaba meses rastreando a la persona...