Capítulo 4 - parte 2

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Mientras tanto, en casa de Kanae, la niña se encuentra echada en su cama. Luego de que sus padres le hayan dicho que no hacía falta su ayuda, como sucede la mayoría de las veces, ella optó por acostarse. Con la ventana cerrada y algo empañada, tapada, pero con sus libros en la almohada. Desgraciadamente no tiene ni estufas, ni caloventor, tampoco ventilador ni aire acondicionado para el verano. Los inviernos son de lo más duros, desde el otoño ya se sufre el frío, pero es el único lugar donde pueden vivir. Específicamente, en el bosque, fuera de la ciudad, no cobran impuestos. Como siempre, los lugares apartados tienen ventajas y desventajas.

—Sí, lo sé...—está hablando por teléfono, utilizando los audífonos, con su mejor amiga—. Ese fue el más difícil. —a la vez, está haciendo unos resúmenes de los temas que siguen, ya que siempre es mejor ir más delante de lo que explican.

—La verdad, me fue bien, pero a veces todavía tengo un poco de celos de MinHyuk. —ríe bajo, ella también está en su habitación acostada, pero con la luz apagada. No necesita ni taparse, ni tampoco usar suéteres, su casa está completamente climatizada.

—Ojalá que esta noche logremos dormir bien, todavía no me repongo del otro día. —ríe más fuerte la pequeña de ojos violetas. Coloca una raya de corrector en donde se equivocó y sopla.

—¿Te estoy distrayendo? Digo, ¿Te hice equivocar? —le pregunta con un tono de curiosidad más que de preocupación, ella está jugando juegos en su celular mientras le habla. Está tranquila con respecto al crédito porque su plan tiene muchas horas de llamadas y varios números gratis.

—No, tú no, sólo había escrito lo mismo dos veces. Son cosas que pasan. —termina el párrafo y cierra el cuaderno, dejándolo ya de lado. Por vagancia y frío casi no lo guarda, pero luego lo mete en su mochila. Deja a la vista únicamente el cuaderno verde y su lapicera.

—Ah, Kanae, luego te conseguiré una notebook, así nos ponemos a jugar al L*ague of L*gends juntas. —le dice justamente porque se está dirigiendo hacia la suya; a los pies de la cama tiene una mesita de luz con una laptop gamer, mouse y algunos DVD.

—Gracias pero por tantas cosas no sé cuándo podré pagarte... A veces me siento culpable. —hace pucheros, aunque sabe que no la está viendo. Como está pensando en otras cosas que nada que ver, no se le ocurre qué escribir. Sólo hace unos garabatos chibi de ella y SunHee—. Igual sé que aunque te diga que no, no me harás caso.

—Buena niña. —asiente riendo, ya sentada en la silla, prendiendo su computador portátil—. Bueno, si no te molesta, voy a cortar la llamada. Te responderé lo que me mandes al chat. —literalmente, le hizo crearse una cuenta para que pueda chatear con ella cuando juega, ya que gracias a una aplicación es posible escribirle incluso sin jugar.

—No hay problema~ mucha suerte en la partida. —sonríe amplio, y seguidamente de esa corta despedida, se escucha la finalización de la llamada, junto al ruido de las teclas de lo que ahora busca en su celular.

Tiene notificaciones en Book F y Lime. Una solicitud de amistad, y algunos mensajes. La foto de perfil del chico es alguien que le resulta conocido, unos ojos color vino.

—⟨⟨ Hola. Bueno, no quiero asustarte, pero conseguí tu número cuando tomé por un momento tu celular. No toqué nada raro, sólo lo vi y lo memoricé. También pude ver tu nombre, jajaja. ⟩⟩

⟨⟨ Hola de nuevo, ¿Te habrás enojado? Ya que no dices nada⟩⟩

—Esos mensajes son de hace rato... Recién los veo.

Ladea la cabeza, mirando curiosa. Tiene dos reacciones mentales: «uwwaaa, le interesé al bajista de Golden G» y «qué falta de respeto, eso no se hace». Antes de responderle, se lo piensa un rato, decidiendo contarle primero a SunHee.

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